A Doña Francisco Viveros Barradas, mejor conocida en el ambiente artístico como “Paquita la del Barrio”, de 75 años de edad y una inmensa fortuna producto de su exitoso trabajo como cantante de música popular, no le interesa en lo más mínimo participar en política para alcanzar un cargo de elección popular y desde ahí luchar por el bienestar de sus paisanos, de los veracruzanos y, mucho menos, de los mexicanos. Paquita es una persona que está muy lejos de las ambiciones materiales de los políticos, ella lleva una intensa vida como cantante altamente cotizada y muy requerida que no va a cambiar, para nada, su actual ritmo de vida por ir a confundirse entre corruptos ratas de dos patas, como dice la letra de una de sus más famosas canciones, a perder el tiempo en un espacio donde su escasa preparación académica ( con todo respeto) no le da para entender lo que ahí se dice, lo que ahí se propone y lo que se trata. El partido Movimiento Ciudadano (MC) de Dante Delgado Rannauro lo que busca al lanzarla como candidata a la diputación federal por el distrito de Misantla, es conseguir votos para su partido, ganar una curul en el Congreso porque a Paquita con que la gente la escuche por la radio invitando a votar por ella el respetable lo hará, y así MC se apropiará de una posición muy importante usando la imagen de una famosa. Paquita ganará, pedirá licencia al cargo y dejará a su suplente que haga lo que ella por la edad, por sus múltiples ocupaciones, por salud y porque no sabe a qué va al Congreso decidirá retirarse.
Colocar a Paquita la del Barrio en este asunto es una forma muy ruin de asegurar puntos para evitar que el partido de Dante sea descalificado; es una forma muy ruin para ganar una posición y es una forma bastante abusiva de usar a una persona, en las condiciones en que esta nuestra querida Paquita, exponiendo su salud, solo por mezquindad y mantener la cuota de prerrogativas del gobierno porque Movimiento Ciudadano siga siendo partido político reconocido, pero además: que manera tan baja de restarle dignidad a la actividad política.