Si el PAN, PRI y PRD van en coalición en las elecciones de junio próximo en Veracruz, serán una poderosa trinca, pero si van en solitario las cosas se les pueden complicar y mucho. Hasta ahora el proyecto va bien encaminado y todo es miel sobre hojuelas. Pero…
Si no se ponen de acuerdo a la hora de elegir candidatos, aguas.
Pongamos como ejemplo Xalapa.
Aquí no creo que haya tanta dificultad entre el PRI y el PAN porque al parecer ambos partidos irían con Américo Zúñiga o David Velasco.
El problema será con el PRD porque Cuauhtémoc Velázquez tiene la bendición tanto del perredismo nacional como del estatal. De hecho, Jesús Zambrano dijo que lo quiere como candidato a la alcaldía porque desea volver a ver el slogan “Cuauhtémoc para Presidente” que vio en 1988 y en el 2000 cuando Cuauhtémoc Cárdenas contendió por la presidencia de la República.
Es casi seguro que cuando el líder estatal perredista, Sergio Cadena, ponga a consideración a Cuauhtémoc, tanto el presidente del PAN Joaquín Rosendo Guzmán, como el del PRI Marlon Ramírez, lo bateen con más de una docena de argumentos.
El asunto es que ya está la orden para que Cuauhtémoc entre de lleno a la contienda.
Ha trascendido que estará en las boletas no tanto porque el PRD lo apoye, sino porque además cuenta con el apoyo de Miguel Ángel Yunes Linares quien en 2024 volverá a postular a su hijo Miguel Ángel a la gubernatura, pero ahora por el PRD, porque está dando por descontado que el PAN nacional no aceptará otra vez esa candidatura y quiere un PRD fuerte en Xalapa.
Por ahí podría haber una fisura porque el PRD reclamaría ir con Cuauhtémoc, mientras Marlon y Joaquín pugnarían por un candidato de más peso y con más posibilidades de triunfo que bien puede ser Américo o David.
Otro ejemplo es Tuxpan.
En Tuxpan el PRD ya mero no tiene ni oficinas y menos candidato a la alcaldía, por lo que irá con el abanderado que escojan el PRI y el PAN.
Y aquí es donde las cosas se pueden poner intensas.
Es casi un hecho que el empresario Everardo Gustin sea candidato del PRI a la alcaldía y el PAN de Joaquín Guzmán Avilés también desea que sea su abanderado. Pero…
El pero se llama José de Jesús Mancha, ex presidente estatal del blanquiazul y enemigo de Joaquín, pero que es el candidato de Miguel Ángel Yunes (sí, otra vez Miguel Ángel) del que está recibiendo todo el apoyo.
Y es aquí donde Joaquín deberá tejer muy fino, pero con los jerarcas del PAN nacional a los que debe convencer de las ventajas de brindar su respaldo a Everardo Gustin.
Everardo no tiene problemas con el PRI ni con su líder Marlon Ramírez. Tan es así que el priismo local está trabajando fuerte a fin de postularlo como su candidato. Uno de los activos de más valía que tiene el tricolor tuxpeño es la hija del empresario, Michelle Gustin, quien está dedicando todo su esfuerzo trabajando en la posible candidatura de su señor padre.
El éxito de la alianza estriba en que Guzmán Avilés convenza con sus argumentos al panismo nacional de que la mejor opción para el PAN en Tuxpan se llama Everardo Gustin, mismos argumentos que esgrimirá Miguel Ángel Yunes Linares en favor de Pepe Mancha.
Como se ve con estos dos ejemplos, si se materializa la coalición entre estas tres fuerzas antagónicas no será coser y cantar, entre otras razones porque será una alianza contra natura. Pero más que necesaria si desean enfrentar con posibilidades de éxito al partido en el poder.
Les guste o no les guste tendrán que alcanzar acuerdos y coincidencias en la selección de 212 candidatos a alcaldes y de los candidatos a las diputaciones locales y federales.
No hay de otra, si quieren lograr el triunfo para sus respectivos partidos, tanto Marlon como Joaquín deberán ceder en algunos municipios y distritos, de lo contrario terminarán por distanciarse y perderán.
¿Y el PRD?
Con el debido respeto que me merecen los seguidores de ese partido, lo primero que deben hacer es pedirle a Dios que se concrete la alianza. Y después ponerse a las órdenes del PAN y el PRI, porque de otra manera pueden perderlo todo, hasta el registro del Sol Azteca en Veracruz.