Doña Rosa Borunda, esposa del ex gobernador priista Fidel Herrera Beltrán, difundió ayer un tuit en apoyo del senador Ricardo Ahued, precandidato de Morena a la alcaldía de Xalapa.
“Quiero manifestar mi inconformidad por la subasta de candidaturas en el @PRIVeracruz_ En Xalapa votaré por @ahuedricardo, no por Morena! Voto razonado!”, publicó en Twitter la ex primera dama de Veracruz.
Quién sabe qué tanto ayudará el pronunciamiento de la esposa de Herrera Beltrán al empresario, pues entre los fidelistas –entre ellos Ranulfo Márquez Hernández, ex secretario de Protección Civil y el último en claudicar sus aspiraciones para suceder al cuenqueño en la gubernatura– se comenta que en la sucesión estatal de 2010 doña Rosa fue la principal promotora de Javier Duarte de Ochoa para que el ex secretario de Finanzas y Planeación llegara a ocupar el cargo que estaba por entregar su marido.
¡Y ya todos los veracruzanos saben cómo le fue al estado con el ahijado político de doña Rosa, quien le metió a Javier a varios recomendados en su campaña, mismos que luego ocuparon relevantes cargos en la administración duartista y algunos de los cuales hasta terminaron en prisión!
Paradójicamente, la primera decepcionada con Duarte fue precisamente la señora Borunda, cuando quiso que el nuevo mandatario estatal le conservara algunos privilegios y éste muy diplomáticamente se los negó. Ex funcionarios fidelistas que a principios de 2011 aún mantenían comunicación con la chihuahuense, comentaban que la esposa de Herrera Beltrán no bajaba de “traidor” y de “ingrato” al ex titular de la Sefiplan, cuya pareja Karime Macías había sido pieza clave también para la candidatura priista de Duarte por la cercanía que mantenía con la familia Herrera Borunda como miembro del Patronato del DIF Estatal que presidía la cónyuge de Fidel.
Actualmente doña Rosa cuida de su esposo que desde hace tres años enfrenta un serio problema de salud. Según se quejan los amigos y ex colaboradores de Fidel, la señora lo tiene totalmente aislado, pues no permite que lo visiten ni lo deja tomarles las llamadas telefónicas.
Recientemente, el ex cónsul de México en Barcelona fue aludido en una investigación periodística del diario madrileño El País. Con el titular “Las amistades tóxicas de Fidel Herrera”, el rotativo español señaló que la DEA y la policía catalana vigilaron al ex gobernador de Veracruz cuando desempeñó el cargo diplomático.
El reporte periodístico refería que cuando la reportera Regina Martínez fue asesinada en 2012 en el baño de su casa, la corresponsal del semanario Proceso indagaba una delicada historia de corrupción que apuntaba, entre otros, al ex gobernador priista, quien tres años después del asesinato se esfumó del tablero político, hasta que en 2015, pese a carecer de bagaje diplomático, el ex presidente Enrique Peña Nieto –a quien quiso disputarle la candidatura presidencial priista en 2012– lo nombró cónsul de México en Barcelona, una de las plazas con más peso.
Joaquín Gil, reportero de El País, consignó que desde su aterrizaje en España, Herrera Beltrán fue monitorizado por la DEA y los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, por su presunta conexión con el narco.
Naldy: capacidad a prueba
Después de la comparecencia de la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, y en medio del debate nacional sobre la propuesta presidencial de centralizar el INAI, este miércoles le toca el turno ante la LXV Legislatura local a la comisionada presidenta del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IVAI), Naldy Patricia Rodríguez, quien no es ninguna improvisada en temas de transparencia.
Desde el 2007 ha ejercido a plenitud el derecho de acceso a la información, siendo una de las primeras usuarias de esta garantía constitucional en el estado de Veracruz.
A muchos se les olvida también que Naldy ha ganado varios juicios y demandas civiles, logrando transparentar temas relevantes para la sociedad. Logró, por ejemplo, transparentar la lista de morosos del servicio de agua potable en Veracruz, Boca del Río y Medellín; obtuvo los contratos para la ampliación del Puerto de Veracruz en el gobierno del ex presidente Felipe Calderón, ganó un juicio de amparo al ex fiscal yunista Jorge Winckler Ortiz para que la desbloqueara en su cuenta oficial de Twitter y fue amparada también por la justicia federal para obligar al ex gobernador Miguel Ángel Yunes a que hiciera públicos los contratos y comprobantes del gasto de su administración en medios de comunicación.
Sin el padrinazgo de nadie, la académica y periodista buscó infructuosamente en los dos regímenes anteriores ser comisionada del IVAI. Lo intentó en el gobierno de Javier Duarte y el de Yunes Linares, pero obviamente por su independencia política no fue seleccionada.
Fue hasta el año pasado, por sus méritos personales y el aval de los legisladores –además de su profesional desempeño como titular de la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Gobierno, en la que cumplió cabalmente con las solicitudes de información a pesar de la resistencia de algunos funcionarios de la SEGOB–, que finalmente recibió la oportunidad de ocupar un espacio en el órgano autónomo de Transparencia en Veracruz.