La amistad se ve en los billetes, y Andrés Manuel López Obrador ha sido pródigo con su íntimo amigo Ricardo Salinas Pliego, el empresario depredador que está poniendo en grave riesgo la salud de miles, luego de que el 1 de abril ordenara a todos sus empleados seguir acudiendo a sus trabajos porque “México los necesita”.

López Obrador no solo concedió, en enero de 2019, que a través de sus mil 825 sucursales y 833 cajeros automáticos, Banco Azteca emitiera las tarjetas para entregar dinero a más de 2 millones 300 mil jóvenes beneficiarios y a más de 7 millones de adultos mayores de sus programas sociales.

Apenas el miércoles pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se entregarán créditos “bajo palabra”, para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) puedan enfrentar la crisis que se vive por el Covid-19. ¿Y qué cree?

La medida que busca la reactivación económica proporcionando a un millón de comercios formales e informales un apoyo económico de 25 mil pesos, se hará efectiva a partir del 4 de mayo, a través de Banco Azteca, Banorte y Santander. Los pequeños empresarios autorizados recibirán una llamada telefónica donde serán designados a una sucursal bancaria cercana a su negocio o vivienda, para acudir por el crédito de los 25 mil pesos.

Pese a las medidas tomadas por el gobierno federal ante la pandemia, es el momento en que AMLO no ha perturbado a uno de los 5 hombres más ricos de México, para obligarlo –como a miles de empresarios– a cerrar sus empresas (que no realizan tareas esenciales) para evitar que la curva de contagios del Covid-19 se dispare en los siguientes días.

En videos difundidos en redes sociales, grabados el 8 de abril, a unos días de entrar a la Fase 3 de la epidemia, se observa cómo el Grupo Salinas no solo desobedece el decreto que obliga el cierre de empresas cuyas actividades no son esenciales, sino que obliga a su personal a convivir sin respetar la sana distancia.

En los videos se muestra a decenas de personas conglomeradas en la Torre Esmeralda, perteneciente a los corporativos que dirige Ricardo Salinas Pliego, comiendo a centímetros de sus compañeros, sin respetar la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Las escenas muestran mesas separadas por cortas distancias en un comedor en el que sólo los que atienden utilizan cubrebocas, mientras que algunas de las tablas de madera son ocupadas hasta por cuatro personas a la vez.

Las benditas redes sociales

De la amistad como un acto de corrupción: el predilecto de Palacio

Por si lo dicho fuera poco (y vaya que hay más, mucho más), el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, quien antes de ser llamado al gabinete fue empleado de Salinas Pliego durante 17 años  como presidente de la Fundación Azteca, acaba de otorgar el 30 de marzo un contrato por 969 millones de pesos a Seguros Azteca Daños, por un año.

Según la revista Proceso, “tan sólo tres días antes, el magnate había sufrido pérdidas multimillonarias en un negocio en Estados Unidos, las cuales provocaron un hueco financiero de 235 millones de dólares en Banco Azteca, que el magnate debió rescatar con una inyección de 7 mil millones de pesos de Grupo Elektra”.

La SEP otorgó el contrato de “servicio de aseguramiento de bienes patrimoniales; carga y embarcaciones, semovientes y flota” a Seguros Azteca Daños. El contrato comprende el periodo que va del miércoles 1 de abril al 30 de junio de 2021.

La semana pasada, mientras Andrés Manuel López Obrador exigía que los grandes empresarios cumplieran y pagaran los adeudos que tienen con el SAT, en su guerra por no haber propuesto mucho para evitar la inminente crisis económica, elogiaba el apoyo de algunas instituciones como Banco Azteca, del empresario Ricardo Salinas, que “ayudarán” a su Gobierno para repartir créditos a las pequeñas empresas sin cobrar comisiones.

Nunca hizo mención el inquilino de Palacio Nacional que el Grupo Elektra, matriz de Banco Azteca, tiene adeudos con el SAT y litiga actualmente en tribunales y en la Suprema Corte créditos fiscales por más de 32 mil 460 millones de pesos. Según el último informe financiero presentado ante la Bolsa Mexicana de Valores, Elektra reportó en el apartado de «Contingencias Fiscales» que enfrenta siete juicios.

