Cuando se esperaba una respuesta conciliadora del presidente Andrés Manuel López Obrador a la demanda de los jesuitas, que desde hace una semana, tras el asesinato de dos sacerdotes de esta orden religiosa en la Sierra Tarahumara de Chihuahua están pidiendo que revise y corrija su estrategia de seguridad pública para combatir al crimen organizado porque “los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, ayer el mandatario descalificó a los miembros de la Compañía de Jesús, reprochándoles “con todo respeto, que no siguen el ejemplo del papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana”.
Al anunciar que el próximo viernes 1 de julio dará desde Dos Bocas, Tabasco, un informe trimestral “como los que hacemos, para dar a conocer al país cómo estamos, cómo vamos en lo económico, en lo social, informar más sobre el plan de seguridad y argumentar con datos del por qué no vamos a cambiar nuestra estrategia de atender las causas de la violencia y no hacer lo de antes, que se quería enfrentar la violencia con la violencia, porque eso fue una estrategia fallida que nos afectó muchísimo, y una estrategia fallida e inhumana”, AMLO remarcó que “la paz, no hay que olvidarlo, es fruto de la justicia”.
“Además, vamos a dar resultados de cómo vamos avanzando. Y nuestros adversarios con sus voceros y achichincles tratan de confundir, desinformar, manipular, diciendo: ‘¡Qué barbaridad! ¡Nunca ha habido tanta violencia en México como ahora!’ Pues no es cierto, si hubiésemos continuado con la misma política que se impuso desde que se declaró la guerra a la delincuencia organizada el país estaría en completa descomposición, ingobernable.
“Pero todos esos no dicen nada de cómo ajusticiaban a personas, cómo aplicaban el ‘mátalos en caliente’, cómo creció en México el número de masacres, los índices de letalidad, cómo remataban a los heridos; todo eso se les olvida. Incluso hasta los religiosos, con todo respeto, que no siguen el ejemplo del papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana”, recriminó, soslayando que el Sumo Pontífice, que también pertenece a la Compañía de Jesús, externó “¡Cuántos asesinatos en México!” al lamentar las muertes de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, de 79 y 81 años, que fueron ejecutados el lunes 20 en el interior del templo de la comunidad tarahumara de Cerocahui, al proteger a un guía de turistas que huía de los sicarios.
El Presidente parece ignorar que los jesuitas son la agrupación intelectual más importante, influyente y poderosa de la Iglesia católica. A esta orden religiosa perteneció un ilustre veracruzano: Francisco Javier Clavijero, quien estaba dedicado al estudio de las lenguas, costumbres y cultura de los pueblos indígenas hasta que, el 26 de junio de 1767 tuvo lugar un evento que sacudió a España y sus colonias, en tiempos de las reformas borbónicas y, en el marco del conflicto Iglesia-Estado, donde los jesuitas representaban los intereses de la política del papa dentro de los estados, y contaban con independencia de los arzobispos, generaban animadversión por otros sectores de la iglesia y de la corona. Así, por orden de Carlos III, rey de España, fueron expulsados de todos sus dominios y se les remitió inmediatamente a Italia.
Sin mayor explicación, se leyó el decreto cuyo último párrafo decía: “y pues de una vez para lo venidero deben saber los súbditos del gran Monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar y obedecer y no para discurrir ni opinar en los altos asuntos del gobierno.”
A Clavijero lo sorprendió en Guadalajara, donde le ordenan hacer su maleta y lo apresan por jesuita. Corrió la misma suerte que sus compañeros novohispanos, en su mayoría, misioneros de los indios nómadas del norte, misioneros de obras de caridad y apoyo a los pobres y otro grupo importante, conformado por catedráticos, investigadores y maestros en escuelas de los indios. Todos parten hacia Veracruz para embarcarse el 25 de octubre de 1767 en la nave “Nuestra Señora del Rosario”.
Cierran radiodifusoras en Coatza
Ayer, en las redes sociales, se difundió que después de 53 años de presencia en Coatzacoalcos, Grupo ACIR decidió cerrar sus estaciones de radio Amor 107.5 y La Comadre 100.1, ambas de Frecuencia Modulada (FM), por presuntos problemas financieros.
Saldrán del aire a partir de este martes 28 de junio.
Esto viene a confirmar la versión de algunos empresarios y líderes sindicales del sur del estado, quienes comentan que todavía no ven el boom económico que supuestamente detonarán en esa región el Corredor Transístmico y la creación de diez parques industriales.
Vaya panorama, y todavía está latente la amenaza de la recesión económica en Estados Unidos que inevitablemente impactará a México, el segundo socio comercial de Norteamérica.