Un ‘páncreas artificial’ desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) está ayudando a proteger a niños muy pequeños con diabetes tipo 1 en un momento especialmente vulnerable de sus vidas. La investigación, publicada en el ‘New England Journal of Medicine’, revela que su uso es seguro y más eficaz para controlar los niveles de azúcar en sangre que la tecnología actual.
Los investigadores compararon el rendimiento del páncreas artificial, que utiliza un algoritmo para determinar la cantidad de insulina administrada por un dispositivo que lleva el niño, con la «terapia de bomba aumentada por sensores».
El tratamiento de la diabetes de tipo 1 es un reto para los niños muy pequeños, debido a una serie de factores como la gran variabilidad de los niveles de insulina necesarios y de la respuesta de cada niño al tratamiento, así como sus imprevisibles patrones de alimentación y actividad.
Los niños corren un riesgo especial de sufrir niveles de azúcar en sangre peligrosamente bajos (hipoglucemia) y altos (hiperglucemia). Estudios anteriores han relacionado la hiperglucemia prolongada en niños con diabetes de tipo 1 con puntuaciones más bajas de coeficiente intelectual y un crecimiento más lento del cerebro.
Para controlar los niveles de glucosa de los niños, los médicos recurren cada vez más a dispositivos que controlan continuamente los niveles de glucosa y administran insulina a través de una bomba, que administra insulina a través de una cánula insertada en la piel. Estos dispositivos han tenido cierto éxito en niños mayores, pero no en niños muy pequeños.
La tecnología actual -la terapia de bomba aumentada por sensores- requiere que los padres revisen los niveles de glucosa de su hijo mediante un monitor y luego ajusten manualmente la cantidad de insulina administrada por la bomba.
El profesor Román Hovorka, del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC de la Universidad de Cambridge, ha desarrollado ‘CamAPS FX’, una aplicación que, combinada con un monitor de glucosa y una bomba de insulina, actúa como un páncreas artificial, ajustando automáticamente la cantidad de insulina que administra en función de los niveles de glucosa previstos o en tiempo real.
Se trata de un «sistema híbrido de bucle cerrado», lo que significa que el cuidador del niño tendrá que administrar la insulina a la hora de las comidas, pero en el resto de los momentos el algoritmo funciona por sí mismo. Todavía no existen versiones comerciales de sistemas de bucle cerrado.
«‘CamAPS FX’ hace predicciones sobre lo que cree que puede ocurrir a continuación basándose en la experiencia pasada –explica el profesor Hovorka–. Aprende cuánta insulina necesita el niño al día y cómo cambia en diferentes momentos del día. A partir de ahí, ajusta los niveles de insulina para ayudar a alcanzar los niveles ideales de azúcar en sangre. Aparte de la hora de las comidas, está totalmente automatizado, por lo que los padres no tienen que controlar continuamente los niveles de azúcar en sangre de sus hijos».
En siete centros del Reino Unido y otros países de Europa, el profesor Hovorka y un equipo internacional de investigadores reclutaron a 74 niños con diabetes de tipo 1, de entre uno y siete años de edad, para participar en el ensayo. El ensayo comparó la seguridad y la eficacia de la terapia híbrida de circuito cerrado con la terapia de bomba aumentada por sensores. Todos los niños utilizaron ‘CamAPS FX’ durante 16 semanas, y luego utilizaron el tratamiento de control (terapia de bomba aumentada por sensores) durante 16 semanas.
De media, los niños pasaron alrededor de tres cuartas partes del día (71,6%) en el rango objetivo de sus niveles de glucosa cuando utilizaron ‘CamAPS FX’, casi nueve puntos porcentuales más en comparación con el periodo de control, lo que supone 125 minutos adicionales al día en el rango objetivo.
Los niños pasaron menos de una cuarta parte (22,9%) de su tiempo con niveles elevados de azúcar en sangre -hiperglucemia- mientras utilizaban ‘CamAPS FX’, casi nueve puntos porcentuales menos que durante el periodo de control. No hubo diferencias entre los dos grupos en cuanto al tiempo dedicado a la hipoglucemia.
La aplicación redujo los niveles medios de azúcar en sangre, una medida de una molécula conocida como hemoglobina glicosilada o HbA1c. La hemoglobina glicosilada se desarrolla cuando la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno por todo el cuerpo, se une a la glucosa en la sangre, quedando «glicosilada».
La medición de la HbA1c permite a los médicos hacerse una idea general de los niveles medios de azúcar en sangre de una persona durante un periodo de semanas o meses. En el caso de los diabéticos, cuanto más alta sea la HbA1c, mayor será el riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con la diabetes.
La doctora Julia Ware, primera autora del estudio, también del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC, explica que «los niños muy pequeños son extremadamente vulnerables a los cambios en sus niveles de azúcar en sangre. Los niveles altos, en particular, pueden tener consecuencias potencialmente duraderas para su desarrollo cerebral. Además, el control de la diabetes en este grupo de edad es muy difícil, lo que supone una enorme carga para las familias».
«‘CamAPS FX’ permitió mejorar varias medidas, como la hiperglucemia y los niveles medios de azúcar en sangre, sin aumentar el riesgo de hipos. Es probable que esto tenga importantes beneficios para los niños que lo utilizan», asegura.
Uno de los mayores retos que señalan las familias de niños pequeños con diabetes tipo 1 es la mala calidad del sueño, ya que la variabilidad de las necesidades de insulina y el miedo de los padres a la hipoglucemia son mayores durante la noche.
En su estudio, los investigadores descubrieron que más del 80% de las lecturas nocturnas del sensor estaban dentro del rango objetivo, lo que demuestra que la terapia híbrida de bucle cerrado aborda el «problema nocturno» de forma más eficaz que la terapia de bomba aumentada con sensores.
Ware destaca que «los padres han descrito al páncreas artificial como algo que les ha cambiado la vida, ya que les ha permitido relajarse y pasar menos tiempo preocupados por los niveles de azúcar de sus hijos, especialmente por la noche. Nos dicen que les da más tiempo para hacer lo que cualquier familia «normal» puede hacer, jugar y hacer cosas divertidas con sus hijos».
Según subrayan, ‘CamAPS FX ‘funciona en niños mayores y adolescentes con diabetes de tipo 1. El dispositivo ha sido comercializado por Cam Diab, una empresa derivada creada por el profesor Hovorka.
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