Salinas Pliego nunca ha sido solidario con el país. Pese a sus elevadas ganancias derivadas de exprimir a los más pobres del país, la nula solidaridad del grupo empresarial de Salinas Pliego no es nueva.

En octubre pasado, la organización Fundar logró poner al descubierto que a principios del gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2013 y 2014, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) condonó el pago de adeudos fiscales por 6 mil 833 millones 52 mil 002 de pesos a siete compañías del grupo empresarial encabezado por el consentido de AMLO.

Según la nota publicada por Aristegui Noticias, Banco Azteca fue la empresa que recibió los mayores beneficios fiscales, al obtener en 2013 una condonación de 2 mil 162 millones 385 mil 892 pesos. Al año siguiente, a Banco Azteca se le condonó un adeudo fiscal por 8 millones 097 mil 837 pesos.

Operadora Unefon, entonces propiedad del Grupo salinas, logró que en 2013 se le condonaran 2 mil 118 millones 510 mil 763 pesos.

TV Azteca fue la tercera empresa del mismo grupo empresarial que se benefició, en 2013, con la mayor cantidad de adeudos condonados: se le perdonó el pago de mil 331 millones 438 mil 974 pesos. Ese mismo año Red Azteca Internacional también obtuvo una condonación por  mil 210 millones 340 mil 157 pesos.

Otras tres empresas del Grupo Salinas que obtuvieron beneficios fiscales en 2013 y 2014 fueron Elektra del Milenio, 1 millón 788 mil 853 pesos, y Centro de Capacitación de Alto Rendimiento Azteca,  959 mil 526 pesos.

Las benditas redes sociales 2

Las empresas asesinas

El Grupo Salinas, propiedad del amigo personal del presidente López Obrador, Ricardo Salinas Pliego, puede convertirse en el símil de los empresarios de la provincia de Bérgamo, en el norte de Italia, que se negaron a cerrar sus fábricas y negocios y generaron el primer gran fracaso sanitario contra el Covid-19, con la muerte de miles de pobladores.

Poseedora de uno de los polos industriales más importantes de Italia, los dueños de las fábricas se negaron a parar, pese al crecimiento desmesurado de la curva de contagios y muertes. Prefirieron mantener sus líneas de producción, con obreros hacinados y sin ninguna protección para evitar el contagio, e incluso, cuando se impuso la alerta roja lograron incorporar a varias empresas no esenciales para que siguieran trabajando.

Un revelador reportaje de la revista electrónica española CTXT Contexto y Acción, cuyo lema es revelador, “Orgullosas de llegar tarde a las últimas noticias”, señala:

“La epidemia en la zona de Bérgamo, la llamada Bergamasca, se inició oficialmente la tarde del domingo 23 de febrero, aunque los médicos de cabecera –en primera línea de la denuncia de la situación– aseguran que ya desde finales de diciembre atendían muchísimos casos de pulmonías anómalas en personas incluso de 40 años.

“Los alcaldes de los dos municipios más golpeados de la Val Seriana, Nembro y Alzano Lombardo, esperaban cada día a las siete de la tarde que les llegara la orden de cerrar la población, que era lo que habían acordado. Todo estaba listo: las ordenanzas redactadas, el ejército movilizado; el jefe de la policía les había comunicado los turnos que se harían en las guardias y las tiendas estaban montadas. Pero la orden no llegó nunca, y nadie supo explicarles por qué. En cambio, sí llegaron continuas llamadas de los empresarios y dueños de las fábricas de la zona, preocupadísimos por evitar a toda costa el cierre de sus actividades. No se escondían.

“El alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori, del Partido Democrático, también se había unido al clamor de no cerrar la ciudad y el 1 de marzo invitaba a la gente a llenar los negocios del centro con el eslogan “Bérgamo no se detiene”. Más adelante, frente a la evidencia de la catástrofe, se arrepintió y reconoció que había tomado medidas demasiado blandas para no entorpecer la actividad económica de las potentes empresas de la zona.

