Ultrajes a la autoridad, reforma electoral, desaparición del TEJAV, ley para personas con discapacidad, destitución de magistrados del Poder Judicial.
La declaración de inconstitucionalidad de la Ley Nahle es el corolario de un rosario de pifias legislativas que confirman que, durante los últimos años, el grupo parlamentario de Morena en el Congreso local ha legislado sobre las rodillas, sentado en la taza del baño, utilizando la Constitución y las leyes como papel sanitario.
La obsequiosa ignorancia de los legisladores morenistas, muchos de ellos surgidos de una tómbola y postrados en el Congreso para aprender sus primeras letras, ni siquiera ha servido para cumplir la voluntad de un gobernador obsesionado con perseguir a adversarios políticos y lograr impunidad a través de reformas contrarias a la Constitución.
Pese a la intervención de la Corte, el daño a Veracruz ha sido brutal. Cada capricho legislativo ha roto el Estado de Derecho, ha mandado a opositores y ciudadanos inocentes a la cárcel, ha pervertido los procesos electorales, ha abierto la puerta para ocultar a corrupción del gobierno estatal y ha vulnerado los derechos humanos y laborales de los veracruzanos.
Los dos últimos grupos parlamentarios de Morena, integrados en su mayoría por legisladores ‘premiados’ con la reelección, han sido los peores en la historia de Veracruz.
La ley Nahle es ejemplo de servilismo e ignorancia. En su vano de afán por rendir tributo a quien desean entregar el gobierno estatal, terminaron exhibiendo que la actual Secretaria de Energía no es veracruzana y que tampoco cumple con la residencia efectiva para aspirar a la candidatura, sostenida solamente por la voluntad presidencial.
La reforma era inútil. De acuerdo al artículo 116 de la Constitución federal, reformada en este precepto desde 2008, puede ser gobernador de un Estado un ciudadano mexicano por nacimiento y originario de él o, en su caso, con residencia efectiva no menor de cinco años previos al día de la elección.
El fallo de la Corte, que sólo protege la calidad de veracruzano, no impide de ninguna forma que la destinataria de la Ley Nahle pudiera ser la candidata de Morena.
Ninguna ley puede estar por encima de la Constitución. Por tanto, el problema de una zacatecana que aspira a gobernar Veracruz no es su origen sino el tiempo efectivo de residencia.
Para su desgracia, de poco le servirá utilizar las redes sociales y al Gobernador de Veracruz para intentar acreditar una vecindad que legalmente no tiene. Su condición de senadora con licencia tampoco se la otorga.
Basta recordar que hace un par de años, el candidato del PAN a la presidencia municipal de Veracruz, electo en un proceso interno legítimo, le fue retirada la nominación al no satisfacer, a juicio del Tribunal Electoral de Veracruz, el requisito de elegibilidad relativo a residencia efectiva no menor a tres años. Morena lo celebró ruidosamente; hoy el caso de la zacatecana es prácticamente el mismo.
Cuando fui diputado y presidí la JUCOPO y la Mesa Directiva del Congreso local, ¡ningún diputado salió de una tómbola, nunca nos corrigió la plana la SCJN, 9 de cada 10 votaciones fueron por unanimidad y las tazas de baño nunca fueron usadas como curules!
¡Faltan 482 días para que se vayan!
La puntita
Para los veracruzanos interesados en promover amparos en contra de la detención de vehículos sin reemplacamiento, pueden solicitar información en: amparovsreemplacamiento4T@nullgmail.com