Hace seis meses, el 11 de noviembre de 2020, fue secuestrada y asesinada la alcaldesa perredista de Jamapa, Florisel Ríos Delfín.

Su caso se politizó porque horas más tarde de ese trágico suceso circuló una grabación que el día anterior a su muerte había hecho la munícipe del PRD para narrar su frustración ya que había solicitado ayuda al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, ante el temor de sufrir un ataque armado, pero recriminó que el soberbio funcionario morenista olímpicamente la ignoró.

En dicha grabación, la alcaldesa expresaba su arrepentimiento de haberle pedido apoyo para su seguridad personal y la de su familia.

“Me dirigí a hablar con el secretario de Gobierno ayer, me arrepiento enormemente, se los digo de frente, porque la manera como me trató el señor no lo merecía, me acerqué a él, me dijo: ‘te quiero decir que estás mal’”, relató Ríos Delfín.

“Ni me saludó, y dijo: ‘si tu esposo no se entrega, no le voy a regresar las armas a tu Policía, te vamos a quitar a la Policía, porque si tú no sabes cómo está tu Policía, la que estás mal eres tú, por eso te mataron a tu comandante, porque tu Policía está mal’”, fue la respuesta que según la fallecida edil recibió del alto funcionario estatal.

En la grabación, la alcaldesa se quejó de que pese a peticiones de diálogo y oficios, nunca obtuvo respuestas positivas.

“He pedido hablar con el secretario de Seguridad, me he respaldado, la Policía la tengo en la Academia, todo lo que me han pedido para la Policía les he estado dando. Ayer me dijo él: ‘ni le busques quién te va ayudar para enlazarnos’”, expresó Ríos Delfín.

En otro audio que circuló posterior a su muerte, la alcaldesa dijo temer por la seguridad de sus dos hijos y la de su esposo Fernando Hernández, quien una semana antes del atentado se había dado a la fuga al ser acusado de peculado y abuso de autoridad por su gestión en el DIF municipal.

“Temo por mi familia, no tanto por mí. El ver a mi familia separada, que mi esposo esté en otro lugar, que no esté conmigo, que mis hijos los tengo que tener resguardados, no tengo el respaldo de la Policía municipal, el que puse como comandante, me dice: ‘Jefa, de qué manera la acompaño, la respaldo, si no tenemos un arma, no podemos defenderla’”, narró.

“Ando sola, no tengo presupuesto para pagarle a alguien que me resguarde”, se quejó.

Seis meses después, este martes 11, en San Andrés Tuxtla fue secuestrada la exdiputada y exalcaldesa priista Marina Garay, madre del actual munícipe independiente Octavio Pérez Garay, luego de que la semana anterior fue desintegrada también la policía municipal, por lo que el exdiputado local expriista responsabilizó también al secretario de Gobierno de lo que le pudiera pasar a él y a su familia.

¿Habrá sido mera casualidad el secuestro de su madre?

Yunes Márquez: ¿final predecible?

Gente cercana a Miguel Ángel Yunes Márquez comenta en corto que en el bunker del candidato de la alianza PAN-PRI-PRD a la alcaldía del puerto de Veracruz comienza a percibirse un ambiente de preocupación.

Y es que al parecer los números de sus sondeos sobre las preferencias electorales ya no son tan alentadores como suponían.

Pero, además, aparte de la incertidumbre generada por la posibilidad de que se le caiga la candidatura impugnada por el requisito legal de la residencia efectiva, también le estaría pesando el mal gobierno de su hermano Fernando, a quién él mismo acaba de exhibir con su proyecto de infraestructura, al proponer reencarpetar 100 calles y atender más de 30 mil baches dizque en beneficio de 350 mil porteños.

Y, por si fuera poco, también le está restando la división interna del PAN y la desbandada de priistas que han preferido sumarse a la candidatura de Ricardo Exsome, de la alianza Morena-PT-PVEM.

Ante este complicado escenario, el hijo mayor del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha optado por victimizarse en su afán por atraer algunos votos.

Ya en 2018 sufrió su primera derrota en su obsesión por querer suceder a su padre en el poder. Ahora, no obstante aquella dolorosa experiencia, está poniendo en riesgo el mal llamado “bastión azul” de la conurbación porteña en su empecinamiento por suceder a su hermano en la alcaldía jarocha.

Hace tres años, Yunes Márquez debió dejar pasar a su correligionario Julen Rementería que aspiraba también a la gubernatura. Pero su soberbia y capricho le costó muy caro. A él y a su papá, quien no pudo disciplinarlo ni hacerlo entender que en política hay tiempos de sumarse y también para sumirse.

Hoy ha vuelto a repetir la historia con el diputado local Bingen Rementería, el hijo del coordinador de los senadores del PAN que le disputó la candidatura municipal y fue desplazado de manera porril y tramposa por Yunes Márquez.

¿Será que se repetirá el mismo final en esta segunda parte de semejante peliculón?