“Los contagios y las muertes aumentaron imparables, especialmente en las zonas industriales de la Lombardía situadas entre Bérgamo y Brescia. Un mes exacto después del primer caso oficial de coronavirus en Italia, el sábado 21 de marzo, se llegó al triste récord de casi 800 muertos diarios. Los gobernadores de la Lombardía y el Piamonte –otro gran polo industrial– declararon que la situación era insostenible y que era necesario detener la actividad productiva.

“Las fábricas de la Bergamasca continuaron prácticamente todas abiertas hasta el 23 de marzo, cuando los contagios oficiales en la zona ya eran casi 6.500. Una semana después, el 30 de marzo, a pesar del decreto de cierre de “todas las actividades productivas no esenciales”, había 1.800 fábricas abiertas y 8.670 infectados oficiales en la zona”.

El texto es largo, sinuoso y conmovedor. Los empresarios se opusieron a cerrar para evitar los contagios, las autoridades centrales nunca se impusieron a los grandes millonarios de la región y el resultado en muertes fue aterrador. Y da inicio con la siguiente descripción:

“Hay imágenes que marcan una época, que quedan grabadas en el imaginario colectivo de un país. La que no podrán olvidar en años los italianos es la que fotografiaron los vecinos de Bérgamo desde sus ventanas la noche del 18 de marzo. Setenta camiones militares cruzaron la ciudad en medio de un silencio sepulcral, uno detrás de otro, en una marcha lenta en señal de respeto: transportaban cadáveres. Los llevaban a otras ciudades fuera de Lombardía porque el cementerio, el tanatorio, la iglesia convertida en tanatorio de emergencia y el crematorio en funcionamiento 24 horas al día ya no daban abasto. La imagen plasmaba la magnitud de la tragedia en curso en el área de Italia más afectada por el coronavirus. Al día siguiente, el país amaneció con la noticia de que era el primero en el mundo en muertes oficiales por Covid-19, la mayoría en la Lombardía.”

Los lazos con México; con Veracruz en particular: ¿o no, Tenaris?

Los autores del texto pusieron nombre a las fábricas que no quisieron cerrar. No reproduciré todos esos nombres, sino solo el de una empresa que es de interés para los veracruzanos, en particular para la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, la más afectada por el Covid-19 en el estado, donde funciona una de sus más importantes plantas de producción.

“Una de las empresas de la zona es Tenaris, líder mundial en la fabricación de tubos y servicios para la exploración y producción de petróleo y gas, con una facturación de 7.300 millones de dólares y sede legal en Luxemburgo. Emplea a 1.700 trabajadores en su fábrica de la Bergamasca y pertenece a la familia Rocca, con Gianfelice Rocca, el octavo hombre más rico de Italia, de propietario”.

En efecto, en la Ciudad Industrial Bruno Pagliai del Puerto de Veracruz funciona Tenaris-TAMSA, una de las principales productoras en el mundo de tubos de acero sin costura enfocadas en la instalación de gigantescos ductos de petróleo y gas, propiedad de la misma empresa italiana.

Y llama la atención porque el jueves pasado salió en medios porteños una nota sobre una contribución que la empresa hizo a la Delegación IMSS Veracruz Norte y al Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz, con un valor de 24 millones de pesos, consistente en 19 ventiladores, 6 mil overoles y 12 mil mascarillas quirúrgicas.

Queda pendiente la entrega de 4 ventiladores más y otros insumos de protección que incluyen mascarillas N95, gafas de protección, guantes de látex, gel antibacterial, hisopos  nasofaríngeos, caretas para uso con gafas, escafandras y botas, porque tenían diferentes fechas de entrega.

“Con la entrega de estos equipos, ponemos nuestro grano de arena para reforzar la atención de  pacientes con Covid-19 y cuidar al personal de salud para que estén protegidos”, dijo  Jorge Meneses, Gerente de Relaciones Públicas de TenarisTamsa.

La pregunta es: ¿están siendo protegidos los obreros de Tenaris-TAMSA? ¿O se adelanta la empresa a la aportación masiva de contagiados de entre su planta laboral?

Frases sin disfraces

“Es un mal ejemplo no observar una ley; sobre todo por parte del que la ha hecho”. Nicolás Maquiavelo

Comentarios: belin.alvaro@nullgmail.com

También puede interesarle:

HORA LIBRE | Veracruz, entre Covid-19, autoritarismo y olvido presidencial