Durante su conferencia matutina, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, habló acerca del momento que atraviesa la Zona Metropolitana del Valle de México en relación con la pandemia por la COVID-19.

Aunque, según el mandatario, las personas se han “portado bien” en lo relativo a la reducción de la movilidad para evitar contagios, admitió que sí hay un cansancio en la población.

“Ya es bastante tiempo. Hay fatiga, cansancio; sobre todo hay tristeza y hay dolor, porque se pierden seres queridos, familiares, amigos, conocidos”, fueron las palabras con las que López Obrador caracterizó al ánimo de las y los habitantes de la Ciudad de México y el Estado de México, donde se vive el epicentro de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2.

Al día de ayer, la CDMX reportaba una cantidad de 409,551 contagios acumulados al interior de la urbe. La hospitalización, como lo confirmó el día de hoy el subsecretario de la Secretaría de Salud (SSA), el Dr. Hugo López-Gatell, sigue en aumento, y la intensidad de la pandemia, expresada en el incremento en el número de contagios, todavía no muestra señales claras de disminución.

Sin embargo, el presidente coloca sus esperanzas en el plan de vacunación: “Esto es lo que nos va a dar más seguridad, la vacuna. Por eso, estamos aplicándonos a fondo para que tengamos todas las dosis que requerimos”.

El día de ayer se anunció que con motivo de incrementar su capacidad de producción y para poder proveer de vacunas a los países que tienen menos oportunidades de obtenerlas, Pfizer/BioNTech reducirá la cantidad de vacunas que iba a entregar a México el día de hoy por la mitad, además de que interrumpirá el suministro del fármaco durante tres semanas.

Se ha hecho énfasis en que esto no significa que México recibirá menos vacunas de las estipuladas en el contrato con la farmacéutica estadounidense. Sino que los cargamentos serán menores durante un tiempo y que en algún momento se compensará para llegar a la cifra acordada, que asciende a 34 millones de dosis.

De tal forma que el día de hoy, en vez de llegar aproximadamente 400 mil dosis de la vacuna, llegarán cerca de 200 mil. Con esta cantidad, se pretende dar la segunda aplicación de la vacuna de Pfizer/BioNTech, necesaria para garantizar la inmunidad contra el virus SARS-CoV-2. Esta se administra a los 21 días de la primera inyección.

Al momento, el plan de vacunación está en la etapa de protección al personal médico y de salud que atiende de manera directa a las personas contagiadas con el virus pandémico. El objetivo es terminar de vacunar a este grupo a para finales de enero para poder empezar a administrar la vacuna a las personas mayores de 60 años y poder concluir con dicha etapa para finales del mes de marzo.

Para garantizar que habrá suficientes vacunas, el gobierno de México también tiene contratos para la obtención de vacunas como la desarrollada en Oxford, Reino Unido, por el laboratorio AstraZeneca. Por otro lado, la vacuna rusa, Sputnik V, está en proceso de ser aprobada por la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para su uso de emergencia.

La vacuna de AstraZeneca será producida en el continente americano gracias a un acuerdo con el gobierno de Argentina. La cooperación implica que el fármaco podrá ser fabricado en laboratorios del país sudamericano, mientras que el proceso de envasado final se llevará a cabo en territorio mexicano. De esta forma, se resuelven algunos problemas de logística para el transporte de la vacuna, como lo es la necesidad de mantener las vacunas a cierto nivel de enfriamiento.

En su viaje a Argentina para discutir los detalles de dicha colaboración, el subsecretario de la SSA, Hugo López-Gatell, también intercambió información con el gobierno de Alberto Fernández acerca de la seguridad de la vacuna rusa, Sputnik V. Es con este fármaco que las autoridades sanitarias argentinas iniciaron su plan de vacunación, que también tiene como prioridad la protección del personal de salud que atiende directamente a las personas enfermas de la COVID-19.

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