Córdoba, Ver. – Para la alcaldesa Leticia López Landero la vida de la menor L. M. «N» costó cinco mil pesos, porque es la cantidad que envió a la familia para los gastos funerarios de esta pequeña, quien el sábado por la noche resultó lesionada cuando viajaba con sus familiares en un auto particular y cayeron en el hoyanco de una obra sin señalización municipal que se realiza en el bulevar Córdoba-Peñuela.
La verdad salió a relucir cuando el regidor tercero, Gustavo Guzmán Milián aseguró que la obra mencionada permanece abierta a la circulación, y al estar dentro del municipio corresponde a la Dirección de Tránsito y Seguridad Vial y a la Unidad de Protección Civil Municipal colocar las señales correspondientes para evitar accidentes.
La corrupción y nepotismo que impera dentro del Ayuntamiento, hace que los funcionarios que infringen la ley no sean denunciados, como ocurre con el jefe de Servicios de Tránsito, Rubén Carrillo Espíndola, sobrino de la regidora panista Yadira Espíndola Carrera, quien tiene a su cargo la comisión de Tránsito y Vialidad.
Sin embargo, no contaban con que en esta ocasión las cosas no quedarían así, pues la negligencia de autoridades municipales fue la causa principal para que ocurriera el accidente por el cual ahora el Ayuntamiento enfrenta una demanda por su probable responsabilidad del deceso de la menor ocurrida en las primeras horas del pasado domingo.
Al interior del Ayuntamiento también hay quienes consideran que los intereses políticos de Leticia López Landero son evidentes, a través de los convenios que tiene con algunos medios de la región, en los que se publican notas a modo para defender a la primera autoridad municipal, a fin de que pueda llegar a las elecciones del 2021 donde ya contempla a su hijo Isaac Luz López como el próximo alcalde.
En los últimos meses Leticia López Landero ha dado de qué hablar por los actos de corrupción que se cometen en el Ayuntamiento solapados por el director de Obras Públicas, Antonio Morales Salinas, quien, con tal de conservar su cargo, no le importa dejar de hacer obras de impacto para el desarrollo del municipio y aquellas que en realidad son necesarias, pero si para el patrimonio de la familia de la alcaldesa.
Ejemplo de ello es la residencia que se construye en el fraccionamiento Las Cañadas, que según los vecinos es para Isaac Luz, así como bodega en la colonia San Miguelito, propiedad de la familia Luz López y donde se asegura servirá como almacén de chatarra.
Por ésta última obra un grupo de cordobeses se manifestó al considerar una burla beneficiar a la alcaldesa y a la regidora Yadira Espíndola con la pavimentación de la calle 16 de septiembre de San Miguelito donde ambas tienen propiedades, esto cuando hay muchas peticiones de obras en lista de espera.
La pregunta que los cordobeses se hacen es ¿De dónde salen los recursos financieros para la construcción de las obras propiedad de la familia Luz López?