La intervención de árboles en avenidas y calles de Xalapa por parte de autoridades municipales son en muchos casos podas extremas e innecesarias, revelaron la académica de la Universidad Veracruzana (UV), Nadia Olinda Gómez Luna y el director del Jardín Botánico “Francisco Javier Clavijero”, Orlik Gómez García.

En un artículo conjunto los también integrantes del Instituto Nacional de Ecología advierten que la justificación para estas podas es evitar riesgos o liberar luminarias y cables; sin embargo, con este tipo de acciones los árboles sufren daños que en algunos casos se vuelven irreparables.

“Resulta increíble que sea en estos meses de temperaturas tan elevadas, cuando el gobierno municipal intervenga los árboles urbanos con podas extremas y muchas veces innecesarias, y, peor aún, con la tala y retiro de árboles, en apariencia sanos, cuyas copas mitigan con su intensa sombra las elevadas temperaturas en las calles, con el argumento anacrónico de evitar riesgos o liberar luminarias y cables”.

Los especialistas señalan que durante los primeros 5 meses de este año las temperaturas diurnas han sido atípicamente altas, con entre 30 a 35 grados Celsius, en ciudades como Xalapa, acostumbradas a temperaturas de entre 15 a 27 grados, por lo que el aporte de los árboles a disminuir las llamadas “islas de calor” es importante, pero son podados.

“En lugar de ello, los árboles deberían ser vistos son los mejores aliados contras las altas temperaturas diurnas en calles y avenidas de nuestras ciudades”, señalan.

Consideran que bajo estas condiciones caminar por las calles o incluso permanecer dentro de las casas, en una auténtica tortura, que se combina con la escasez de agua potable, crean un grave problema de habitabilidad urbana cada vez más perceptible.

Los académicos consideran que desde hace décadas se registra una pésima gestión del arbolado urbano que hace que la ciudadanía y sobre todo la autoridad ambiental, perciba a muchos árboles en auténticos estorbos o en generadores de problemas por venir, pues hay una ausencia de las prácticas de arboricultura adecuadas, criterios técnicos de vanguardia, basados en el reconocimiento del valor y los beneficios de los servicios ambientales que brindan los árboles y bosques urbanos para mantener la mejor calidad de vida en un entorno urbano con ambiente sano.

“Es común encontrar ejemplares plantados en sitios totalmente inadecuados, y queda claro que del mal manejo inicial y posterior, derivan otros problemas como la obstrucción de señalética y de desagües, roturas de cables y banquetas, ocultamiento de luminarias, exposición a golpes y daños por vehículos altos y, sobre todo en primavera y verano, la falta de sombra sobre la vía pública, sin mencionar la pésima imagen urbana que dan los árboles desmochados o con forma de cola de zorra”.

Con imágenes que muestran la ubicación de árboles cuyas ramas están entre árboles, señalan que a las prácticas erradas de la autoridad municipal se suman las “brutales” intervenciones sobre las copas que hacen las empresas privadas y públicas de servicios de telefonía, televisión e internet por cable.

“Es una práctica ofensiva y que mutila de manera grotesca a los árboles. Un ejemplo muy claro es la avenida 20 de Noviembre, a la altura del panteón antiguo. En este lugar hay muchos ejemplares jóvenes de Ficus (Ficus benjamina) plantados a lo largo de jardineras angostas. Prácticamente en cada uno de ellos se pueden apreciar los brutales desmoches a través de toda la copa y que, por supuesto, liberan los cables de manera parcial, pero dañando enormemente a los árboles”.

De acuerdo con ambos especialistas los árboles mutilado van muriendo, siendo invadidos por plagas, barrenadores, pudriciones desde la raíz y el fuste y entonces corren el riesgo de caídas.

“¿Cuál es, entonces, la intención al reducir al máximo las copas frondosas de los árboles urbanos? No parece haber nada claro. Ante esta nada clara actuación, podemos pensar que para la autoridad ambiental urbana es mucho más fácil aplicar una anacrónica solución radical, desmochar a los árboles con copas sanas y frondosas, con la excusa deliberar las líneas de energía, las luminarias nocturnas o, como anotamos antes, prevenir riesgos”.

Ambos coincidieron en señalar que la gestión del arbolado urbano requiere de inventarios y evaluaciones permanentes, contar con técnicos inteligentes y sensibles, y desde luego con cuadrillas capacitadas en el arte de cuidar los árboles; además, que los gobiernos municipales en turno regulen drásticamente a las empresas privadas y públicas de servicios por cable mencionadas, exigiéndoles a sus podadores una acreditación como podadores de árboles urbanos debidamente obtenida, que garanticen la aplicación de las técnicas eficaces de arboricultura enfocadas sobre el bienestar de los árboles.

Y agregaron que la ley número 697 de Protección, Conservación y Fomento de Arbolado y Áreas Verdes Urbanas para el Estado de Veracruz establece que, al ser de utilidad pública, todos los árboles y palmeras plantados en zonas urbanas están sujetas a medidas legales de promoción, fomento y protección, reconociendo a los árboles urbanos como elementos fundamentales para el bienestar en las ciudades.

AVC/Perla Sandoval

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