En el estado de Veracruz hay al menos 373 mil 230 personas con discapacidad auditiva, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); sin embargo, las barreras para el acceso a la educación, servicios de salud e incluso la justicia, prevalecen y los ubican en una posición de doble vulnerabilidad.

En el Día Internacional de las Personas Sordas, AVC Noticias platicó con maestros e intérpretes de lenguaje de señas mexicana que señalaron graves deficiencias en garantizar los derechos de este sector de la población y la falta de la aplicación de leyes nacionales e internacionales para garantizar la inclusión de este sector.

La maestra de lengua de señas mexicana María Elena Cortés Sagardi, con más de 30 años de experiencia, señala que uno de los principales problemas es el acceso a la educación pues en la entidad no hay escuelas para sordos y los menores son ingresados en grupos tradicionales en los que no se pueden comunicar adecuadamente.

“No hay escuelas para sordos en el estado de Veracruz, a los niños sordos los integran en grupos de niños sin sordera y nunca se van a comunicar de manera perfecta con sus compañeros”, cuenta.

La especialista y creadora del primer diccionario de Lengua de Señas Mexicana advierte que gran parte de la población sorda no sabe leer ni escribir, y aunque ahora la detección de la sordera se hace a edades tempranas, aún hay casos en los que son diagnosticados a los 8 años, lo que limita su capacidad para adquirir el lenguaje oral.

“Ellos se enfrentan al problema de la comunicación, decir qué sienten, qué les duele, es una barrera muy fuerte. Sí se ha concienciado más a los padres de familia e instituciones médicas y han encontrado de manera temprana esa discapacidad porque los niños pueden aprender una lengua escrita antes de los 7 años, después es muy difícil, aprenden algunas palabra”.

Cuenta que entre los más de 100 sordos que conoce actualmente solo hay tres universitarios, dos son arquitectas y un ingeniero, pero en el caso de los demás llegan a terminar la primaria y aprender algún oficio.

“Es muy difícil porque los maestros no tienen cómo comunicarse y se justifican diciendo en que no son maestros de educación especial”, dijo.

A esto se suma que en el ámbito social no hay traductores en áreas tan vitales como hospitales, registros civil, iglesias y fiscalías, esto a pesar de que desde el 2000 es obligatorio contar con intérpretes.

Apoyos gubernamentales son insuficientes

La maestra María Elena Cortés Sagardi insiste en que una de las principales necesidades para impulsar a las personas sordas es contar con escuelas especializadas, pues aunque actualmente se otorgan apoyos económicos, estos son limitados y no atienden todas sus necesidades.

“El apoyo que da el gobierno federal no es suficiente porque no alcanza para cubrir sus necesidades, además no se las dan a todos, se las dan a quienes tienen una discapacidad profunda”.

Como resultado —explicó— las personas sordas buscan trabajos en donde no necesitan hablar, aprenden a cocinar, a hacer corte y confección, oficios en los que no necesiten comunicarse verbalmente.

“Las personas sordas que más destacan son quienes tienen apoyo familiar, en donde los padres o abuelos los apoya económicamente para que salgan adelante. Lo primero es difundir que el sordo no es una persona incapaz, es una persona que puede llegar a realizarse profesionalmente en cualquier rama y apoyarlos, se requiere una escuela o una institución en donde todos estén reunidos. Eso es básico, la educación del sordo no puede ser limitada en las escuelas tradicionales, debe ser en una escuela en donde los maestros puedan ser sordos como ocurre en otros países”.

Hay sordos que no saben ni su nombre

El grado de vulnerabilidad entre la población sorda es variada, pero hay casos graves en los que las personas no saben ni siquiera su nombre, porque además de no conocer lengua de señas tampoco saben leer o escribir, advierte el intérprete Miguel Ángel Preciado López, que actualmente colabora con el Ayuntamiento de Xalapa.

Es el caso de Maricruz Hernández, habitante de Huatusco, que hasta hace unos meses no sabía su nombre, tampoco lengua de señas; jamás aprendió a escribir o leer y ya de adulta tuvo que enfrentar un juicio sin intérprete y sin conocer los señalamientos en su contra.

Miguel Ángel cuenta que este es uno de los muchos casos en donde las personas sordas son vulneradas en sus derechos. Maricruz y su pareja han sido señalados de violar sexualmente a la hija de ella, la menor fue sometida a exámenes y trasladada a la procuraduría del menor, sin que su madre supiera qué pasaba. No había intérprete en el juzgado y sigue sin haberlo. Han transcurrido dos años y medio.

“El mismo tema persiste en las fiscalías, en ministerios públicos, en centros de justicia para mujeres; es lamentable porque si una mujer sorda quiere levantar una denuncia deben dominar la lecto-escritura, pero si no saben ni leer ni escribir no les es posible. Hay personas que no han tenido contacto con otros sordos, no saben su propia lengua y no sabe leer ni escribir”.

La atención médica es un lujo para los sordos

Miguel Ángel Preciado López relata que además del rezago en el tema educativo y de justicia, los sordos además se enfrentan a un limitado acceso al a salud por no haber intérpretes en hospitales.

“Hemos visto que es prioritario atender el déficit de intérpretes es en el área médica, en el área de salud, porque prácticamente en ninguna clínica de Veracruz o México hay intérpretes, ni en instituciones públicas o privadas”.

Dijo que han acompañado casos en donde pacientes acuden a instituciones públicas y no son atendidos de manera adecuada, e incluso hay quien ha muerto sin conocer qué enfermedad lo aquejaba, por falta de intérpretes.

“Nos ha tocado ver que las personas van al ISSSTE, reclaman su derecho a contar con un intérprete y algunos médicos carecen de empatía, muchos no conocen la ley y sigue siendo letra muerta. En la clínica 11 de Xalapa hace dos meses una mujer sorda falleció a causa de insuficiencia renal, pero desde el diagnóstico y tratamiento no tuvo información en su lengua y ella prácticamente murió sin saber qué tenía, decía que era algo estomacal pero no supo cómo cuidarse”, comentó.

Actualmente en la entidad veracruzana hay 20 intérpretes, aunque no todos tienen certificación o preparación adecuada porque no hay una licenciatura en el país que los avale.

De esa cifra, solo hay una intérprete certificada y en el Poder Judicial únicamente cuentan con un intérprete de lengua de señas mexicana; es uno para atender los casos en los los 212 municipios, lo que resulta insuficiente.

Miguel Ángel Preciado señala que los juzgadores buscan a alguien más que sustituya, incluso a la familia para que participe como intérpretes.

Sin embargo, insiste en que en el país y en el estado se deben cumplir los acuerdos de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad que tiene rango constitucional, pues hasta ahora no se ha logra.

AVC

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