Una nueva investigación establece que Marte pudo contener un océano líquido estable en su superficie hace 3.000 millones de años: habría sido habitable al mismo tiempo que la vida comenzaba a germinar en la Tierra.
Una nueva investigación sugiere que Marte pudo haber tenido un océano líquido en su superficie hace 3.000 millones de años, incluso si la temperatura de la superficie estaba entonces completamente helada.
Si el escenario propuesto por esta investigación es correcto, Marte podría haber sido habitable antes de convertirse en el Planeta Rojo, destacan los investigadores. En esa misma época, la vida comenzaba a poblar una gran cantidad de ecosistemas en la Tierra.
Los autores de esta investigación, liderada por Frédéric Schmidt, del laboratorio de Geociencias Paris-Saclay (GEOPS – CNRS/Univ. Paris-Saclay), señalan que ese océano marciano pudo permanecer líquido debido a la circulación constante del agua y de las lluvias costeras periódicas en el planeta rojo, según se explica en un comunicado.
Misterio sobre la vida
La supuesta presencia en Marte de un océano sigue siendo un misterio, más de 400 años después de que Galileo observara por primera vez al planeta rojo.
La NASA ha enviado a Marte diversas misiones para determinar si el planeta rojo dispuso en algún momento de su historia de agua superficial.
Estas misiones han comprobado que Marte tuvo en algún momento un pasado húmedo, en el que tal vez podrían haber existido grandes lagos y ríos en su superficie.
Sin embargo, los modelos climáticos de Marte desarrollados hasta ahora no han podido confirmar la existencia de grandes masas de agua, incluso si se remontan a 3.500 o 4.000 millones de años.
Estos modelos solo parecen indicar que el agua se acumuló en las tierras altas de Marte en forma de nieve, algo que podría refutar la nueva investigación.
Las nuevas simulaciones integran dos nuevos elementos que resultaron ser esenciales: la circulación oceánica y los glaciares, y consideraron la posibilidad de que Marte hubiera tenido en algún momento un clima frío y húmedo.
Océano posible
Las nuevas simulaciones no solo respaldan la hipótesis de un Marte húmedo, sino que también muestran cómo un océano masivo pudo haber sobrevivido a condiciones de congelación para permanecer líquido en la superficie del planeta.
Esas simulaciones establecen que en Marte pudieron darse en determinado momento de su historia una serie de circunstancias únicas que permitieron la persistencia de un océano líquido en la cuenca de las tierras bajas del norte, a pesar de que las temperaturas medias globales estuvieran entonces por debajo del punto de congelación, que es de 0ºC para el agua pura.
Los modelos señalan que la circulación oceánica podría haber calentado regionalmente la superficie hasta 4,5°C, así como que el planeta rojo pudo experimentar lluvias moderadas cerca de las costas y en el océano del norte, al mismo tiempo que capas de hielo congeladas persistían en las tierras altas del sur.
Estas circunstancias únicas habrían contribuido a mantener el océano de Marte a través de un proceso conocido como flujo glacial, señalan los investigadores.
Nueva vía
Los autores de esta investigación destacan también que las conclusiones de sus modelos son coherentes con los datos climáticos de la historia de Marte, ya que muchos de ellos señalan la posibilidad de un pasado húmedo, aunque también es verdad que otros datos contradicen esta posibilidad.
Eso significa que se necesitarán más datos para determinar el conjunto de condiciones climáticas en Marte hace millones de años.
Sin embargo, los autores de esta investigación insisten en que sus modelos pueden ofrecer a las misiones que todavía intentan descifrar el pasado de Marte, un camino que tal vez les permita comprobar que el planeta rojo tuvo un océano superficial estable.
Añaden que estos resultados deberían confirmarse con nuevos datos in situ proporcionados por el rover chino Zhurong, situado en la zona que una vez pudo estar cubierta de agua.
El modelo muestra que un océano en esta etapa del pasado de Marte es plausible, dice Sanjeev Gupta, del Imperial College de Londres, citado por New Scientist, pero es solo una simulación.
“Los autores reúnen observaciones de otros estudios con evidencia de un océano para vincular sus resultados, pero la prueba de un océano no proviene del modelo. Necesitaríamos evidencia geológica más fuerte para un océano”, concluye.
levante-emv.com