Lo advertimos en este mismo espacio hace unos días: el Covid-19, que es una pandemia que azota al mundo, cobrará muchas vidas en Veracruz si sus habitantes no se someten a las medidas sanitarias que las autoridades del sector Salud y las experiencias que han tenido otros países se han recomendado, como la llamada sana distancia que consiste en permanecer a metro y medio o dos de nuestro más cercano vecino, no asistir a eventos donde se congreguen muchas personas, no acudir a centros de recreo mientras no desaparezca la amenaza de contagiarnos de esta enfermedad y no salir a la calle si no es necesario. No tuvimos éxito en nuestro exhorto como tampoco lo han tenido las autoridades en sus muy débiles campañas mediáticas: a los veracruzanos de plano nos vale madre el coronavirus. Para unos, no existe; para otros, es un invento del gobierno para tenernos encerrados en casa, y hay quienes piensan que es un mal menor que nos pela los dientes. Y entre que son peras y son manzanas, entre que el gobierno federal confunde a los mexicanos con sus resultados y el estatal colabora con su indiferencia, los veracruzanos estamos hoy entre los primeros estados del país con mayor número de contagiados, con los hospitales casi llenos a punto de una grave crisis que apunta hacia una tragedia de dimensiones incalculables. El gobierno, como autoridad máxima, tiene facultades para prohibir que la gente salga sin necesidad a las calles de la ciudad, a contagiarse y a contagiar. Los únicos que deben tener autorización para circular, con cubrebocas y gel antibacterial, son aquellos que de no hacerlo no tendrían qué comer, como son los que conducen transporte público, los que venden comida, obviamente los miembros encargados de las seguridad pública que, por cierto, no todos usan cubrebocas, los trabajadores de limpia pública y otros trabajadores más, entre ellos los muy importantes profesionales de la salud, a los que se les debe procurar su seguridad para evitar que en sus jornadas se contagien de esta letal enfermedad, pero ya es tiempo de dar un manotazo y poner orden; de lo contrario, en un par de semanas vamos a estar lamentando no haber tenido autoridad para poner orden. No olviden que lo que se ha hecho en términos de guardar cuarentena, ha sido por iniciativa de la sociedad, porque eso de bloquear la circulación de vehículos al centro es una ocurrencia de lo más torpe, no sirve de nada, la gente deja sus carros en sus casas o en estacionamientos y llega al centro de la ciudad a caminar o a llenar los cafés como si nada estuviera pasando… Hay que hacer conciencia del peligro que corremos todos antes que sea demasiado tarde.