Ni la lluvia de la tarde termina por llevarse la sangre de una persona cuando se suicida del puente Xallitic.
Cuesta trabajo limpiarla, pareciera que la última parte de él o de ella se resiste a irse, y después de la tragedia.
Después de que se fueron los socorristas y los de la policía ministerial se llevaron el cuerpo, se siente desolación en el lugar turístico de Xalapa, coinciden vecinos.
Ninguno de los empleados de negocios ubicados en las inmediaciones del puente Xallitic a unos pasos del mercado, ni los vecinos, ni los jardineros han podido impedir alguno de los suicidios, es más ni siquiera escucharon el golpe seco de las cabezas cuando caen sobre el pavimento, porque el bullicio de la ciudad es mayor al grito desesperado.
Cuentan que en la última década han visto más de 8 cuerpos sin vida en medio del charco de sangre que cuesta trabajo limpiar y que ni la lluvia termina de llevársela. Aunque la cifra no es precisa, hay quienes señalan 17 suicidios, otros más de 25.
El último registro, fue a principios de mayo, un hombre de 60 años se aventó del puente de 15 metros.
Un año antes, en junio del 2019, una mujer, de unos 45 años, se lanzó al precipicio desde el mismo lugar. No murió al instante, pero debido a las lesiones causadas por la caída, falleció horas después.
Como una medida de apoyo, los ciudadanos xalapeños colocaron mensajes de apoyo a lo largo del puente y los postes. Ahí se pueden leer mensajes de apoyo: “ Detente, tienes un misión en este mundo y es algo muy especial”, “Todo mejorará, ven a casa “ .
El puente es letal: “Ni uno ha quedado vivo”
Rafael nació en el barrio Xallitic, ha vivido toda su vida ahí y le agradece a la vida que de niño nunca le tocó ver a uno de los difuntos que quedaron tirados.
Desde su modo de ver la vida y con 50 años de vecindad, cree que las personas escogen el Puente Xallitic para suicidarse porque “Es efectivo se avientan y se matan, ninguno ha quedado vivo”.
“En el día se siente que algo va a pasar, el ambiente se pone raro: Jardineros”
Unas horas antes de que se en los suicidios en el Puente Xallitic, en el lugar, el ambiente se siente “pesadumbre, raro”, conforme transcurre el día, los jardineros del lugar coinciden que ese “pesar” era porque se iba a morir una persona.
A tres de ellos les ha tocado limpiar “la sangre y los sesos” que quedan en el piso, y aunque usan bastantes cubetas con agua, y a veces a pesar de que cae la lluvia, ahí sigue presente el olor y el color de los restos humanos.
“Ando en depresión muy mala pero no me aviento: Antonio”
Antonio es un cargador de bultos en la Central de Abastos de Xalapa, no tiene casa, vive en la calle desde hace tres años que Susana – la mujer con la que compartió el hogar los últimos 10 años de su vida- se fue a vivir con otro hombre, lo que le causó una tristeza que no se ha podido curar, que ni la caña de Mahuixtlán le quita.
Bajan las ventas
Cuando se origina un suicidio en el puente Xallitic se amontona la gente, pasan más por el lugar pero no compran, y tantos años con venta de comida en el lugar, Rosa María lamenta que además de que se pierde una vida, las ventas bajan, porque el lugar queda “triste, desolado”.
AVC