Rusia amplió el viernes su ofensiva militar sobre Ucrania al atacar por primera vez las inmediaciones de aeropuertos en el oeste del país, mientras observadores e imágenes satelitales indicaron que sus tropas, estancadas desde hace tiempo en una caravana a las afueras de la capital, Kyiv, trataban de maniobrar para rodear la ciudad.
Con la invasión ya en su tercera semana, Estados Unidos y sus aliados se preparaban para reforzar esfuerzos para aislar a Moscú revocando el estatus comercial de “nación más favorecida” de Rusia. La decisión sigue a las crecientes críticas por un letal ataque aéreo ruso a un hospital de maternidad de una ciudad portuaria clave, Mariúpol, sometida a un asedio que dura ya 10 días.
Los ataques en el oeste podrían ser el mensaje del Kremlin de que ninguna zona del país es segura. Según funcionarios occidentales y ucranianos, las fuerzas rusas han tenido problemas al toparse con una resistencia más firme de lo esperado e incidencias en el suministro y la moral. Por el momento, sus mayores avances son en ciudades del sur y el este, mientras siguen estancados en el norte y en las inmediaciones de Kyiv.
Dos soldados ucranianos murieron y seis personas resultaron heridas en el ataque aéreo ruso sobre un aeródromo militar en Lutsk, dijo el máximo responsable de la región de Volyn, Yuriy Pohulyayko. En Ivano-Frankivsk, su alcalde, Ruslan Martsinkiv, dijo que ordenó a los residentes que se resguardasen en refugios tras una alerta aérea.
Según el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, sus tropas emplearon armas de largo alcance de alta precisión para inutilizar los aeropuertos militares de Lutsk e Ivano-Frankivsk, pero no ofreció más detalles.
Por otra parte, nuevas imágenes satelitales parecían mostrar que el enorme convoy que estaba a las afueras de la capital se ha dispersado hacia pueblos y bosques próximos a Kyiv, con piezas de artillería en posición de ataque, en otro movimiento potencialmente nefasto.
El gigantesco convoy se concentró a las afueras de Kyiv la semana pasada, pero su avance pareció frenarse en medio de reportes de escasez de alimentos y combustible. Funcionarios estadounidenses dijeron que las tropas ucranianas atacaron la columna militar con misiles antitanque.
Las imágenes satelitales de Maxar Technologies mostraron que la columna de vehículos, tanques y equipos de artillería de 64 kilómetros se ha deshecho y reubicado, explicó la compañía. Unidades de blindados fueron vistas en localidades cercanas al aeropuerto Antonov, al norte de la ciudad. Algunos de los vehículos se adentraron en el bosque, reportó Maxar, con obuses remolcados en posición de disparo.
Parece que los vehículos de la caravana se movían hacia el oeste, tratando de rodear la ciudad por el sur, dijo Jack Watling, investigador del centro de estudios británico Royal United Services Institute. Esto podría indicar que se están preparando “para un sitio en lugar de para un asalto” de la capital, añadió.
El Ministerio de Defensa británico apuntó que, tras realizar “avances limitados” por los problemas logísticos y la sólida resistencia ucraniana. Las fuerzas rusas estaban tratando de “reajustarse y reposicionarse” de cara a la ofensiva contra Kiev.
Por otra parte, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, dijo que Moscú tenía conocimiento de “más de 16 mil solicitudes” de países de Oriente Medio, muchas de ellas de gente que, según afirmó, ayudaron a Rusia frente al grupo extremista Estado Islámico, de acuerdo con una transcripción del Kremlin.
Las autoridades ucranianas tratarán de nuevo el viernes de llevar ayuda a Mariúpol, un puerto de 430 mil habitantes en el sur del país, bajo un intenso cerco ruso. Más de mil 300 personas han muerto en los 10 días de sitio contra la gélida ciudad, dijo la viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk.
Los residentes no tienen calefacción ni conexión telefónica, y muchos carecen de electricidad. Durante la noche, las descienden por debajo del punto de congelación, y de día están apenas por encima. Los cadáveres se entierran en fosas comunes. Las calles están llenas de vehículos incendiados, vidrios rotos y árboles destrozados.
Las tiendas de alimentos y las farmacias fueron vaciadas hace días por quienes trataban de conseguir víveres, según Sacha Volkov, un funcionario local de la Cruz Roja. Hay un mercado negro de verduras, no se puede conseguir carne, y la gente roba gasolina de autos, añadió.
Es difícil encontrar lugares protegidos de los bombardeos y los sótanos están reservados para las mujeres y los niños, dijo Volkov. Los residentes, apuntó, se están enfrentando entre ellos: “La gente ha comenzado a atacarse por comida”.
Vereshchuk anunció esfuerzos para crear nuevos corredores humanitarios para llevar ayuda a la gente en zonas ocupadas o bajo ataque ruso en las inmediaciones de las ciudades de Jersón, en el sur; Chernígov, en el norte, y en Járkiv, en el este.
Unos 2.5 millones de personas han huido del país desde el inicio de la invasión, dijo la Organización Internacional para las Migraciones el viernes. Alrededor de 100 mil personas fueron evacuadas en los últimos dos días de siete ciudades asediadas por Rusia en el norte y el centro, incluyendo los suburbios de Kiev, dijo el presidente, Volodimir Zelenski.
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