El Segundo Informe de Gobierno del Presidente López Obrador fue lo que se esperaba: un breve compendio de las frases y la doctrina morenista impartida cada mañana desde Palacio Nacional, con cifras sin fundamento, verdades a medias y una distorsión de la realidad que vive el país. Pasamos del país de las maravillas que pincelaban los gobiernos anteriores, al de la desesperanza, la versión tenochca de “El Grito”, la famosa obra del noruego Edvard Munch.
Lo que antes era una retahíla de cifras, obras y acciones que mostraban falsamente a un Presidente como un moderno Rey Midas, ahora se ha convertido en la ideologización que permite que lo inmaterial sea lo más importante: “por el bien de todos, primero los pobres”, “juntos hacemos historia”, “se oponen a la transformación los conservadores que perdieron sus privilegios”.
El diagnóstico clínico del país es tan grave como el Covid19. De continuar la tendencia de la emergencia sanitaria, el número de muertos será superior a los 100 mil y se superará al menos el millón de contagios; en materia económica, el Banco de México ha previsto una caída del PIB superior al 10 por ciento por lo que se perderán millones de empleos; y en seguridad, podríamos tener nuevamente el año más violento en la historia del país, con una tendencia creciente de feminicidios.
Nada de esto se dijo en el mensaje presidencial duró apenas 45 minutos. Según SPIN, taller de comunicación política integrado por académicos, en el informe se hicieron 101 afirmaciones falsas. Por ejemplo, el presidente aseguró que en México “ya no hay torturas, desapariciones, ni masacres”.
Ayer mismo, la oficina de Amnistía Internacional en México rechazó los dichos de López Obrador respecto a que en nuestro país ya no se cometen estos delitos. Sobre las desapariciones mencionó que, entre el 1 de diciembre y hasta la fecha, se han registrado 11 mil 653 personas desaparecidas y no localizadas. La ejecución de un civil por parte del Ejército y las masacres de la familia LeBarón en Sonora y de 27 jóvenes en un anexo de Irapuato echan por tierra el argumento.
En 2019 México vivió el año más violento desde que se mide la violencia. Este año hemos pasado por el mes más violento, la semana más violenta, el fin de semana más violento y el día más violento de nuestra historia reciente. Las cifras apuntan a que el 2020 será el año más violento, por segundo periodo consecutivo.
En su mensaje, el Presidente aseguró que hasta la fecha, la Guardia Nacional cuenta ya con 97 mil elementos; sin embargo, el anexo estadístico del informe (pág. 57), señala que al 30 de julio de 2020 se contaba apenas con 36,064 elementos, es decir, casi un tercio de lo afirmado por el Presidente.
En dos años de gobierno, no se ha construido una carretera, un hospital o una escuela que deba destacarse. Por el contrario, fuera de los tres grandes proyectos de infraestructura –Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya-, el gobierno federal prácticamente no ha cambiado un foco.
La realidad es que el gobierno federal llega al segundo año de gobierno con una parálisis casi total en ejecución de proyectos comprometidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). De 96 proyectos que abarcan desde ampliación y modernización de aeropuertos, carreteras, libramientos, modernización de la red satelital, estudios para mejorar vías de comunicación terrestre y marítimas que fueron registrados desde 2019 ante la SHCP, 71 de ellos presentan un avance físico de 0%, sin un sólo peso ejercido, indica el seguimiento de Hacienda.
Sin embargo, el empoderamiento de los programas sociales donde también ya empieza a anidarse la corrupción, ha garantizado pequeños ingresos a millones de mexicanos, lo que mantiene a flote la aceptación del gobierno. Sin embargo, su gobierno podría dejar al menos 5 millones más en extrema pobreza.
Pero el problema más grave es que el gobierno se quedó sin dinero y está cada vez más endeudado. En dos años, como reconoció el secretario Arturo Herrera, el gobierno tuvo que disponer del fondo de contingencia (más de la mitad ya se había gastado antes de que comenzara la pandemia), el dinero de los fideicomisos públicos y muchos otros ahorros creados por las llamadas administraciones “neoliberales”. Como dijo Herrera, para el presupuesto del 2021 se acabaron los “guardaditos”, pero resulta que esos “guardaditos” son los que han sacado a flote al gobierno.
El Gobierno federal incrementó en 267 mil millones de pesos la deuda interna durante los primeros siete meses del año. Ese monto es 53 por ciento mayor al del mismo lapso de 2019. El Gobierno optó por acudir al mercado de deuda local luego de que en abril rebasó el techo de deuda externa aprobado por el Congreso. En el primer cuatrimestre del año el Gobierno federal pidió en los mercados internacionales 11 mil 807.7 millones de dólares, pero el techo aprobado para este año por el Congreso fue de cinco mil 300 millones de dólares.
Muchas otras mentiras, datos falsos, imprecisiones, cifras ocultas saldrán a la luz en los próximos días. El post informe será más amargo que el breve mensaje presidencial. “En el peor momento contamos con el mejor gobierno” fue la más evidente de las mentiras de ayer.
Las del estribo…
- La construcción del cuartel de la Guardia Nacional en Xalapa volvió a abrir la herida de las diferencias entre el gobierno estatal y el Ayuntamiento. A decir del secretario de Gobierno, Eric Cisneros, el gobierno cumplió con otorgar el terreno y ahora corresponde al Ayuntamiento lidiar con la inconformidad de los colonos del parque la Loma. Al alcalde ni le avisaron. Otra vez, el desinterés y encono entre los propios morenistas se lleva en las espuelas a los ciudadanos.
- Durante la guardia de honor en Los Berros, el secretario de Finanzas José Luis Lima Cobos confirmó que el presupuesto del próximo año podría ser hasta 3% menor al actual. Las razones: disminución en las participaciones federales y menor recaudación fiscal. Por ello, en la sesión extraordinaria de hoy del Congreso se empezarán a tomar las primeras previsiones.