“Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” Nemesio García Naranjo
El antecedente de lo que vimos ayer a través de la pantalla de la televisión, y que entró en vigor tres días antes, tiene su origen el 10 de junio de 1990, cuando Canadá, Estados Unidos y México acordaron establecer el primer tratado de libre comercio.
El 5 de febrero de 1991 iniciaron las negociaciones del TLCAN, por lo que el acuerdo comercial fue firmado por el presidente estadounidense George H. W. Bush, el 8 de diciembre de 1992; por el primer ministro canadiense Brian Mulroney, el 11 de diciembre de 1992, y por el presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, el 14 de diciembre de 1992.
Asimismo, los tres países lo firmaron el 17 de diciembre de 1992 y entró en vigencia a partir del 1 de enero de 1994, cuando se cumplió con el procedimiento de ratificación por parte del poder legislativo de cada país que lo suscribió.
En aquel tiempo, el presidente Carlos Salinas de Gortari, quien ejercía un gran poder dentro del país, pero que había dado muestras de ser un estadista visionario pues levantó la economía, mejoró los niveles de vida de los mexicanos y generó expectativas de progreso como no lo habían hecho sus antecesores, contó con el apoyo de los representantes del Congreso para establecer el tratado sin que se explicara a fondo en qué consistía el acuerdo comercial.
Con el tiempo, los productores mexicanos, sobre todo los del medio agropecuario, se fueron dando cuenta de la verdadera intención del TLC: perder el mercado de casi todos los productos del campo mexicano porque la calidad de los que produce Estados Unidos y en segundo lugar Canadá, están muy por encima de los de nuestros hombres del campo, entonces, apenas entró en vigor el famoso TLC y nos vimos invadidos por productos del campo norteamericano, y en menor parte de Canadá.
Ellos, con tecnología más avanzada, con apoyo oficial para el campo, producían artículos de mejor calidad, y nuestros campesinos dejaron de tener mercado igual que los ganaderos; uno de los pilares de la economía del país, la agricultura y la ganadería, se vinieron abajo. De eso solo saben los viejos que quedan en los abandonados terrenos de este país que antes del TLC eran, como decía el slogan de campaña de Agustín Acosta Lagunes, granero y yunque de la nación.
Como ya no hubo forma de seguir viviendo de lo que producían, los campesinos comenzaron a emigrar del campo a las grandes ciudades donde construyeron los cinturones de miseria que hoy padecemos, otros decidieron irse a la pisca de lo que sea en los Estados Unidos donde hoy hay ¡38 millones de mexicanos!, trabajando de lo que sea y de los que ayer presumió AMLO en vez de avergonzarse, y otros comenzaron a rentar sus tierras a narcotraficantes para el cultivo de mariguana y amapola, que es de lo que hoy sobreviven.
¿Vale la pena sentirse orgullosos de tratados de libre comercio que representan una gran ventaja para países más desarrollados que el nuestro, si no estamos en condiciones de competir?… Pues no, lo que pasa es que el contenido de esos tratados no lo explican con palitos y manzanas al pueblo mexicano para que entiendan lo que andan haciendo, en nuestro nombre, las autoridades.
Y no es querer criticar por criticar o no estar de acuerdo con lo que hace AMLO de manera sistemática, no, lo que calienta es que valiéndose de nuestra tremenda ignorancia negocien hasta nuestra dignidad: ¿sabrá el pueblo mexicano que el 50 por ciento de la economía de los norteamericanos depende de la venta de armas, y que México es uno de sus principales clientes? Por eso, cuando hay atentados o acciones de sicarios aparecen armas que fueron adquiridas en los Estados Unidos.
¿Cuándo vamos a estar en las mismas condiciones de competencia comercial con los Estados Unidos o con Canadá, si nuestra situación es cada vez más critica, en todas las áreas de la producción?
Eso sí, hay que sentirnos orgullosos de que 38 millones de paisanos se parten la madre todos los días en los campos norteamericanos cosechando de todo, o en los restaurantes lavando platos, o padeciendo el maltrato de los gringos con quienes trabajan como domésticas, jardineros o albañiles, porque ellos sostienen en estos momentos con su esfuerzo la economía de México… ¡Gracias, amigo Trump!
