María Guiomar Melgar Lalanne, investigadora del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Veracruzana (UV), mencionó que la forma en que las personas se alimentan guarda una fuerte relación con los trastornos depresivos y de ansiedad.
“Una mala dieta se encuentra ligada a problemas de microbiota intestinal que favorecen que las personas se depriman”, afirmó.
La investigadora impartió el 8 de mayo a través de la plataforma Cisco Webex la conferencia “¿Qué le pasa a mis intestinos cuando me estreso?”, en el marco de las Tardes de Ciencia organizadas por la Dirección General de Investigaciones de la UV.
Estas pláticas son una modalidad virtual del programa de divulgación Sábados en la Ciencia, a través del cual académicos e investigadores universitarios, además de actores de la sociedad civil, imparten charlas y talleres desde hace 36 años en el Museo de Antropología de Xalapa.
Guiomar Melgar comentó que una adecuada microbiota intestinal –microorganismos presentes en el intestino– ayuda mucho a regular el estado anímico, por lo que una dieta sana puede prevenir muchos trastornos depresivos y de ansiedad.
Explicó que cuando los microrganismos intestinales se alimentan de comida chatarra no producen sustancias benéficas para nuestro organismo, lo que nos causa depresión y nos sumerge dentro de un círculo vicioso.
“Cuando nos sentimos deprimidos, a menudo ingerimos comida chatarra y grandes cantidades de azúcar, que dañan la microbiota de nuestro intestino”, mencionó.
La investigadora enfatizó que la única forma de salir de este círculo vicioso es a través de una alimentación saludable, que debe incluir una gran cantidad de frutas y verduras y estar basada en el equilibrio y la variedad.
Compartió que además de una buena dieta, los hábitos de higiene como el lavado de manos y dientes son indispensables para tener una microbiota intestinal saludable, ya que nos previenen de muchas enfermedades.
“Algunas bacterias patógenas que se desarrollan ante la ausencia de la limpieza dental están fuertemente relacionadas con padecimientos como el Alzheimer y demencias seniles”, aseguró.
Añadió que la actividad física y una cantidad suficiente de horas de sueño también influirán para tener una microbiota intestinal sana, que repercutirá de una manera positiva en nuestro estado de ánimo.
UV/Hugo Hermida