Mientras que algunos han sido abandonados, otros han nacido ahí y han hecho del Panteón 5 de Febrero, en la capital veracruzana, su hogar desde hace muchos años.
Se habla de al menos 30 gatitos de diversas edades y colores que han convertido las tumbas de xalapeños ilustres y destacados personajes en su refugio, donde algunos ciudadanos han velado por su bienestar en medida de lo posible, recaudando alimentos, y otras organizaciones sin fines de lucro como la Brigada “Gatitos Panteón 5 de Febrero” buscan esterilizarlos para disminuir su reproducción, pues aunque se ha vuelto común verlos ahí, no son condiciones óptimas para que vivan y se reproduzcan; por ello a lo largo de los años se ha buscado darlos en adopción para desalojarlos del lugar, sin embargo, no ha sido posible, pues aunque no se quiera, ellos han hecho del camposanto su único hogar y, para algunos, se han convertido en los gatos del Mictlán.
Pero ¿por qué los mininos deciden quedarse en los cementerios?
Si has tenido la oportunidad de ir a dicho panteón, o algún otro, seguro te has topado con más de un gatito que reposa sobre alguna tumba, se sienta imponente en la entrada de algún mausoleo, se pasea con sigilo y elegancia por todo el cementerio o se esconde en algún nicho… su presencia es mucho más común de lo que pudiéramos pensar, pues a lo largo y ancho del mundo desde hace mucho tiempo los gatos se han vuelto parte de los cementerios (como en el Père Lachaise de París, La Recoleta de Buenos Aires, el Highgate de Londres o algunos menos famosos), pues, quizá, los felinos encuentran en ellos lugares tranquilos, silenciosos, donde la presencia de los humanos (vivos) no es tan recurrente como en otros lugares y en donde pueden estar sin ser molestados, además sabemos lo independientes y agiles que suelen ser estos pequeñines.
Incluso en algunas ciudades, los gatos en los cementerios se han vuelto una referencia obligada que pueden apreciar los visitantes que acuden a éstos.
Así, ellos siempre están ahí, e incluso se les ha considerado guardianes de tumbas, pues además de ser animales enigmáticos y misteriosos, se dice que absorben la energía negativa y poseen una conexión con el mundo espiritual.
Tan sólo en el antiguo Egipto eran venerados, pues se les asociaba con la protección y se les consideraba la encarnación de la Diosa Bastet; en ese tenor, también se les suele asociar a lugares llenos de energía espiritual, como los camposantos, donde reposan aquellos que se nos adelantaron en el camino.
En especial los gatitos que viven en el panteón 5 de Febrero se han vuelto parte de su iconografía, donde sobre todo en estas fechas, en las que las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos, su presencia puede llegar a notarse más, pues muchas familias acuden a los panteones a visitar a sus seres queridos -aunque los felinos son agiles para pasar desapercibidos, si así lo quieren-, pero ya sea en el Día de Todos los Santos o cualquier otro, de seguro podrás verlos rondar alguna tumba o descansar sobre ellas, e incluso “protegerlas”.
Si bien, el hecho de que estos animales vivan aquí ha sido un tema muy discutido, pues vecinos de la zona han señalado que puede ser un foco de infección por la acumulación de heces fecales, el olor de su orina o las peleas entre los mismos gatos, otras personas se siguen sumando para hacer lo posible para alimentarlos, esterilizarlos, practicar pruebas de SIDA felino y reintegrarlos a la vida al cuidado de ciudadanos interesados en hacerlos parte de su hogar, pues aunque ya están acostumbrados a vivir en el panteón, necesitan otros cuidados y protección, pues incluso algunos han sido envenenados.
Con esto en mente, independientemente del debate de “si se debe dejarlos vivir ahí o no”, lo cierto es que estos mininos dependen de la consideración de las personas, así que si visitas el cementerio acuérdate de ellos y llévales un detalle que puedan disfrutar. Seguro te los encuentras entre las lápidas, paseándose por las tumbas, o escondiéndose entre los rincones del camposanto. Pensar en ellos como guardianes de tumbas, es pensar también en quienes descansan en los cementerios, donde, además, los gatos se vuelven compañeros fieles de quienes ya partieron al Mictlán.
AVC
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