Coatzacoalcos, Ver.- «La herida, no sana, ni sanará”, expresó América del Carmen Gómez Ortiz, quien con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, recordó a su hija, Xóchilt Yaneli, una de las 32 víctimas del ataque al bar Caballo Blanco.
La tragedia ocurrió la noche del 27 de agosto de 2019, desde entonces han transcurrido 24 meses en los que los familiares de las víctimas han exigido justicia principalmente por los menores de edad que quedaron huérfanos.
Este viernes los familiares acudieron a lo que en su momento fue uno de los mejores centros nocturnos de la ciudad, asentado en la calle Román Marín; hoy custodiado por dos elementos policíacos y cuyos muebles y posible evidencia ya fue removida a inicio de año.
“Entraron y ya nunca salieron, así es la vida, nunca sabemos dónde vamos a quedar, que Dios los tenga en su gloria”, dijo otro de los familiares.
Con el retrato de su hijo en la mano, doña María del Carmen Díaz también oró por su hijo Israel quien esa noche acudió como cliente y lamentó.
Ella por su parte denunció que no les han otorgado apoyos por parte de las autoridades de gobierno «nos han pedido papeles para el apoyo que nos van a dar, ya pasaron dos años y nada.”
Así mismo revelaron que las investigaciones realizadas por la Fiscalía Especializada de México y la Procuraduría General de la República van muy avanzadas, sin embargo, dijo prefirieron no abundar en el tema para no entorpecer las investigaciones.
AVC
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TEXTO Y CONTEXTO | Protección Civil Xalapa, inundada de inexperiencia