Miguel Ángel Escalona Aguilar, académico de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV) y titular de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta) de esta casa de estudios, explicó que la avicultura urbana es una buena opción para contar con una fuente de proteína de fácil acceso para los mexicanos: los huevos de gallina.
El universitario, quien se ha enfocado en el área de la sustentabilidad y las ecotecnias aplicadas a la producción de alimentos, impartió el 22 de abril la plática “Avicultura urbana”, explicando los cuidados básicos que necesita la cría domestica de gallinas dentro de la ciudad.
A través de la página de Facebook de la Red de Agricultura Urbana y Periurbana de Xalapa, en donde queda disponible la grabación para quien desee consultarla, Miguel Escalona compartió los usos que se pueden dar al excremento de estas aves, como la elaboración de abono orgánico con él.
Relató que para iniciarse en la cría de gallinas es necesario dotarlas de aire, agua, comida, cobijo, gravilla y espacio vital, así como contar con varios ejemplares.
“Las gallinas tienen necesidades y si entendemos esta lógica podemos concebir el espacio donde debemos tenerlas”, comentó.
Afirmó que los huevos de gallina son una fuente importante de proteína y de las de más fácil acceso en México, ya que es más barato comprar este producto que otros como carne o pescado.
Mencionó que la consigna de que es dañino comer más de dos o tres huevos por semana no es del todo cierta, ya que existen organizaciones como el Instituto de Investigación de Avicultura de España que afirma que incluso se puede consumir uno por día.
El catedrático enfatizó que las gallinas necesitan de una dieta adecuada que incluya proteínas, carbohidratos, calcio y fósforo, que pueden adquirir a través de diversos alimentos como maíz, plátano verde deshidratado, azolla –un microhelecho acuático– y la vaina del huizache.
Destacó que la azolla es excelente fijadora de nitrógeno y que se multiplica rápidamente, ya que en 72 horas puede crear una nueva población.
Añadió que los huesos molidos, el cascarón de huevo y los residuos de pescado son una excelente fuente de calcio.
Enunció que las gallinas necesitan de suelos firmes para vivir, que no presenten exceso de agua que pueda dañarlas; igualmente, requieren de lugares oscuros y protegidos para hacer sus nidos y de espacios para dormir como perchas inclinadas –para evitar que las que están colocadas arriba defequen a las demás.
También mencionó que deben tener al alcance un lugar con tierra para “bañarse” en ella y quitarse los parásitos, así como gravilla pequeña, la que ingieren y les ayuda a triturar los alimentos dentro de su molleja.
Miguel Escalona explicó que una gallina es más que sólo huevo y carne, ya que su estiércol puede ser utilizado para fabricar bocashi – un tipo de abono orgánico–, el que se debe elaborar de modo que su temperatura de descomposición supere los 55 grados centígrados, para inhibir la proliferación de parásitos nocivos.
El académico aseguró que con todos los requerimientos anteriormente mencionados, las gallinas estarán contentas y brindarán huevos de calidad y de mucho mejor sabor que los que se producen en granjas comerciales, en las que se mantiene a estas aves en jaulas pequeñas con luces encendidas hasta 23 horas al día para estimularlas a comer.
UV/Hugo Hermida
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