Uno de los principales retos en la etapa de Isabel Romero como Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia todavía no termina, además de los que ya tenía contemplados, pero la urgencia de acciones para acomodar las finanzas de la institución está encaminándose hacia un cierre de año que para algunos parecía catastrófico.
Lo hemos planteado anteriormente, ante la crisis financiera en el Poder Judicial de Veracruz alguien, y un equipo de personas, debieron sacar las cuentas y sanear el gasto con lo que tenían a la mano para que la operatividad no estuviera en riesgo; seguramente esas acciones, que se plasmaron en un plan de austeridad, no se idearon de la noche a la mañana, ejecutarlas implicó confrontar directamente algunos personajes acostumbrados a ciertos lujos como choferes asignados a actividades particulares, vehículos y personal a disposición para cuestiones no relacionadas a la institución, amiguismo y nepotismo que es permitió entregar bases a novatas y novatos con apenas unas semanas de haber ingresado.
Los resultados del Plan de Austeridad, ya difundidos por muchos medios de comunicación, suman una cifra alrededor de los 150 millones de pesos, ahorrados mediante diferentes acciones ejecutadas en distintas áreas del PJEV; un hecho bastante significativo porque con lo que tuvieron de presupuesto se “apretaron el cinturón” y podrán cerrar 2021, además de sumarle el apoyo financiero autorizado por el Congreso de Veracruz. Un poco de luz al final del camino.
Ahora sabemos que la medallita, y medallitas, se las deben colgar el equipo de la Dirección General de Administración, desde abajo hacia arriba, un grupo que puso empeño y eficiencia para realizar una chamba retadora y que, en cierto momento, se llenó de incertidumbre, pues la Directora del área, Joana Bautista, había recibido ataques en medios de comunicación y su nombramiento siempre fue cuestionado anteriormente, ahora nos damos cuenta que ese fuego amigo surgió desde adentro del PJEV, pues es hasta ahora que se hacen públicos los números del Plan de Austeridad que validan y dan mérito a quienes lo pensaron y ejecutaron.
Lo hemos planteado varias veces, no se informó, nunca se dio postura oficial, parece que alguien del Poder, del Tribunal, de Consejo de la Judicatura, está interesado en opacar el buen trabajo, en envolver a la Magistrada Presidenta en una falsa realidad; pero fue como “escupir para arriba”, pues el impacto de las cifras ya expuestas públicamente supera cualquier “eventito” que le han inventada a Isabel Romero para lucirla, sin trascendencia, y dejando un vacío sobre los temas de verdadera importancia, mismos que se han ido llenando de percepción negativa, enfrentamientos con los medios y un desgaste de la Magistrada Presidenta, sin querer, o queriendo.
Viene ahora un nuevo presupuesto para el año 2022, y la prueba más difícil que pudiera tener el área de Administración y la Directora Bautista está siendo superada, con ello se mata toda grilla, interna y externa; si lo están haciendo bien, que les dejen seguir. Un voto de confianza de parte de Isabel Romero Cruz para su Directora de Administración, y el equipo de toda el área, sería justo; igualmente sería sano que la abogada se deje ayudar por tantas y tantos profesionales que tiene años de carrera ahí, cerrar el oído a los veteranos que no ajustan sus esquemas de trabajo a la realidad actual, a la dinámica informativa de hoy. Y, sin falta, ahora si ser la comprometida abogada que dice ser, tomar acciones contra quienes resulten responsables de los presuntos malos manejos de recursos y dudosas asignaciones de contratos, si es que quiere retirarse dignamente por edad en el 2022. Cuidado Magistrada Presidenta, pareciera que el “enemigo” sigue en casa.