Durante los últimos años, la deuda pública del gobierno estatal era el eje de su discurso político. Los logros se realzaban “a pesar de la carga financiera” que representaba y la falta de resultados se justificaba con la misma razón. En el ocaso del gobierno duartista fue el tema que materializó el enfado de los veracruzanos y dio el triunfo electoral a Miguel Ángel Yunes.
Sin embargo, nunca supimos cuánto se debía y a quien. Se habló de una cifra superior a los 100 mil millones de pesos que hoy se reduce a menos de la mitad según los registros de la Secretaría de Hacienda. Pero durante ese periodo, fue una eficaz herramienta de propaganda política y electoral, y al mismo tiempo, la justificación perfecta a los límites de las capacidades del gobierno.
Con la llegada del gobierno de Cuitláhuac García –quien en algún momento utilizó los mismos argumentos-, la deuda pública dejó de ser el origen de todos los males, no obstante que también requirió de un plan de reestructuración que está en proceso. El fortalecimiento financiero y el buen manejo de la deuda pública es hoy uno de los ejes del trabajo de la Secretaría de Finanzas, no la excusa.
Este viernes toca la comparecencia del Secretario de Finanzas José Luis Lima Franco, un joven pozarricense egresado de la Universidad Veracruzana que prácticamente construyó su carrera profesional en la ciudad de México. Tal vez ello le haya servido para despojarse de filias y fobias de la aldea y se favoreció con sus relaciones políticas que construyó en la Secretaría de Hacienda y el gobierno de la Ciudad de México.
A diferencia de sus pares, Lima Franco no ha recurrido al discurso contestatario ni a la acusación permanente al pasado. No tiene problemas con los miembros del gabinete ni con los diputados; tampoco con los empresarios y menos aún, con los Ayuntamientos, quienes les han dado su respaldo al proceso de reestructura de la bursatilización. Lo logró incluso con el alcalde de Veracruz, Fernando Yunes, un adversario natural de esta administración.
Lo que se espera de Lima Franco en esta comparecencia es un diagnóstico objetivo de la situación financiera que guarda el gobierno del Estado. Un discurso sin triunfalismos ni falsas expectativas de crecimiento en un estado golpeado por la pandemia y la crisis económica. Un mensaje que genere confianza a los empresarios, a burócratas, trabajadores y aquéllos que han perdido su empleo.
La tarea no es sencilla: generar credibilidad y confianza en el gobierno por parte de la banca, la iniciativa privada, los acreedores y aquéllos que deseen invertir.
En un adelanto de lo que será su comparecencia, se ha dicho que la glosa versará sobre el fortalecimiento institucional, la planeación estratégica para una gestión eficiente, la inteligencia financiera para enfrentar la pandemia de Covid19 –tal vez este sea el tema de mayor relevancia para los veracruzanos-, el ahorro y la contención del gasto así como el manejo eficiente de la deuda pública.
Lima Franco reconoce que la pandemia ha sido un reto enorme para todos, principalmente para el gobierno. Hay dos ratos relevantes. A pesar de que se tuvo que realizar una ampliación presupuestal de 943 millones de pesos para atender las necesidades de la pandemia y reconvertir hospitales, el estado no recurrió a nuevos créditos.
Los moches. A pesar de la deuda abismal con proveedores, se volvió una práctica frecuente el cobro de moches para que salieran los pagos; en algunos casos fueron hasta del 50%. La operación del factoraje –que el banco pague de inmediato al proveedor y el gobierno al banco- estableció una tasa del 9% de comisión, lo que salvó a decenas de empresarios de las fauces de los “gestores” de pago. Con este esquema el 64% de las empresas que optaron por esta vía ya recibieron el pago.
El tema de la bursatilización tampoco es menor. En 12 años la deuda de los municipios pasó de mil 200 millones a más de mil 400 millones de pesos; es decir, no se ha pagado ni la totalidad de los intereses. Con el esquema propuesto por Lima Franco, podrán bajar las tasas de interés y liberar al menos un 30% de los recursos comprometidos para el pago de la deuda. Ya la mayoría de los cabildos –incluido el puerto de Veracruz- ya han aprobado esta negociación.
Y vuelvo al origen: la deuda pública. El concurso público y abierto a la banca para “comprar” la deuda de Veracruz permitió obtener una sobretasa promedio del 0.67%; según las cifras del titular de Sefiplan, Veracruz hoy ocupa el primer lugar a nivel nacional en reducción bruta de la deuda con más de 3 mil millones de pesos. Curiosamente, ya nadie habla de la deuda.
Y la ñapa. Se pagó la deuda de la Universidad Veracruzana con el SAT; el IPE ha recuperado adeudos de instituciones de gobierno, Ayuntamientos y organismos autónomos, gracias a la intervención de finanzas. Los burócratas gozarán de su aguinaldo a tiempo. Los fantasmas se disipan. ¿Será sólo eso lo que tiene tan contento a José Luis Lima Franco?
Las del estribo…
- El mensaje de la Presidenta del TSJE Isabel Inés Romero Cruz, no tiene desperdicio. “No son tiempos fáciles porque pesa sobre los poderes del Estado una larga crisis de credibilidad entre la ciudadanía, que lejos de ponderar positivamente el ingente trabajo que realizamos, lo califica de deficientes y actos de corrupción”. “Si algo lastima es ver a un ciudadano víctima de un delito clamando justicia y ésta, lejos de ser pronta y expedita, se dilata en los tiempos de una burocracia insensible y termina por emitir una sentencia que se aleja de lo justo”. Presidenta habemus. Falta que se cumpla.
- Estaba previsto que este jueves, en sesión pública, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolviera sobre la acción de inconstitucionalidad que promovieron los partidos políticos en Veracruz en contra de la reforma electoral impulsada por Morena. Sin embargo, la ponencia del ministro Juan Luis González Alcántara se resolverá hasta el próximo lunes. Decretarla inconstitucional –toda o en alguna de sus partes- sacudirá la organización y el costo del proceso.