La tarde del domingo, el Presidente López Obrador hizo más grande el abismo entre diversos sectores de la sociedad mexicana. Mientras los empresarios y el comercio en pequeño se sintieron abandonados por el gobierno en plena crisis económica –lo que será un golpe brutal para el consumo y el empleo-, sus seguidores siguen pensando que se están tomando las decisiones correctas para enfrentar la pandemia y que la crisis sanitaria y económica será pasajera. Falta muy poco para que sepamos quien tiene razón.
Sin embargo, más allá de la decisión del Presidente de mantener su política económica y social, hay una enorme frustración por el uso reiterado de la mentira como recurso para seguirle hablando a su base electoral y no la sociedad entera.
Que haya dicho que en nueve meses se crearán dos millones de empleos ha sido una noticia extraordinaria para sus seguidores, no importa que esté fuera de toda lógica y que las cifras históricas y actuales digan todo lo contrario. La oferta de crear tal cantidad de empleos en sólo nueve meses es una estafa del tamaño de la pandemia que sólo la feligresía del cuatroteísmo puede comprar.
México nunca en su historia ha creado dos millones de empleos en un año. Ni siquiera en los años de las reformas que dieron apertura al mercado energético o durante el crecimiento sostenido del turismo, el sector automotriz o las manufacturas, principales sectores que dan empleo a millones de personas. En el año 2017 -penúltimo del gobierno de Peña Nieto-, se crearon 836 mil puestos de trabajo; y un año después sólo hubo 687 mil nuevos empleos.
Y llegó el gobierno de López Obrador. Según las cifras oficiales, en 2019 –primer año de la actual administración- se crearon apenas 342 mil empleos, es decir, 50% de empleos menos que el año anterior y 6 veces menos que la meta que el gobierno se ha trazado para este año. Vale decir que en ese año no hubo crisis económica, no se registró ninguna pandemia, el dólar estaba por debajo de los 20 pesos y el pronóstico de crecimiento era del 1 por ciento.
Hoy todo es al revés. El Banco de México ha hecho una proyección de un decrecimiento de hasta el cuatro por ciento, el precio del petróleo se ha caído, el dólar supera los 25 pesos y estamos por enfrentar la peor crisis sanitaria y económica del México moderno. La economía está colapsada, los comercios cerrados y la gente ha dejado de producir para refugiarse en sus casas. Aún así, dice el Presidente, tendremos dos millones de empleos.
Pero su terquedad raya en patología a los ojos de su propio gobierno, la mañana de este miércoles, la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, confirmó que a consecuencia de la emergencia sanitaria por Covid19 se han perdido 346 mil 878 puestos de empleo formal entre el 13 de marzo al 6 de abril, es decir, en menos de un mes se perdieron todos los empleos creados el año anterior. Y sólo estamos hablando de los formales, no de los changarros.
Según las propias autoridades de la Secretaría de Salud, la pandemia podría extenderse hasta los meses de junio o julio, con lo que la pérdida de empleos podría alcanzar hasta un millón de personas. En este escenario, los cálculos más optimistas del Banco de México es que se pierdan 175 mil fuentes de empleo, no obstante, las cifras dadas a conocer esta mañana están muy alejadas de las buenas intenciones del Presidente.
¿Quién va a generar los empleos? La producción automotriz registró una baja de 24.64% en México durante el mes de marzo. Nuestro país es el sexto productor de automóviles en el mundo y es el cuarto que más exporta pero hoy las plantas están paradas.
Durante el año pasado, la industria de la construcción registró un descenso de 6.9 por ciento, su mayor caída en 18 años; esto se debió al poco ejercicio de recursos federales en infraestructura, nulos trabajos y poca planeación de obras, por lo que se perdieron más de 152 mil plazas laborales. Ni siquiera las obras de Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya van a lograr disimular estos números. Así que por aquí tampoco.
Ante la pandemia de coronavirus, el turismo en México tendrá un fuerte impacto negativo, pues podría perder millones de visitantes durante el 2020. Miles de empleos ya se perdieron en los principales centros turísticos del país luego de que los hoteles tuvieron que cerrar para evitar el contagio. Se ha perdido la temporada vacacional de Semana Santa y es posible que esta se extienda hasta el verano.
Sólo quedan las becas del gobierno, pero ya lo dijo el director del IMSS, Zoe Robledo: los programas sociales no pueden contabilizarse como un empleo. Si bien representan un ingreso, no tienen seguridad social ni están en el régimen fiscal. Ni siquiera podrán contabilizar a los 6 mil médicos que serán contratados para atender el Covid19 porque para octubre ya habrán sido despedidos.
Cuando la pandemia quede atrás, sólo quedará la evidencia de la gran estafa.
Las del estribo…
1. Los fraudes que las financieras cometen en contra de profesores sólo puede ser posible con la complicidad de las autoridades de la SEV. Los maestros no tienen acceso siquiera a la información de sus descuentos porque el área de nómina simplemente se las niega. Es un negocio multimillonario que difícilmente puede escapar al conocimiento del Secretario Zenyazen Escobar, tan preocupado en denunciar sólo a quien no lo “salpica”.
2. En Tlalnepantla, luego de que hace algunas semanas trabajadores de la clínica del IMSS se manifestaron porque no contaban con equipo de protección, ayer se confirmó el contagio de 19 trabajadores. El Instituto dice que adquirieron el virus en otro lado, lo que es aún más grave; quiere decir que la pandemia está fuera de control en la Ciudad de México.