Tomás Yarrington ha pasado seis años en prisión preventiva. Las autoridades mexicanas aún lo buscan por otros delitos
Un juez en Estados Unidos ha sentenciado a nueve años de cárcel a Tomás Yarrington, exgobernador de Tamaulipas, por lavado de dinero. El exmandatario, jefe del Ejecutivo local entre 1999 y 2004, se declaró culpable hace justo un año y aguardaba la decisión del juzgador. Huido entre 2012 y 2017, Yarrington fue apresado en Italia y enviado a EE UU, donde ha vivido en prisión este tiempo. Así, al exgobernador le quedan tres años para cumplir su pena.
Antiguo dirigente del PRI, aspirante incluso a la candidatura presidencial hace poco más de 15 años, la condena en su contra al norte del río Bravo es solo el principio de sus problemas legales. Las autoridades mexicanas le requieren desde hace años por narcotráfico y lavado de dinero. Esto implica que, cumplida su condena en Estados Unidos, la justicia de aquel país podría detenerle de nuevo y ponerle en manos de la Fiscalía General de la República (FGR), para que proceda en su contra.
El caso contra Yarrington en EE UU quedó claro hace un año. El Departamento de Justicia señaló entonces que el exgobernador “tenía prestanombres que compraban las propiedades en Estados Unidos para ocultar que le pertenecían y la procedencia ilegal del dinero con el que se adquirieron”. Yarrington aceptó haber recibido 3,5 millones de dólares en sobornos, que invirtió en el mercado de bienes inmuebles. Una de esas propiedades fue un condominio de lujo en Port Isabel, en la isla texana de South Padre. El condominio fue confiscado en 2012 y tenía un valor estimado en más de 640.000 dólares.
Al aceptar la acusación y la sentencia, Yarrington consiguió que los fiscales estadounidenses abandonaran sus intenciones de fincarle nuevas imputaciones. Los investigadores lo tenían en la mira por narcotráfico y fraude. La acusación no era menor. Las autoridades de EE UU señalaban que el exmandatario había recibido sobornos de grupos de narcotraficantes de Tamaulipas para poder trabajar en paz. El FBI dijo en 2013 además que Yarrington también habría estado involucrado en tráfico de cocaína en Veracruz, Estado al sur de Tamaulipas.
Antes de alcanzar la gubernatura del Estado, Yarrington fue presidente municipal de Matamoros, entre 1993 y 1995. La ciudad ha parecido mucho en la prensa estos días por el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses y el asesinato de dos de ellos. Urbe fronteriza, Matamoros es la cuna del Cartel del Golfo, organización criminal a la que pertenecían supuestamente los atacantes de los ciudadanos norteamericanos. De ser cierta la vieja acusación de la justicia estadounidense, Yarrington habría recibido dinero precisamente de este grupo.
M°1