Trescientos cincuenta productores de plátano de los municipios de San Rafael y Martínez de la Torre, en el centro del estado, enfrentan la peor crisis de comercialización de los últimos 30 años.
Un exceso de fruta en Tabasco y una helada que dañó la producción en esta zona propiciaron que bajaran tanto los precios, que los campesinos se han visto obligados a tirar sus cosechas o dárselas al ganado.
Enfrentar esta situación en cualquier otro año no hubiera sido mayor problema, pero en esta ocasión hay otros factores que desde hace meses generan complicaciones.
En agosto de 2021, el huracán Grace, que impactó en Veracruz, destruyó cultivos, y debido a que no contaban con apoyos federales, los agricultores tuvieron que gastar sus ahorros de la cosecha anterior para volver a levantar sus plantaciones.
También jugó en contra el incremento de entre 200 y 300 por ciento del precio de los fertilizantes a causa del conflicto entre Ucrania y Rusia, ya que este último país es el principal proveedor del abono a México.
Juan José Rodríguez Velasco, de estatura media, rollizo y de piel morena, tiene la fama de ser uno de los productores de plátano más dedicados de la región. Sin estudios formales, buscó la amistad de ingenieros agrónomos y ha viajado a Costa Rica con el fin de capacitarse sobre cómo cultivar fruta de calidad.
“Mi padre nació entre matas de plátano y yo estoy muy orgulloso de eso”, dice a modo de presentación, mientras se adentra por un camino de terracería flanqueado por cultivos.
“Este de aquí ya tiró”, dice con un dejo de indignación, sin voltear a ver a la persona que le sigue los pasos. “Este de acá”, también, y señala al lado contrario.
En las orillas del camino se pueden ver racimos tirados. Algunos de los vecinos han optado por machetear la fruta para que se descomponga más rápido y se integre a la tierra.
–¿Por qué están tirando su fruta?
–Porque no tiene valor. Los costos de producción están entre 2.50 y 3.00 pesos por kilo, y se vende en el mercado en 80 centavos.
Juan José atribuye la baja de los precios a un excedente de producción en Tabasco, que ha inundado el mercado nacional, pero también a las heladas de diciembre de 2021, que provocaron que el plátano de esta región se viera afectado y no pudiera competir en calidad.
“Cuando en esta zona llegamos a 10 grados la fruta se quema, se acanela, como decimos nosotros, y eso hace que pierda valor en el mercado porque ya no se pone amarilla, como le gusta a la gente, aunque su sabor sigue siendo muy bueno, incluso más dulce”, señaló.
En San Rafael y Martínez de la Torre hay un promedio de 350 personas que en conjunto cultivan más de mil 350 hectáreas de plátano.
Su trabajo hace que Veracruz sea el cuarto productor más importante del país, después de Colima, Chiapas y Tabasco; no obstante, aseguran que ahora que pasan por una mala racha no hay quién los apoye.
“Los productores de la zona no están vendiendo su plátano; lo están botando en la huerta o lo regalan para el ganado, pero no se está comercializando”, lamentó Rodríguez.
La plantación de Juan José, en la localidad de Cementeras, en San Rafael, es recorrida por una cuadrilla de seis peones que con machetes bajan los racimos de plátanos acanelados y los acomodan en un remolque; después los llevarán hasta un rancho ganadero en Gutiérrez Zamora, donde se darán como alimento a los animales.
–¿Por qué no tira la fruta, como los demás?
–Porque no puedo. Me entristece ver mi cosecha en el suelo.
–¿Y en cuánto lo vende?
–Lo regalo con tal de no verlo aquí tirado –contesta resignado.
Juan José ya ha destinado 40 toneladas de plátano al ganado y afirma que otros lugareños han llegado a tener hasta 8 mil racimos en el suelo.
Explica que la situación es aún peor porque en agosto de 2021 los vientos de 205 kilómetros por hora y las fuertes lluvias que trajo consigo el huracán Grace, categoría 3, destruyeron los plantíos, y aunque se hicieron censos para recibir apoyos del gobierno federal, éstos no llegaron.
“Llevamos nueve meses levantando nuestras huertas y ahora que tenemos el producto no lo podemos vender. La pérdida es mayor que en otros años porque pasamos nueve meses invirtiendo con la esperanza de reponernos en esta cosecha”.
En esta área de Veracruz, cada año golpean uno o dos huracanes. La diferencia con otras ocasiones, dijo, es que el gobierno federal no previó la ayuda por desastres naturales, y se elevó el precio de insumos como el fertilizante, el hilo que usan para amarrar las matas o las bolsas que utilizan para proteger la fruta de las plagas.
Aunque en un primer momento la crisis de comercialización la absorben los productores, Juan José Rodríguez advierte que ésta perjudicará después la economía de toda la región: desde el jornalero, al que habrán de recortarle las horas de trabajo, hasta los dueños de tiendas de abarrotes, porque la gente no tendrá dinero para comprar.
AVC/Eirinet Gómez
Conéctate con Formato7:
TEXTO Y CONTEXTO | Cuando el de sistemas es muy ambientalista