Los gatos son, sin lugar a dudas, la más clara representación de la pulcritud y la limpieza, dentro del variado universo animal. Esto se refleja también a través de su sentido del olfato que es particularmente específico y sensible.

Como consecuencia de la evolución, los gatos tienen preferencias y aborrecimientos olfativos muy marcados, a partir de un olfato muchas veces más agudo que el nuestro.

Según esa mayor agudeza y sensibilidad los aromas agradables son percibidos más temprano y a menor concentración pero también eso mismo ocurre con los olores desagradables que son capaces de provocar una reacción mucho más marcada. Esto se produce por poseer un olfato tan especial que los olores resultan mucho más intensos.

Así como hay aromas que les gustan mucho y también hay otros que detestan claramente. Cualquier olor natural fuerte proveniente de alimentos en descomposición o de determinados productos químicos será evitado por los gatos y simplemente huirá de ellos.

Los gatos odian los olores cítricos a tal extremo que existen repelentes de gatos a base de ellos. Lo más probable es que se mantengan alejados de la zona donde abunden estas frutas o donde su aroma sea intenso.

El olor a banana también les resulta desagradable y es evitado por los felinos a tal extremo que frotando una cáscara sobre la zona que queramos que evite lograremos rápidamente el objetivo. El olor a pescado en mal estado es también odiado por los gatos, de la misma forma que evitarán cualquier producto que esté podrido y lo manifieste por su aroma.

A los felinos no les gusta ni aprecian los olores picantes o exageradamente marcados, ya que su olfato los percibe como tóxicos.

La bandeja sanitaria sucia puede ser causa de eliminación o evacuación fuera de ella con todo lo que ello pueda significar para el gato y sus tutores.

Algunos productos, promocionados como lecho sanitario para gatos, se fabrican a base de maderas de pino, un olor que si persiste en exceso, puede manifestar el rechazo absoluto del gato.

Los gatos también odian cualquier aroma intenso y persistente aunque sea el del más caro y fino de nuestros perfumes, jabones o desodorantes.

Algunas plantas aromáticas emanan un olor que ningún gato ni quiere ni puede oler, sin manifestar actitudes y consecuencias de su rechazo. La lavanda, el geranio, el tomillo, el limón y sobre todo el eucalipto, rayano con la extrema toxicidad, son algunas de las plantas que se encuentran en la lista negra de los olores despreciados y odiados por los gatos.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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