Cuando Tania Ruiz preguntó a Enrique Peña si podía publicar eventualmente comentarios de la relación que sostienen, y acompañarlos de fotografías juntos, el expresidente no tuvo empacho en permitírselo. Fuentes en España nos hacen saber que nada de lo que se dice en México, (sobre alguna averiguación o asunto de corte penal), preocupa al mexiquense.

Y es que aunque sea tema muy manoseado, (y por varios desmentido), el pacto AMLO-EPN acordado en Palacio Nacional a mediados del 2018, (cuando López Obrador era candidato ganador), no sólo continúa vigente, sino que expira hasta el día que el tabasqueño finalice su mandato. “Habrá mucho ruido, pero pocas nueces en el tema de Enrique”, me afirman.

Las apariciones en redes sociales de Peña, (particularmente en su cuenta de twitter), han sido en su mayoría para externar pésames, y en menor medida, para desmentir algún señalamiento en su contra, y así continuará hasta el próximo año, a reserva que pase algo extraordinario.

No ocurrirá lo mismo en las cuentas de su pareja. Ahí, nos hacen saber, hay luz verde para compartir algunos momentos personales del exmandatario. Será, de alguna manera, la “otra vía oficial” para insinuar mensajes sin utilizar sus redes. “Si EPN no quisiera u observara retadoras esas publicaciones, buscaría negociarlas con ella”.

En efecto: a Peña Nieto no le quitan el sueño los distintos señalamientos hacia su persona, mucho menos lo que pudiera ocurrir con la consulta popular del 1 de agosto. “Acá no nos gusta verlo como un pacto de impunidad, preferimos entenderlo como un auténtico pacto de caballeros, similar a un acuerdo entre dos líderes con visiones pacifistas”.

La gente que rodea a Peña Nieto y quienes me brindan esta información, coinciden en señalar que será hasta finales del próximo año cuando reaparecería, de manera evidente, en algunos espacios político-emblemáticos del país, con miras a incidir en la elección del 2024, tal como lo haría Carlos Salinas de Gortari, de acuerdo a lo revelado en este mismo espacio, la semana pasada.

Por lo pronto y de acuerdo al pacto cerrado con aquel apretón de manos, EPN sabe que los golpeteos continuarán pero sin trascendencia relevante, para él y la gente que le fue cercana. Las baterías permanecerán concentradas, (con base en lo que ellos y el propio Peña saben), en los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. ¿Será que así ocurra y prosiga?

Ya veremos.

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