Investigadores japoneses trabajan en la vacuna definitiva contra el COVID-19, buscando una medida que proteja de por vida a las personas.
Es, en sus palabras, la vacuna “soñada”.
Científicos del Instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas comenzaron a trabajar en ella desde abril de 2020, con el doctor Michinori Kohara al frente.
Su reto fue desarrollar un virus vaccinia recombinante que contenga la proteína espiga del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19.
El virus vaccinia resultó fundamental en la erradicación de la viruela en 1977, relacionado con el virus de la viruela bovina (de allí su nombre). En la actualidad se administra a los trabajadores de la salud o investigadores.
Los científicos japoneses eligieron la cepa no patógena de la variante del virus vaccinia llamada Dis, que funciona como un vector viral extremadamente efectivo para administrar el gen del pico del SARS-CoV-2.
La vacuna en la que trabajan Kohara y sus compañeros busca producir potentes anticuerpos neutralizantes en la semana posterior a la inoculación, induciendo la inmunidad celular de una forma mucho más fuerte que cualquier otra dosis.
Los anticuerpos neutralizantes de las vacunas de ARN mensajero, como la Pfizer-BioNTech y Moderna, disminuyen notablemente en los seis meses posteriores a la vacunación, por lo que necesitan refuerzos.
La palabra del doctor Kohara sobre la vacuna “soñada” contra el COVID-19
“He trabajado en varias tecnologías de vacunas, como el adenovirus y el ARN mensajero, pero la vacuna que utiliza el vector del virus vaccinia es la más poderosa de todas con pocos efectos secundarios”, indicó Kohara en una conversación con The Japan Times.
“Las características de esta vacuna es que puede inducir anticuerpos e inmunidad de por vida. Una inyección de la vacuna mantiene su eficacia durante más de 20 meses, y no hay otra vacuna que pueda lograr estos efectos”.
Nobelpharma Co. está a cargo de la primera y segunda fase de los ensayos clínicos de la vacuna de Kohara en Japón, que se realizarán en 2023 con 150-200 voluntarios.
De confirmarse la eficacia y seguridad, el ensayo clínico de fase final comenzará inmediatamente después, previendo su comercialización en 2024.
El COVID-19 ha dejado 5.41 millones de muertes en todo el mundo, de un total de 283 millones de casos. Estados Unidos es el país más afectado, con 819 mil fallecimientos por 53.1 millones de casos.
Japón suma 18.385 muertes por la enfermedad, de un total de 1.7 millones de casos. Lo más curioso en que el archipiélago nipón disminuyeron los números de contagios originados por la variante Ómicron, hasta ahora sin conocerse el motivo cierto, según explicó Kohara al Washington Post.
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