¿Puede el cerebro de una rata controlar un robot? ¿Qué tan poderosas son las células cerebrales de estos roedores? Un investigador británico ha construido un robot que puede revolucionar muchas ideas de la ciencia y robótica.
Se trata de Kevin Warwick, un aclamado investigador que está familiarizado con los implantes cerebrales, tras varios años de experiencia trabajando en innovaciones en ese campo. Con su impostergable misión de llevar esos estudios a otro nivel, ha producido un robot que es controlado por el cerebro de una rata.
Básicamente, Warwick comenzó a desarrollar neuronas de ratas en una matriz de 128 electrodos y las usó para controlar un robot básico que consta de dos ruedas con un sensor de sonido. Lo más impresionante es que el pequeño bot no tiene microprocesador, ya que depende completamente de las células cerebrales de un embrión de rata.
¿Cómo funciona el robot? Un video lo explica
A través de YouTube, el canal BritClip publicó un video de cómo funciona la máquina y cómo se desplaza, con declaraciones del ingeniero británico.
En la descripción del clip de dos minutos, escribieron al detalle todo lo que se ve en la producción y cómo creó Warwick las redes neuronales: “Este robot está controlado por un cerebro de rata. Kevin Warwick ha estado trabajando en la creación de redes neuronales que puedan controlar máquinas. Él y su equipo tomaron las células cerebrales de ratas, las cultivaron y las usaron como circuito de control de guía para robots simples con ruedas. Los impulsos eléctricos del bot ingresan al lote de neuronas y las respuestas de las células se convierten en comandos para el dispositivo“.
Para que este robot controlado por el cerebro de rata funcione realmente, sus neuronas embrionarias se separan y luego se cultivan en una matriz de electrodos. En solo minutos, las neuronas brotan tentáculos y comienzan a conectarse entre sí, convirtiéndose en dendritas interconectadas y axones.
Alrededor de 100.000 neuronas pueden crecer en varios días en una malla densa. Después de una semana, Warwick comenzó a pulsar los electrodos debajo de la malla neural. El fascinante resultado es un robot controlado por las células cerebrales de un embrión de rata.
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