¡Ah cabrón! No se equivocó el Presidente López Obrador cuando escogió a Alejandro Cárdenas “Amlito” como nuevo dirigente nacional de su viejo partido. Ni el infumable e insípido Mario Delgado ha ganado tantas elecciones como los estados que el “He-Man” campechano le ha entregado al tabasqueño, a pesar de que sabe que es más desechable que un pañal de bebé recién nacido.

Para la chairiza desmemoriada, les recuerdo. Ayer se cumplieron tres años de que López Obrador firmó el acta de defunción del PRI durante una reunión de la CONAGO al que asistieron los 11 gobernadores que entonces tenía el PRI. Hoy sólo le quedan dos y eso porque las elecciones serán hasta el próximo año: Estado de México y Coahuila.

¿Qué les dijo el nuevo jefe máximo del PRI a los gobernadores? Les advirtió que aquel Gobernador que no apoyara a Alito se atendría a las consecuencias, y que, de bajarse de la cargada, entonces no les extrañara que tuviera una repercusión negativa en sus respectivos presupuestos estatales”. Así de cabrón.

“Soy de los que piensan que el PRI jamás debe regresar al poder presidencial en México. Su ciclo histórico debe cerrarse y nunca volver. Ya ha hecho demasiado daño” y pues para eso necesitaba a Alito en el PRI.

Alejandro Cárdenas le ha cumplido y le ha entregado al Presidente todas las elecciones, salvo la de Durango porque PAN y PRI se le salieron del huacal. Alito ha hecho más por Morena que ningún otro de sus dirigentes.

Eso de balconearlo con grabaciones contra periodistas es pura cábula. Si lo quisieran fastidiar nomás que se den una vueltecita por Campeche e investiguen de donde salieron tantas propiedades y riqueza. La farsa es para desacreditar a Alito –cosa que lo tiene sin cuidado-, no para meterlo al bote.

Alito, Murat y hasta Fayad cumplieron sus compromisos del Presidente, así tuvieran que sacrificar a la mismísima secretaria general. Es parte del acuerdo de impunidad. Ya vendrán las embajadas, los negocios, el perdón y los premios al desempeño.

El PRI está muerto. Los priistas no. Por eso, los dirigentes –Manlio, Beatriz, Claudia, Coldwell, Camacho, Roque (Enrique Ochoa no porque ni priista era cuando fue presidente)- preparan cónclave para repartirse las pocas pertenencias del difunto.

Lo mismo pasa en la aldea. Gracias a una “afortuna coincidencia”, el joven Marlon, que tampoco ha ganado una más que su propia curul, ya se sentó a fichar con “the eight ball” y ofrecerle besos y caricias a cambio de seguir regenteando al PRI y mantenerse como diputado del montón con las bolsas llenas. Con los votos a favor de Morena en el Congreso, el “crítico dirigente” no expele más que verborrea. A nadie extraña. Ya lo hizo con los Yunes.

¿Qué arreglaron Cisneros y Marlon con la inútil presencia de Arianna Ángeles? Lo sabremos antes de la próxima reforma que proponga el ínclito huésped de palacio de gobierno.

Hay algo que la chairiza no acaba de entender, aunque lo tenga en sus narices: que el PRI desaparezca no quiere decir que vayan a desaparecer los priistas. La mayoría de ellos ya están en Morena, incluso gobiernan el país, los estados y los municipios.

Miles de priistas se encuentran enquistados en los gobiernos estatales y municipales haciendo negocios millonarios, como antes lo hicieron en el PRI. ¡Muera el PRI! ¡Vivan los priistas!

Lo que se compra con dinero es barato

Algunos de los impolutos y encumbrados morenistas que trabajaron durante los gobiernos de Fidel y Duarte aprendieron muy bien eso de que lo que se compra con dinero es barato. Así que, una vez asegurada sus fortunas y las de su familia, ahora le están metiendo billete a la política para asegurar su permanencia en el 2024.

Así, por ejemplo, el primo incómodo, ya anda gastando millones en promoverse como el aspirante local a la gubernatura con un solo un argumento: “después de mi primo, cualquiera puede ser Gobernador”. Ya confirmaron que el dinero sirve para comprar conciencias, lealtades, candidaturas, votos en el Congreso, movilizar y todo lo que haga falta.

Como Duarte, confiado en los resultados electorales –Javier ganó todas las elecciones hasta que perdió su sucesión-, el Gobernador presume que tiene la venia del Presidente para escoger a su sucesor a través de la encuesta.

El problema es que, si no han sido capaces de organizar una lección interna y han tenido que ganarla a la mala, ¿qué les hace pensar que sí pueden ganar una interna? Los carniceros empiezan a afilar los cuchillos.

 LA RATONERA

El maese Julio Méndez Vallejo presenta hoy su primer libro: La Delgada Línea. Ahí platica de lo que ha registrado con su lente y lo que ha vivido como fotoperiodista en 30 años. La tertulia será en el Congreso del estado a la una. Ahí estará toda la flota reporteril que lo ha acompañado. ¡Aikir!