Ugur Sahin, fundador de BioNTech -la empresa alemana asociada con Pfizer para el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus- es un reconocido investigador de origen turco y uno de los responsables de la dosis que despertó esperanza en el mundo. En su primer contacto con la prensa, fue cauto respecto al porvenir y adelantó tiempos difíciles incluso cuando se llegue a aplicar la candidata de Pfizer durante el mes de diciembre.
El científico, que desarrolló en la sede de Mainz, Alemania la vacuna que asegura una eficacia del 90 por ciento, le dijo a Sky News que las personas en el Reino Unido podrían vacunarse contra el coronavirus a partir del próximo mes. El gobierno de Boris Johnson ya está diseñando un operativo para poder cubrir las expectativas de vacunación: hasta los estadios serán utilizados como centros de inyección.
En un primer contacto con la prensa británica, el profesor Sahin puso un único reparo en las fechas: precisó que la inoculación dependería de si el regulador del Reino Unido aprueba la droga a tiempo. Según las especulaciones en torno a la publicación de los resultados de Fase 3, el laboratorio estaría pidiendo la autorización de urgencia la próxima semana.
Consultado sobre las expectativas que despierta una pronta puesta en marcha de un plan de vacunación, en especial el que se diseña desde el 1 de diciembre en el Reino Unido, Sahin advirtió que “la aplicación durante la mitad de diciembre no significará que la situación cambiará drásticamente”. “Este será un invierno difícil. Empeorará antes de mejorar”, enfatizó.
Sin embargo dijo que con la ayuda de la vacuna, “podríamos volver a la vida normal a mediados del próximo año”.
Luego de los anuncios de Pfizer con respecto al éxito de un 90 por ciento de su candidata, Moscú y su vacuna Sputnik con un 92 por ciento, muchos expertos comenzaron a señalar sus reparos. El debate hizo pie a la prensa europea donde muchos científicos manifiestan su consternación por el adelanto de datos y resultados de ensayos clínicos antes de la revisión por pares.
Las presunciones, incluso denuncias de algunos ex directivos de laboratorios medicinales, subrayan que hay un estratagema de marketing para obtener pedidos anticipados, con dinero por adelantado, sabiendo que la inoculación masiva con una vacuna que necesita almacenamiento a -80 grados es prematuramente inviable.
Muchos expertos también creen que las vacunas de primera generación no serán adecuadas para la inmunización. Problemas de costo, almacenamiento en cadena de frío y la duración de los anticuerpos, en el debate por lo que consideran “anuncios apresurados”.
INFORMACIÓN/INFOBAE