En 2021, durante el segundo año de la pandemia por covid-19, las familias mexicanas reportaron un incremento del 72 por ciento en los gastos para su alimentación; el 60 por ciento reportó que al menos uno de sus miembros dejó de recibir ingresos o sufrió reducción de su sueldo; el 24 por ciento señaló que al menos uno de sus miembros perdió su empleo.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021 sobre covid-19 advierte que estas condiciones propiciaron que en uno de cada cuatro hogares, disminuyeran el consumo de carnes rojas, pollo y pescado; y en uno de cada cinco hogares indicaron disminuir el consumo de dulces y chocolates y botanas. En los hogares de localidades rurales reportaron mayor reducción en el consumo de frutas con 22.9 por ciento en comparación con lo reportado por hogares de localidades urbanas 17.7 por ciento.

Además, comparado con el inicio de la pandemia en 2020, actualmente 68.4 por ciento de los hogares reportan haber aumentaron sus gastos generales.

Casos positivos a Covid-19

La ENSANUT revela que a nivel nacional el 82.4 por ciento de la población no tuvo la intención de hacerse una prueba para detectar Covid-19 de enero de 2021 a la fecha de la entrevista; solo el 15.1 por ciento se realizaron la prueba.

De los que tuvieron intención pero no se realizaron la prueba, 30.5 por ciento dijo que fue porque no se las quisieron hacer, 25.8 por ciento reportó que se habían acabado las fichas, 16.3 por ciento por miedo a contagiarse, 15.3 por ciento porque la fila era muy larga, 11.4 por ciento porque la prueba era muy cara/no tenían dinero para pagarla.

Sin embargo, el 76.1 por ciento de la población que fue diagnosticada con Covid-19 no buscó atención porque consideró que no era tan grave, 8 por ciento por considerarlo caro/no tener dinero, 6.9 por ciento porque no saber dónde acudir y 6.7 por ciento por miedo a contagiarse y 5.8 por ciento por miedo a no ser atendido

De los diagnosticados con Covid-19, 34.5 por ciento reportó no haber tenido secuelas al ser dado de alta o un mes después de enfermarse, 29.5 por ciento tuvo fatiga; 23.1 por ciento, dolores en músculos o articulaciones; 21.2 por ciento, tos; 20.8 por ciento, dolor de cabeza; 14.3 por ciento, pérdida o disminución del olfato; 14.1 por ciento, dificultad para respirar; 12.6 por ciento, fiebre.

El 12.4 por ciento reportó pérdida o disminución del gusto; 11.7 por ciento, dificultad para dormir; 11.4 por ciento, pérdida de peso; 11.3 por ciento, falta de aire; 10 por ciento, ansiedad; 8.7 por ciento, dolor en el pecho; entre los más importantes

De la población que tuvo secuelas posteriores a la enfermedad o que las sigue experimentando, a nivel nacional a 19.2% le ha impedido cuidarse por sí mismos y 36.2% reporta impedimento para salir de casa (cuadro 3.5.4). Los resultados son similares por sexo y localidad urbana. En localidades rurales, 41.4% experimentó secuelas que le impiden salir de casa.

Medidas de mitigación ante el Covid-19

Durante la pandemia, el 80 por ciento de la población usó cubrebocas aunque en localidades rurales, el porcentaje que reporta haber usado cubrebocas siempre es menor, con el 73 por ciento; sin embargo, el 39 por ciento no usó cubrebocas argumentando que le costaba trabajo respirar, el 35 por ciento porque no se considera en riesgo, 11 por ciento no le interesa cumplir y el 10 por ciento porque piensan que no sirve.

Sobre la medida de “quedarse en casa” el 78 por ciento dijo que no pudo quedarse en casa por trabajo, el 50 por ciento no pudo evitar acudir a lugares concurridos por necesidad de comprar insumos, 34 por ciento por trabajo.

A nivel nacional, 56.4 por ciento de los hogares reportó que con frecuencia han mantenido el confinamiento social efectivo. Por el contrario, 22.8 por ciento reportó que rara vez o nunca mantienen el confinamiento social. El 87.2 por ciento de los hogares reportó que nunca o rara vez hacen celebraciones o reuniones con personas con las que no se cohabita.

En el 84 por ciento de los hogares, con frecuencia sólo una persona sale a hacer las compras; el 39.5 por ciento de los informantes, que representa 14.5 millones de hogares, reportaron que actualmente acuden físicamente a su lugar de trabajo.

“Se observa un cambio significativo del 2021 respecto al 2020 en la asistencia de población considerada de alto riesgo a centros de trabajo. En 2020 se reportó que en 15.8 por ciento de los centros de trabajo frecuentemente acudían adultos mayores, comparado con 29.3 por ciento del 2021. Este incremento también se observa en la asistencia de personas con enfermedades crónicas, de 14.4 por ciento en 2020 pasó a 30.1 por ciento en 2021”.

Vacunas

A nivel nacional, el 73.8 por ciento de las personas mayores de 18 años ha recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra Covid-19 durante el periodo 1 de agosto al 30 de octubre, lo que representa a 65.9 millones de habitantes.

La prevalencia de esquema completo en mayores de 18 años fue de 48.2 por ciento y de esquema incompleto, 25.6 por ciento. La prevalencia de esquemas completos tiene una tendencia ascendente con la edad, siendo el mayor en 60 y más con el 79.9 por ciento y menor para el grupo de 18 a 29 años con el 24.3 por ciento.

Sobre la frecuencia de eventos adversos reportados por personas que recibieron al menos una dosis de una vacuna contra Covid-19; el 41.9 por ciento no reportó ninguna molestia. La principal molestia fue dolor en el brazo, seguido de fiebre y dolor de cabeza.

Dentro de las razones para no vacunarse, en el grupo de 30 a 39 el 17.6 por ciento dijo que por causas ajenas a su voluntad no se había vacunado por ejemplo, no lo dejaron/dejarían salir de su trabajo, se acabaron las vacunas/no alcanzó, la fila es/era muy larga, no tuvo/tiene quién lo acompañara).

En el grupo de 40 a 49 años, la razón principal para no vacunarse fue creer que la vacuna tiene efectos adversos para su salud, seguido por causas ajenas a su voluntad y por enfermedad o contraindicación médica. En el grupo de 50 a 59 años, la principal razón para no vacunarse es porque cree que la vacuna tiene efectos adversos para su salud, seguido de causas ajenas a su voluntad.

En el grupo de 60 y más, la principal razón es que cree que la vacuna tiene efectos adversos para su salud, seguido por enfermedad o contraindicación médica y porque creen que la vacuna no sirve.

AVC

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