Pues resulta que la flamante presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, no tiene cédula profesional, a pesar de haber acreditado ser Licenciada en Administración Pública, algo que tampoco se ha podido comprobar.

Como nunca falta un chismoso, al hacer una consulta en las páginas oficiales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se puede ver que no existen documentos que confirmen su profesión o perfil académico; es decir, si se busca el nombre de Guadalupe Taddei Zavala, no aparece ningún documento. ¡Chale!

Quienes sí se han dedicado a estudiar y a acreditarlo, saben que la cédula profesional en México es un documento oficial que acredita la formación académica y la capacidad profesional de una persona. Además, es necesaria para ejercer ciertas profesiones de manera legal; también puede ser utilizada como un aval de la experiencia y los conocimientos de una persona en su área de especialización.

Pero eso de la academia nomás no se les da a los encumbrados morenistas. Lo suyo, lo suyo suele ser la estafa –en el caso de la ministro Esquivel y el plagio de su tesis-, la grilla y el nepotismo. Taddei Zavala tiene un ejército de familiares incrustados en el gobierno morenista de Sonora. ¡Faltaba más!

¿Podía ser Presidenta del INE? Según la ley, sí. El artículo 38 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales exige “Poseer al día de la designación, con antigüedad mínima de cinco años, título profesional de nivel licenciatura y contar con los conocimientos y experiencia que les permitan el desempeño de sus funciones”.

Parafraseando una de las frases favorita del Tlatoani: es legal, pero es inmoral. De incumplir los requisitos, Taddei ya podría irse despidiendo del cargo.

 Los negocios tras la tragedia de Ciudad Juárez

 Como si el escándalo y la tragedia de 39 migrantes asesinados en la estación migratoria de Ciudad Juárez no fuera suficiente, ahora resulta que está por abrirse la cloaca de otro acto de corrupción: La empresa «ganadora» de la concesión para alimentar a los migrantes de las estaciones migratorias de todo el país, es propiedad de Francisco Garduño, el mismísimo comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) y hasta ahora intocable a pesar de la tragedia.

En su edición del fin de semana, Proceso muestra con los pelos de la burra en la mano, que, bajo la gestión de Francisco Garduño Yáñez, el INM se ha convertido en una de las dependencias más corruptas de la administración pública federal, con la complacencia de su amigo el Presidente. Desde la tragedia, no ha dado la cara.

Una vez que fue nombrado director del INM, Garduño y su flota han usado la seguridad nacional como pretexto para adjudicar, de manera directa, contratos de cientos de millones de pesos a empresas fantasma o cuestionadas por la ASF. En ese ajo, anda metido hasta el flamante canciller Marcelo Ebrard.

Los migrantes han resultado un gran negocio para Garduño y el gobierno de la 4T. No sólo se han acreditado las extorsiones de los agentes migratorios –a pesar de que la ley no considera la migración como un delito sino sólo como una falta administrativa-, sino que el encarcelamiento ilegal es una imposición de los gringos, de quienes el gobierno morenista ha aceptado ser el perro guardián de los migrantes.

A principios de marzo, cuatro norteamericanos fueron secuestrados y dos de ellos asesinados en Tamaulipas. Los batos tenían antecedentes que los vinculaban con el narco. Los gringos apretaron tantito y en cosa de horas, el caso estaba resuelto y la mismísima delincuencia organizada pidiendo perdón por la ejecución.

Pero el 27 de marzo, en un acto cobarde y criminal, grabado por cámaras de seguridad, se acreditó la forma en que fueron literalmente asesinados 39 migrantes centroamericanos y otros tantos siguen en estado grave en hospitales. Pero en este caso no se ha castigado a nadie y sólo irán por las cabezas de los custodios, ¿Qué hubiera pasado si los muertos fueran gringos?

Héctor Yunes, perseverante, terco y necio

De los precandidatos en campaña de todos los partidos, Héctor Yunes ha resultado el más perseverante, terco y necio, según a quien se lo pregunten. En su artículo semanal da cuenta del recorrido que ha hecho por el estado y que debe poner nervioso a más de uno de entre quienes pelean la candidatura de la alianza.

