En medio de la tercera ola del COVID-19 en México, los contagios y decesos de menores a causa del SARS-CoV-2 muestran un aumento. Hasta el 8 de agosto, la Secretaría de Salud reportó 613 defunciones de niños, niñas y adolescentes y 60,928 contagios entre menores de edad en el país.
Ante esta tendencia y con el retorno a clases presenciales, se enfrenta la incertidumbre con relación a cómo proteger a los niños de un posible contagio. Aquí te presentamos información que puede serte de utilidad para identificar los síntomas y cuidar de ti y tu familia.
¿Cómo es y cómo empieza el COVID en los niños?
Al igual que sucede con los adultos, los menores de edad contagiados con COVID-19 pueden ser sintomáticos o asintomáticos. En los niños, las primeras señales pueden ser similares a un catarro común.
De acuerdo con la doctora Guadalupe Miranda Novales, pediatra infectóloga e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los menores pueden presentar escurrimiento nasal y tos. Además, los más grandes pueden presentar dolor de cabeza y los más pequeños, irritabilidad.
Por ello, la profesora investigadora de la UNAM insistió en que es suficiente con que un menor presente cualquiera de estos síntomas para que sea evaluado por un médico.
Miranda Novales recalcó que algunos menores también podrían presentar al principio de la enfermedad, síntomas menos frecuentes como molestias abdominales, dolor abdominal, diarrea y luego, afectaciones respiratorias, por lo que reiteró, «hay un gran porcentaje de niños que son asintomáticos.
Recalcó que hay información reciente que refiere que hasta el 40 por ciento de los niños que tuvo contacto con personas infectadas de COVID-19 y que adquirió la infección, nunca manifestó síntomas.
Cabe resaltar que en algunos casos, los niños con COVID-19 ya sea sintomático o asintomático pueden desarrollar además una complicación rara y seria llamada Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico (SMIP).
Por lo que si los menores presentan síntomas del SMIP, como fiebre, dolor abdominal leve o agudo, vómitos, diarrea, dolor de cuello, sarpullido, ojos enrojecidos o cansancio extremo y dificultad para respirar; dolor o presión en el pecho; confusión; incapacidad para despertarse o mantenerse despierto; piel, labios o lechos de uñas pálidos, grisáceos o azulados; lo más recomendable es buscar atención médica de manera inmediata.
¿Es recomendable hacer pruebas COVID en niños?
La doctora Miranda Novales explicó que cuando se tiene la sospecha de que una niña o niño pueda estar contagiado de COVID-19 pueden ser practicadas 2 tipos de pruebas, las PCR y la de antígenos, también conocidas como pruebas rápidas.
Según la doctora, si hay una sospecha de que un menor estuvo en contacto cercano con un caso de positivo de SARS-Cov-2 se puede realizar una prueba PCR cuando el niño es asintomático, esto entre el quinto y séptimo día después de que ocurrió el contacto.
«Entre el quinto y séptimo día de que se sabe estuvieron en contacto con alguna persona que fue diagnosticada con COVID-19 a ellos les deberíamos hacerles una prueba para saber si no se infectaron», expresó.
De acuerdo con la doctora Paola Vidal Rojo, cardióloga pediátrica, la realización de pruebas de COVID «es recomendable e indispensable», y resaltó que «en las personas que tienen síntomas se pueden hacer pruebas de antígeno y en las personas que estuvieron en contacto pero no tienen manifestación, se pueden hacer pruebas PCR».
Hay que destacar que la realización de pruebas PCR -que se realizan mediante un hisopado nasal- no están contraindicadas en los menores de edad, pues pueden realizarse desde recién nacidos, aunque deben hacerse con ciertos cuidados y por personal capacitado.
¿Cambian los síntomas de COVID en niños según su edad?
La doctora Miranda Novales asegura que mientras los niños sean más grandes o se acerquen más hacia la edad adulta, los síntomas pueden ser más parecidos a los de los adultos, como el dolor de cabeza, malestar general , tos y escurrimiento nasal.
En tanto que en niños más pequeños estos síntomas pueden ser más leves y desaparecer en dos o tres días, o se puede presentar diarrea, dolor abdominal e inclusive náusea y vómito; y en los niños menores de 2 años de edad el diagnóstico puede ser más difícil debido a que puede ser que solo presenten fiebre e irritabilidad. De estar bien en pocas horas pueden llegar a tener cuadros graves.
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