El Covid sigue con más virulencia
Y mientras en los jardines de la Casa Blanca, nuestro cuarto bat se la jugaba con Trump, aquí en México seguían aumentando, a paso cada vez más veloz, el número de muertos por la pandemia del coronavirus, que ya alcanzaba los 32 mil y cachito (hoy debe ser un cachote) de muertos y 270 mil contagiados. Sobre eso no hablaron con claridad los hermanos macana, López Obrador le agradeció a Trump la ayuda prestada para enfrentar el problema, que consistió en unos cientos de ventiladores que nos vendieron, NO nos regalaron, y Trump ni mencionó el asunto.
En nuestro país, donde según el presidente AMLO el 19 de abril estaríamos fuera del problema, sin Covid, el asunto se pone cada vez más feo y su alfil para esto, Hugo López-Gatell, ya no encuentra qué estupidez inventar para continuar con el engaño de las cifras, en tanto el sector Salud no hace nada, pero nada, por implementar un plan de contención de la pandemia que permita pensar que algún día la van a vencer.
En Xalapa esto ya es un infierno, a cada rato nos enteramos de más muertos: conocidos, amigos y, en los peores casos, familiares, con lo que el odio hacia nuestras ineficientes autoridades aumenta… A Roberto Ramos Alor lo pueden lanzar, los morenos, pero del puente de Metlac hacia abajo; este gordo inútil, bueno para el pantalón, no sirve para otra cosa que andar untándose en cuanto camarón ve pero ni como médico y menos como conocedor del área de la salud pública, sirve.
La Fiscal, otro caso de ineficiencia
Por supuesto que los crímenes de mujeres en Veracruz no quedan impunes, como afirma la fiscal general del estado Verónica Hernández Giadáns, si la justicia terrenal sirve para una fregada, de la divina no se van a librar los asesinos de mujeres. Doña Vero presume que en los últimos 10 meses han sido detenidos un total de 49 presuntos responsables de este tipo de delitos.
En un video mensaje, sí, porque ya no se junta con la plebe de los medios, la abogada del estado aseguró que cada uno de estos asesinatos se atienden y se resuelven con prontitud, pero habría que ver qué entiende ella por prontitud porque su jefe inmediato, Eric Cisneros, ofreció hace muchos días, que en cualquier momento serían detenidos los autores del crimen de la maestra Guadalupe Martínez, porque ya tenían dos líneas de investigación y le estaban pisando los talones a los malandros.
Pero la Fiscal tiene otros datos. Acerca de este crimen de quien fuera rectora de la Universidad Valladolid, en Xalapa, Hernández Giadáns anticipó que ya se realiza la búsqueda de los probables responsables materiales e intelectuales. Ándale, en paquete, detendrá a los materiales y a los intelectuales, eso sí pronto de acuerdo a sus tiempos, a los tiempos de la Vero.
“Desde la Fiscalía General del Estado –dijo en el video- compartimos la postura expresada por rectoras de universidades públicas y privadas del país, de detener la violencia en cualquier tipo de sus manifestaciones hacia las mujeres y de igual forma coincidimos en su petición para fortalecer las instituciones que investigan la desaparición forzada y la violencia, así como aquellas que procuran justicia”.
Y menos mal que coincide porque esto no es de coincidencias, es su obligación, si no, que le pregunte a su bola, o que éste la oriente sobre cuáles son sus responsabilidades porque eso de que le tengan que estar leyendo la cartilla como que es para avergonzar a un gobierno.
Del asesinato de la menor originaria de Naolinco, manifestó que fue esclarecido con la detención del presunto homicida, un adolescente de 15 años de identidad reservada.
“Como Fiscal General del Estado, garantizo que no habrá impunidad en estos casos, como en ningún otro, donde la víctima sea una niña, una adolescente, una mujer o una adulta mayor”, aseveró al referir que todos en la Fiscalía a su cargo tienen la instrucción fundamental e inexcusable para dar con los responsables. Pero ¡ya, señorita, porque esto cada día está peor!
Reflexión
En el estero de Boca anoche hubo festejo. Botellas de coñac, como las que le gustan al señor, llegaron de parte de Mario Marín… César, el estríper de la protesta, ha muerto.
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