La primera mala señal que debió alertar a la camarilla yunista del PAN-PRD en Veracruz fue la polémica detención del ex secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, candidato a diputado local plurinominal del partido del sol azteca.
Luego, casi un mes después, también por el mismo delito de “ultrajes a la autoridad”, fue aprehendido el pasado miércoles Gregorio Gómez Martínez, ex alcalde perredista de Tihuatlán quien en 2016, al igual que Franco, apoyó la candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura del estado y en 2018 la de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez.
“Goyo” Gómez, quien acababa de ser postulado nuevamente a la presidencia municipal de Tihuatlán por la alianza PAN-PRI-PRD, encabeza las encuestas en ese municipio del norte de Veracruz que junto con los de Poza Rica y Coatzintla integra el quinto distrito electoral federal con cabecera en la llamada Petrópolis, circunscripción por la que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un especial interés ya que su partido Morena había registrado como candidato a diputado federal a su amigo Fernando Remes Garza, el famoso beisbolista conocido popularmente como “El Pulpo” Remes, quien a través de las redes sociales ha difundido que su aspiración es la alcaldía pozarricense, no la curul de la Cámara baja del Congreso de la Unión.
Casualmente, hace una semana, el pelotero se reunió en Palacio Nacional con su amigo tabasqueño, quien al inicio de su administración lo había designado delegado federal en la promoción y difusión de beisbol en el estado.
Se presume que el presidente le insistió al “Pulpo” Remes que lo ayudara en Poza Rica para asegurar una diputación federal más en las elecciones de junio próximo. Sin embargo, de regreso a su terruño, el ex jugador de Los Tigres capitalinos continuó motivando a sus seguidores para apoyarlo en su proyecto municipal, pues su máxima aspiración es construir un moderno estadio para los pozarricenses aficionados al juego de la pelota caliente.
Aparte de otros distritos, a Morena y a López Obrador se les complicó el escenario electoral en Poza Rica. Así que no parece ser mera casualidad que sus operadores en Veracruz hayan dado este segundo golpe a la camarilla yunista que estaría impulsando por la alianza PAN-PRI-PRD a candidatos a diputados federales muy afines en casi la mitad de los 20 distritos de la entidad, y a por lo menos un tercio de los aspirantes a las 30 principales alcaldías y diputaciones locales.
Así que tampoco pareciera ser mera coincidencia casual que el diario LA JORNADA –el principal aliado informativo del presidente López Obrador, que en los dos años de gobierno de la 4T ha recibido más de 440 millones de pesos, según publicó la semana anterior el periódico REFORMA– destacara en su portada de la edición impresa del pasado viernes que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de la Fiscalía General de la República (FGR), había reactivado las pesquisas por operaciones con recursos de procedencia ilícita y enriquecimiento ilegal contra el ex gobernador Yunes Linares.
Ese mismo viernes, casualmente, en Tehuacán, Puebla, fue detenido el empresario hotelero y gasolinero Luis Cobo Fernández, candidato a diputado federal por la coalición PRI-PAN-PRD, quien es acusado de fraude y lavado de dinero, mientras que el ex senador panista de Campeche, Jorge Luis Lavalle, fue encarcelado ese día también por operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictiva y cohecho, a cuyo caso la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y la FGR estarían por vincular a otros connotados personajes de los partidos blanquiazul y tricolor, como el ex candidato presidencial Ricardo Anaya; a los ex senadores Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuarth; el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, y hasta al ex presidente Enrique Peña Nieto y su ex canciller y ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
¡Sálvese quien pueda!
Con Morena y PVEM, familia priista busca gobernar Acatlán y Naolinco
Juan Carlos Rivera Rendón, ex alcalde de Acatlán por el PRI en el trienio 2011-2013, quien entre sus recuerdos demolió el mercado del calzado para supuestamente remodelarlo y modernizarlo y que hasta la fecha sigue en ruinas, tiene una historia truculenta.
Actualmente su esposa Rosa García Alarcón es la alcaldesa de ese municipio, cargo al que llegó también abanderada por el partido tricolor.
La peculiaridad es que Rivera Rendón, sin ningún rubor ni ética política pero de la poderosa mano del secretario de Gobierno, Eric Cisneros, se le ocurrió que ahora puede buscar ser alcalde de Naolinco postulado por Morena, sin haber trabajado un carajo y sin acreditar ningún tipo de arraigo ni tener representatividad y conocimiento entre el electorado naolinqueño.
Y para acabarla de amolar, la hija de Juan Carlos Rivera y de la alcaldesa García Alarcón es impulsada por sus padres para ser el relevo de su madre en la presidencia municipal de Acatlán, pero no por el PRI ni por Morena, ¡sino por el Partido Verde!, que en la elección de diputados federales va aliado con el partido obradorista .
¿Qué les podría esperar a los pueblos naolinqueños y acatlanses con esta clase de gobernantes, cuando hay otras gentes con mejor perfil y trayectoria por el trabajo social que han venido realizando desde hace mucho tiempo? Pero además: ¿qué pensará el gobernador Cuitláhuac García, que se ha manifestado públicamente en contra de los cacicazgos y de que los cargos de elección popular se los traspasen entre familiares? Es pregunta, pero espera respuestas.