Benno de Keijzer Fokker, investigador de la Universidad Veracruzana (UV), presentó el libro Masculinidades y salud en la región de las Américas, en el tercer día de actividades del 3er Congreso Internacional “Mujeres y niñas desde una doble perspectiva: género y derechos humanos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, efectuado de manera virtual del 26 al 29 de agosto.
El texto representa el resumen del estudio que Benno de Keijzer coordinó junto con un grupo de expertos en salud, atendiendo la convocatoria emitida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En la exposición estuvo acompañado, también virtualmente, de Eliette Valladares Cardoza, asesora internacional en salud de la familia, promoción de la salud y curso de vida de la OPS/OMS.
Sobre por qué abordar el tema de masculinidades y salud en un evento con tema central las mujeres y niñas, De Keijzer Fokker explicó que “los hombres afectamos enormemente la vida de las mujeres, significamos un costo para el sector salud y para la vida de las mujeres a través de diversas formas de violencia, eso nos demostró el estudio en mención”.
El resumen del informe describe cómo la salud y el bienestar de los hombres es producto de múltiples factores, entre los que destaca la construcción de masculinidades; se documentan con detalle las implicaciones de las diversas masculinidades en la salud de los hombres, incluyéndose las de las mujeres, adolescentes, niños y niñas, e incluye cómo determinantes sociales (género, etnia, edad y educación) exacerban las inequidades y barreras en salud que experimentan determinados grupos.
De manera paradójica, dijo el investigador, el sexo fuerte (el hombre) muere antes que el sexo débil (la mujer), pues de acuerdo a los estudios se pudo establecer que en los últimos decenios la esperanza de vida al nacer ha aumentado en la región de las Américas, en donde existe una diferencia de 5.8 años más de vida para las mujeres; la sobremortalidad de los hombres comienza a acentuarse durante la adolescencia, y llega a triplicarse en la edad adulta temprana, encontrándose entre las principales causas: violencia interpersonal, traumatismos causados por el tránsito y cirrosis hepática, aspectos ligados al ejercicio de la masculinidad hegemónica.
Con base en el análisis de la bibliografía disponible, encuestas y opiniones de expertos, el informe pone de manifiesto la complejidad del tema y su falta de abordaje en las políticas y programas de los países de la región americana, por lo que se considera que es momento de movilizar la voluntad política y recursos necesarios para adoptar un planteamiento que abarque las necesidades de hombres y mujeres, para lo cual en el documento se proponen nueve recomendaciones novedosas dirigidas a favorecer la integración de la perspectiva de género, como estrategia multisectorial de políticas coordinadas que redunden en la salud de hombres y niños.
Se da cuenta también de las implicaciones que tienen las masculinidades para la salud de los hombres, cuáles son los principales conceptos y evidencias epidemiológicas, así como las acciones actuales y futuras que se consideran necesarias para fomentar la salud de los hombres, y limitar las consecuencias de las masculinidades sobre la salud de las mujeres, los adolescentes, los niños y niñas en las Américas.
Se destacan también las expectativas sociales de los hombres para ser proveedores de sus familias, sus participaciones en conductas de riesgo, ser sexualmente dominantes y evitar discutir sus emociones o buscar ayuda, su contribución a tasas más altas de suicidio, homicidio, adicciones, accidentes de tránsito, así como de enfermedades no transmisibles.
Los temas que comprendió la investigación son abordados de manera accesible para los tomadores de decisiones, así como para el personal de salud y campos afines en el continente. El informe consta de seis apartados: Marco conceptual; Evidencias epidemiológicas; Determinantes sociales; Políticas y programas; Conclusiones, y Recomendaciones.
Por su parte, Eliette Valladares expuso el concepto de género, refiriendo que éste va más allá de lo biológico y lo reproductivo, que se entiende como el conjunto de atributos, símbolos, normas, roles, identidades, construcción histórica y cultural que se preservan a través de actos en la organización social cotidiana, cuyo objetivo es la diferenciación a partir de las características biológicas, y la conformidad con un sistema sexogenérico.
UV/José Luis Couttolenc