Más de 120 mil hogares y empresas seguían sin suministro eléctrico en California a primera hora del lunes, según datos del portal PowerOutage.us, tras la fuerte tormenta de la semana pasada que interrumpió la circulación por carretera con inundaciones repentinas, desprendimientos de rocas y árboles derribados.
En los últimos 10 días se han registrado al menos 12 víctimas mortales de incidentes relacionados con el clima en California, dijo el gobernador, Gavin Newsom, en una conferencia de prensa.
Los meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional advirtieron que el norte y el centro de California seguían en la trayectoria de un “implacable desfile de ciclones”, lo que auguraba pocas posibilidades de respiro para la región hasta mediados de semana.
En la última semana, surgieron violentas rachas de viento que derribaron camiones, inundaron las calles de pequeñas ciudades a lo largo de la costa norte de California y provocaron una marejada que destruyó un muelle en Santa Cruz.
Las autoridades ordenaron evacuaciones en una zona costera de alto riesgo, donde los deslaves mataron a 23 en 2018, al tiempo que una enorme tormenta se cernía sobre el estado desde el pasado miércoles.
Se trató del último de varios ríos atmosféricos —largas columnas de humedad que se extienden sobre el Pacífico— que azotan California. Este era un “Pineapple Express” que se originó cerca de Hawai y fue llevado hacia la costa oeste del país por un área giratoria de presión de aire que cae rápidamente conocida como “ciclón bomba”.
Los fuertes vientos, con rachas de 136 km/h o más, también obligaron a cancelar cientos de vuelos en el Aeropuerto Internacional de San Francisco y derribaron árboles y cableado eléctrico.
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