El plagio de una tesis de licenciatura cometido hace 35 años por la Ministro Yasmín Esquivel Mossa ha desatado la peor crisis institucional que hayan tenido que enfrentar la Suprema Corte de Justicia (SCJN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El acto de corrupción de la Ministro Esquivel resulta apenas el síntoma de una enfermedad que ha hecho metástasis: la corrupción al interior de la Corte respecto de los perfiles de algunos de sus integrantes -coincidentemente a propuesta de la 4T- y el plagio académico al interior de la UNAM.
Por tratarse de dos de las instituciones más importantes del país, estamos ante una crisis de Estado. Tanto la SCJN como la UNAM están obligadas a iniciar una profunda investigación sobre estas prácticas para intentar rescatar algo del prestigio perdido con el ‘tesisgate’ de la Ministro Esquivel.
¿Quién podrá confiar en el futuro en una resolución emitida por una Corte presidida por quien hizo trampa para titularse? ¿Cuántos, a partir de esta triquiñuela de Esquivel, dudarán de la legitimidad del título de un egresado de la UNAM? Ambas instituciones están ante una encrucijada.
El caso de la Ministro Yasmín Esquivel se inscribe en la lógica cuatroteísta de mandar al diablo a las instituciones. Ella es esposa de José María Rioboó, constructor favorito y principal asesor en temas de infraestructura del Presidente López Obrador, quien la propuso como Ministra. De origen hay un gravísimo conflicto de interés.
Lo peor vino cuando el escritor y periodista Guillermo Sheridan hizo público el plagio de la Ministro. Y el régimen se le vino encima…
A pesar de que la propia UNAM ha confirmado el plagio, la Ministro Esquivel insiste en que se trata de una acusación “absolutamente falsa”. Para ello, obligó a su directora de tesis y a uno de sus sinodales a defenderla de la evidencia publicada. El sinodal ha confesado que fue coaccionado a mentir.
Es decir, 35 años después, Esquivel Mossa vuelve a engañar deliberadamente para salirse con la suya. Otra vez, la Ministro utiliza la mentira y la corrupción, ahora como un recurso para alcanzar la presidencia de la SCJN.
La UNAM deberá crear de inmediato una Comisión que investigue este y otros casos de plagios; y podría iniciar con la propia directora de tesis de la Ministro Esquivel, Martha Rodríguez, quien también se tituló plagiando una tesis, práctica que realizó ya como docente durante más de tres décadas, en las que dirigió más de 500 tesis. Imposible pensar que se trate del único caso dentro de la UNAM.
En un acto de justicia, la investigación no debe alcanzar sólo a la Ministro Esquivel sino a todos los plagiarios, no importa si entre ellos se encuentren magistrados, jueces, ministerios públicos, académicos, abogados litigantes y funcionarios públicos, incluso algún aspirante a la Presidencia.
Si en México aún prevalece el estado de Derecho, la UNAM deberá retirar su título de licenciatura a Yasmín Esquivel Mossa y la Suprema Corte deberá expulsarla como una de sus integrantes. La otra opción es que, por dignidad, la “licenciada” Esquivel renuncie al cargo de Ministro, lo que no la liberará de los actos cometidos.
La puntita
Respecto al plagio, dice el Presidente que quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Acaso, ¿hay otros cachirules del régimen? ¿Entre las ‘corcholatas’, también hay “licenciados patito”? ¿Ya revisaron la tesis de licenciatura del Presidente?