Los medios de comunicación estatales y nacionales han dado cuenta de las muchas irregularidades en el proceso de elección de los delegados distritales de Morena durante los días 30 y 31 de julio en las 32 entidades federativas del país.
La mayoría de analistas han calificado esta elección como un desastre, pues entre los propios líderes y militantes de Morena se acusan mutuamente de que hubo coacción hacia los empleados de gobierno para obligarlos a votar, de compra de votos, de alteración en el padrón de militantes, de embarazo de urnas, de acarreo de personas con cargo al erario de los gobiernos estatales y de los ayuntamientos; se presentaron enfrentamientos a golpes entre militantes, quema de boletas y de urnas y hasta la detención de la diputada local morenista por Minatitlán, Jessica Ramírez Cisneros, entre muchas otras violaciones a las leyes electorales.
Se puso de manifiesto que en realidad lo que mueve a los morenistas es la ambición de poder y de dinero, de que no tienen una doctrina política ni filosófica de servicio hacia las clases trabajadoras y hacia el pueblo en general, ni tampoco un historial de lucha que los avale como gente con responsabilidad social, por lo que se ve casi imposible que vayan a construir una patria distinta a la que tenemos hoy: en la que priva la desigualdad económica, es decir, en donde la riqueza social se concentra en unas cuantas manos mientras que la mayoría de la población vive en condiciones de precariedad por la falta de empleos, bajos sueldos, incremento en los precios de los productos de la canasta básica y de los combustibles, la falta de apoyo al campo, la inseguridad, etc.
También se confirma que la mayoría de los políticos de Morena son chapulines que han migrado de otros partidos hacia éste por ser el que tiene el poder y ven la oportunidad de seguir pegados a la ubre gubernamental para vivir cómodamente. En realidad, no tienen un compromiso serio con las clases trabajadoras de México. Todas las promesas que hicieron de acabar con la pobreza, la inseguridad y la corrupción son mentiras. Se trató de propuestas para ganar simpatía con la gente y encumbrarse en los puestos de elección popular.
La gente de Morena de palabra dirá lo que quieran, pero en el fondo siguen pensando y actuando igual que antes y no van a hacer ninguna transformación real en la actual sociedad. Porque para formar a una sociedad distinta se requiere un hombre con una mentalidad y una forma de actuar nueva.
Todas las chapuzas que realizaron los morenistas son un adelanto de lo que seguramente sucederá en la elección a gobernador en Veracruz en 2024, elección en la que quieren imponer a como dé lugar a su candidata, la secretaria de Energía a nivel federal, Rocío Nahle. Una persona que ha sido calificada como la segunda funcionaria más corrupta de la administración de López Obrador, que tuvo la desfachatez de inaugurar una refinería que no está terminada, ya que no está refinando petróleo, y de mentir reiteradamente en el costo total de la obra.
En Veracruz ya hemos visto una gran cantidad de costosísimos espectaculares en los que “los veracruzanos” supuestamente le agradecemos a Rocío Nahle la construcción de la refinería de Dos Bocas, la realización de una encuesta que también es muy cara, la organización de costosos eventos anticipados de promoción electoral y la puesta en marcha de una campaña de difusión en medios de comunicación para favorecerla, que también es costosa. Diversos columnistas y analistas han sostenido que todos estos gastos suman una cantidad de dinero muy cuantiosa y que es el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez quien los ha pagado, extrayéndolo de los recursos que deberían utilizarse para hacer obra en favor de los veracruzanos. ¿Será cierto que los veracruzanos hacen agradecimientos a esa señora?
También hemos sido testigos de la actitud represiva del gobierno de Cuitláhuac García en contra de todos sus adversarios políticos utilizando la ley como garrote para fabricar delitos, del uso del terror para hostigar a las organizaciones e individuos; de los reveses que le ha dado el Poder Judicial federal, como por ejemplo, al echar abajo la reforma al Código Penal que elevaba el castigo por el delito de ultrajes a la autoridad y la liberación de José Manuel del Río y de Pasiano Rueda como consecuencia de que este Poder les otorgó amparos y el uso de la fuerza pública en contra de campesinos, maestros y colonos.
Hoy estamos viendo como el Poder Legislativo está al servicio de los promotores de Rocío Nahle y de como los diputados obedecen ciegamente las órdenes de Palacio de Gobierno: el jueves 28 de julio la diputada Magaly Armenta Oliveros presentó una iniciativa ante el Congreso Local para hacer veracruzana a la zacatecana Rocío Nahle, modificando la Constitución del estado para quitar los impedimentos legales que estorban para imponerla como candidata a la gubernatura de Veracruz. Por eso en la reciente elección interna de Morena era preciso imponer como delegados, al precio que fuera, a sus incondicionales, dinero que también el gobierno de Cuitláhuac García extrajo del erario de Veracruz para poner en practica las chicanas que ya narramos anteriormente.
Es vergonzoso observar como los diputados al Congreso de Veracruz se ponen al servicio del gobernador y del grupo de Rocío Nahle, olvidándose de que son representantes populares y de que su obligación es defender a sus representados y promover el desarrollo de sus distritos. Los veracruzanos no debemos votar por este tipo de gente.
De todo lo anterior se concluye que el partido de Morena tratará de ganar la elección de 2024 utilizando todos los medios a su alcance, no importando que sean ilegales e inmorales, como, por ejemplo, presionando a los adultos mayores, a los jóvenes becarios y al resto de beneficiarios de los programas sociales con fines mezquinos y de grupo.
Hay que prepararnos para no permitir que en el 2024 se siga utilizando el presupuesto de los veracruzanos para tratar de hacer ganar a Rocío Nahle, para no permitir tampoco el uso de la fuerza pública para reprimir y controlar el proceso electoral, ni el uso de los programas de entrega monetaria directa para coaccionar el voto. Prepararnos para no dejarnos engañar con las promesas de su candidata que nos ofrecerá construir un Veracruz maravilloso y desarrollar la creatividad para inhibir el uso de grupos violentos el día de la elección.
Necesitamos a un gobernador distinto al perfil de los políticos morenistas. Un gobernador que tenga visión de Estado, que respete las instituciones, que sepa qué hacer para mejorar las condiciones de vida de los veracruzanos, que respete la Constitución y que tenga una trayectoria de trabajo limpia.
Si queremos construir un Veracruz en donde todos podamos trabajar y vivir en paz, es absolutamente necesario construir una opción política de gente verdaderamente honrada, con una concepción clara y científica del mundo, en la cual se haga a un lado los intereses de grupo y se ponga en primer lugar los intereses de toda la población veracruzana. Reiteramos el planteamiento de que solo el pueblo unido y organizado, consciente de sus derechos y obligaciones podrá construir una forma de organización social y económica superior en donde el interés no sea la obtención de ganancia de unos cuantos sino el bienestar común. No hay de otra.