“Este fin de semana cumplí los primeros tres meses de mi recorrido por la entidad. He visitado 42 municipios, de Pánuco a Coatzacoalcos, desde la huasteca hasta los llanos del Sotavento, pasando por la serranía de Otontepec, Papantla, Misantla y Zongolica.”

Según cuenta, ha tenido más de 200 reuniones con veracruzanos que nos representan a todos: líderes sociales muy reconocidos, vecinos y colonos, colectivos de personas desaparecidas, locatarios de mercados, comerciantes y empresarios, rectores de universidades, académicos, estudiantes, líderes religiosos, actores políticos, ex representantes populares, sindicatos y, por supuesto, algunos de los medios de comunicación más influyentes de Veracruz.

“He visto un Veracruz muy diferente al que me encontré durante mi campaña a gobernador hace ya siete años. Veracruz es más pobre, es más violento, está más enfermo y está más polarizado.” La gente no sólo ha expresado su frustración, hartazgo y enojo por la situación económica y social, sino que está dispuesta a expresarla públicamente, sin temor al autoritarismo y persecución política que ha distinguido a este gobierno.

Por supuesto que Héctor Yunes no es moneda de oro. Pero no tiene historia que lo avergüence o sea motivo para que desde el morenismo lo persigan. No lo van a bajar.

 Los negocios de Zepeta: ¿fuego amigo?

 Como no hay morenista al que no le guste la lana, resulta que ya salieron a la luz los prósperos negocios de su dirigente estatal Esteban Zepeda, un gris personaje surgido del capricho del gobernador, hoy dedicado a amenazar alcaldes y defender a ediles delincuentes, como sucede en el puerto de Veracruz.

Desde las entrañas de Morena ha surgido la versión de que el ínclito dirigente adquirió, tan sólo en el último mes, 3 ranchos en el sur del estado con un valor superior a los 6 millones de pesos. ¡Chualada!

La denuncia que ya circula en redes acusa que ejidatarios de las Cholinas Ejido Vicente Guerrero han dicho que ya no quieren Vender más Tierras a Joel Hernández, prestanombres de Esteban Zepeda. Argumentan que tienen conocimiento de que el dinero es sucio, porque Joel Hernández nunca ha sido dueño ni de una vaca.

El próspero compraranchos siempre ha trabajado para Zepeta y ahora, con la plenitud del pinche poder, tiene la posibilidad de pagar los inmuebles en efectivo, como cualquier prestanombres. Según la filtración, serían Rogelio Hernández, Jesús Reza y

Pedro Hernández, quienes vendieron sus ranchos en 2 millones de pesos cada uno.

Así que antes de que Zepeta se victimice y diga que no tiene donde caerse muerto, puede empezar por indagar quien le está haciendo la chamba desde los frentes que ya tiene abiertos en su partido y en el gobierno. ¡Qué bonita familia!

 La ratonera 

¿Quién pagará los platos rotos en el PVEM? Crece con fuerza la versión de la dimisión de la dirigente estatal del PVEM Veracruz, la periodista Eleaney Sesma, luego de que el OPLE aprobó este fin de semana el descuento al partido por multas impuestas al instituto del tucán.

El acuerdo, que se votó el pasado viernes, implica descuentos de tres millones 11 mil pesos, en los meses de abril a diciembre del año 2023. El mismo acuerdo, detalla que el partido tiene pendiente de pagar multas por ¡¡24 millones 486 mil pesos!!, por lo que no tendrán dinero ni para el papel de baño.

Todos saben que las multas vienen por trácalas e irregularidades en los procesos electorales anteriores. Que Marcelo Ruiz heredó una bomba de tiempo a Eleaney y que ahora necesitan un chivo expiatorio ante el chiquero que le dejaron. Eso también lo sabe Javier Herrera.

El PVEM en Veracruz está metido en un lío gordo. De acreditarse la violencia política en razón de género en contra de la actual dirigente, Javier y Marcelo podrían irse despidiendo de sus candidaturas.