La incapacidad es manifiesta; el gobierno de López Obrador no ha podido inhibir ni un ápice la violencia que ya se adueñó de medio país, por mucho que la titular de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, insista en que la incidencia delictiva va a la baja.

Se necesita una buena dosis de cinismo para hablar de esa manera cuando los asesinatos se multiplican todos los días.

Con 120 mil 499 crímenes dolosos hasta el mes de abril, López Obrador ya superó los 120 mil 463 asesinatos que se cometieron en todo el sexenio de Felipe Calderón.

Hasta hoy Enrique Peña Nieto carga con el dudoso honor de presidir el sexenio más sangriento con más de 157 mil asesinatos dolosos. Pero a medida que se suceden los crímenes en esta administración, para el 2023 lo habrán rebasado los muertos del tabasqueño.

Con estas cifras, ¿de dónde saca la señora Rodríguez que la violencia va a la baja? ¿Es que acaso ni ella ni su equipo saben contar? Creo que no porque a los periodistas ultimados en los primeros cinco meses de este año los están restando.

Este jueves fue asesinado el noveno, sin embargo, la presidencia de la República dice que van seis. A ver, contemos. José Luis Gamboa Arenas, asesinado el 10 de enero; Margarito Esquivel Martínez, el 17 de enero; Lourdes Maldonado, el 23 de enero y Roberto Toledo el 31 de ese mes.

A Heber López lo asesinaron el 10 de febrero y a Jorge Camero Zazueta el día 24. El 4 de marzo fue abatido Juan Carlos Muñiz; el día 15 fue acribillado Armando Linares. Y ayer 5 de mayo fue asesinado en Sinaloa Luis Enrique Ramírez Ramos.

Todos estos ataques tienen un denominador común: el falso dolor del presidente, tan falso como el machote que utiliza para expresar sus condolencias. “Lamentamos y condenamos este asesinato. Nuestras sinceras condolencias a los familiares; decirles que nos duele mucho esta tragedia pero no descansaremos hasta dar con los culpables; cero impunidad”.

Y los periodistas siguen cayendo impunemente.

Si tuviera vergüenza se callaría porque es el presidente que más ha atacado y difamado a los periodistas y él lo sabe, como también lo saben sus adláteres. Con todo, este miércoles Elizabeth García Vilchis dijo en “Quién es quién en las mentiras” que este gobierno no persigue a nadie, promueve el diálogo y respeta el derecho a disentir, lo que muestra que a cínicos no hay quien les gane.

Entrampado en su cuarto año de gobierno, López Obrador ya se dio cuenta que no pudo con la pandemia de la violencia que prometió erradicar en dos años. Como tampoco cumplió ni cumplirá con el mundo idílico que prometió a los mexicanos desde el canal televisivo de Grupo Imagen.

Faltando diez días para que se terciara la banda presidencial, concedió una entrevista a Ciro Gómez Leyva que le preguntó. “¿Sin seguridad no hay Cuarta Transformación?”

—Sí, estoy de acuerdo con eso, y va a haber seguridad, va a haber paz, tranquilidad… le digo a la gente que no les voy a fallar, vamos a sacar a México adelante, va a crecer la economía, va a haber empleos, va a haber bienestar, va a haber paz y va a haber tranquilidad; estoy optimista- contestó.

Caray, qué cosas tiene la vida… qué cosas tiene la vida.

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