Poza Rica, Ver.- Con cerca de 56 años de creación y con la idea de encarcelar a los delincuentes de Poza Rica, se construyó el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de esta ciudad; hoy está con sobrecupo, pues aglomera a reos de cinco municipios.
La urbanidad alcanzó al centro penitenciario y el crecimiento lo rebasó; pues originalmente era una cárcel municipal con una capacidad máxima de 200 personas, que hoy mantiene presos a más de 300 y se encuentra pegado al Palacio Municipal y un complejo habitacional.
Además, con tantos años de existencia y el poco mantenimiento, hoy es una “bomba de tiempo”, pues los ductos de gas son muy viejos, al igual que el drenaje, y hace poco se dio una fuga gas que encendió las alarmas del lugar.
Debido al exceso de población, no hay más áreas de esparcimiento, los dormitorios están saturados y las enfermedades por la falta de higiene se incrementan.
El reclusorio fue construido en 1965 como una cárcel municipal, cuando la ciudad no explotaba como cabecera municipal, años más tarde, tuvo que dar cabida a delincuentes de municipios como Tihuatlán, Coatzintla, Cazones, Castillo de Teayo y Poza Rica.
AVC/Misael Olmedo
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