El intocable, el innombrable, el “expresidente”, hoy está bajo investigación. Uno de los hombres más despreciados y señalados por el lopezobradorismo, el anterior presidente de México, al que le tocó manejar las crisis de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa, quien carga todavía con el escándalo de la casa blanca de su exesposa. Criticado, señalado, acosado, él y su familia han sido blanco de ataques desde que estaba en la presidencia, acciones de violencia digital que hacen ver las burlas contra el hijo menor de López Obrador como una bromita de preescolar. Pero el tema es otro.
Sin meter el asunto despacito, con intrigas, como le gusta a Andrés Manuel; de repente nos enteramos en la conferencia matutina del presidente, la del jueves 7 de julio, que la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación al detectarse un esquema de transferencias millonarias del que presuntamente el ex presidente Enrique Peña Nieto obtuvo beneficios por más de 26 millones de pesos, pero no cuando estaba en la presidencia, si no durante 2019 y 2021.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, informó que tras un análisis de reportes financieros se detectó un esquema en el que “un expresidente de la República” se benefició de una red de transferencias. “Derivado de las facultades con que cuenta la UIF se realizó un análisis de los reportes financieros y avisos de quienes realizan actividades vulnerables a través de los cuales se detectó que un expresidente obtuvo beneficios económicos. Se observó que mediante transferencias internacionales recibió 26 millones 1 mil 429.74 pesos”, dijo.
Explicó que los supuestos beneficios del exmandatario se dieron por tres transferencias: el 21 de agosto de 2019 por 16 millones 8.20 pesos, el 20 de octubre de 2021 por 5 millones 702 mil 0.62 pesos y el 21 de octubre de 2021 por 5 millones 718 mil 0.92 pesos. De entre los detalles que Gómez compartió en la conferencia, para ponerle limón al chileatole, mencionó que las transferencias fueron hechas por un “consanguíneo”, desde México hacia España; de la misma forma que en años anteriores lo hiciera con un hermano del exmandatario mexicano.
Gómez Álvarez también informó que se detectó que “el expresidente tiene vínculos corporativos” con dos empresas «respecto de las cuales se fijaron irregularidades fiscales y financieras». De acuerdo con la información presentada hoy en Palacio Nacional, con respecto a la compañía denominada como «A», se detectó que Peña Nieto y familiares consanguíneos son accionistas de ésta y por ellos se llevan a cabo operaciones con montos elevados. Aclaró que la empresa familiar existe antes de que el entonces candidato presidencial por el PRI ganara las elecciones de 2012. Por último el titular de la UIF informó que la información analizada ya fue entregada a la FGR, misma que ha abierto una carpeta de investigación no sólo contra Peña Nieto, sino contra otras personas, aunque no reveló cuántas ni de quiénes se trata.
Y después de la elocuente exposición de Pablo Gómez regresó a escena el protagonista principal del informe mañanero, López Obrador y, con la delicadeza y deferencia con la que habla de los cabecillas del narco y grupos de la delincuencia organizada, dijo: “Es muy importante el que podamos actuar con responsabilidad para no hacer juicios sumarios y que al mismo tiempo actuemos con transparencia, es una línea muy delgada pero se puede si asumimos nuestra responsabilidad. No es para decir `Se acusa al expresidente Peña Nieto de lavado de dinero´, no”.
Así que no nos aceleremos. Muchas y muchos, incluso quienes no simpatizan con Morena y el presidente, quisieran que se llamara a cuentas a Enrique Peña Nieto, pero hasta el momento, y en propia voz de López Obrador, hay que ser cautelosos. ¿Será que le quemaron el cartucho al tabasqueño antes de que él lo quisiera?, como decimos en el ambiente periodístico, le quemaron la nota y él sacó el pañuelito blanco, en sentido figurado; le pasó como cuando en el salón te tiras un pedo y le echas la culpa al de junto, todos lo olieron, hasta lo escucharon, pero no vieron de dónde salió. Una cruzada contra Peña desde el Gobierno Federal sería la última brazada antes de ahogarse, el centro al área en el minuto 90, el último lanzamiento del out 27 en 3 y 2. ¿Apoco ya no tienen con qué y recurren a eso?
López Obrador no pondría tras las rejas a Peña Nieto, su especialidad es manejar a un país con retórica, dirigir el discurso y la atención social, manipular.