Hace una semana exactamente, el Presidente López Obrador nos decía con su acostumbrado optimismo     que el Covid19 nos haría lo que el viento a Juárez porque tenía “un guardadito” de 400 mil millones de pesos para enfrentar la pandemia. Difícil de creer cuando el Insabi, el nuevo sistema de salud nacional, cuenta con apenas 160 mil millones de pesos de presupuesto.

Según su dicho, en este fondo extraordinario hay dinero suficiente para mantener todos los programas sociales, enfrentar la histórica caída del precio del petróleo –ayer llegó a los 10 dólares, el más bajo en 21 años-, bajar el precio de la gasolina (sic) y mantener los proyectos de infraestructura como el aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.

Pero desde entonces no se ha vuelto a referir a nuestro salvavidas financiero. En su lugar, lo que hemos escuchado es que en la mayor parte de los hospitales que integran el sistema de salud no hay ni para cubrebocas. El personal médico y de enfermería está completamente expuesto al contagio de la enfermedad por la falta de equipo adecuado. De pruebas para confirmar la pandemia mejor ni hablamos.

Justo nos lamíamos los bigotes para volver a administrar la abundancia cuando de la pluma de Carlos Urzúa –el ex Secretario de Hacienda de la 4T y mentor del actual titular de la SHCP- nos enteramos que no hay tal dinero, que las arcas están más secas que el lago de Texcoco y que el Covid19 nos dejará literalmente en calzones.

No se trata predicciones catastrofistas de los conservadores, sino del análisis financiero del hombre que mejor conocer las tripas económicas de la 4T. El análisis no sólo es irrefutable, sino que plantea un oscuro panorama económico para el país para cuando logremos sobrevivir a la pandemia. La crisis del 94 –la del error de diciembre- podría ser un estornudo frente a la neumonía que se avecina.

Según Urzúa, “es falso” que en algún lugar de México exista un “monto considerable de ahorros públicos del que ahora se puede echar mano para paliar la crisis”. Por el contrario, la gran tormenta del Covid-19 que se abate sobre todo el mundo tendrá graves consecuencias económicas para México.

¿De dónde sacar dinero cuando la economía se estancó en 2019 y cerró con una baja de 0.1% en el Producto Interno Bruto (PIB); cayó la inversión pública y privada, se redujo el índice empleo y el gobierno tuvo que echar mano de las reservas para evitar el déficit fiscal y amortiguar la caída del peso frente al dólar?

El ex funcionario explicó en su artículo semanal -“Medidas contra la crisis económica (I)”- que si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no actúa con celeridad, el desplome del Producto Interno Bruto para este año puede ser mayor al ¡6.3 por ciento!, cifra que coincide con otras proyecciones que han hecho analistas financieros.

También es falso que el país hubiera tenido un periodo de recuperación y crecimiento de no haberse atravesado el virus del Covid19. “Dado los datos económicos que se conocen para enero, esa caída hubiera continuado el primer trimestre de este año”.

“El segundo equivoco se encuentra en la creencia de que, en algún lugar escondido de México, hay un monto considerable de ahorros públicos del que ahora se puede echar mano para paliar la crisis. Eso es también falso. Más bien es al revés: debido a un gasto público presupuestal a fines de 2019 fue una tarea muy complicada para la Secretaría de Hacienda”, escribió.

Y confirmó lo que todos sabíamos: si la crisis no llegó antes es porque le metimos la mano al cajón de los ahorros. “Sólo pudo lograrse el cierre tras extraer más de la mitad del dinero que había en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestario, un fondo que se había formado con excedentes de años anteriores”. Es decir, a AMLO y la 4T los han salvado los gobiernos anteriores.

A quienes Carlos Urzúa llama “cuatroteistas”, los acusa de llevar al país a una crisis más profunda por negarse a ampliar el déficit público, lo que están haciendo todos los países del mundo ante la epidemia.  “Un déficit público (o un incremento de la deuda pública) no es siempre malo. La razón es que el gobierno de un país debe siempre adoptar una política de gasto contracíclica: ahorrar mucho en las bonanzas económicas y gastar mucho durante las crisis”.

En síntesis, el Presidente mintió deliberadamente sobre los 400 mil millones. No existen. El país no tiene dinero; el que tenía ahorrado prácticamente lo agotó para cerrar el año fiscal 2019. Tampoco había ninguna previsión para la epidemia, lo que explicaría que hasta ahora estén buscando recursos para comprar medicinas y atender la demanda provocada por el Covid19.

No lo dicen sus adversarios, tampoco lo acusan los partidos políticos. Lo dice quien mejor conoce la fragilidad de las finanzas nacionales. El Covid nos dejará en calzones.

Las del estribo…

  1. Terrible el asesinato de la periodista María Elena Ferral. Era una institución en la zona del Totonacapan. Nunca la amedrentaron las amenazas que recibió de los caciques de la sierra. Ayer alguno de ellos las cumplió y privó de la vida a una mujer que dignificó la profesión. Descanse en paz.
  2. Ayer el Gobernador de Querétaro anunció que contrajo el Covid19. Se suma a sus homólogos de Hidalgo y Tabasco. Esto debe tener más que preocupado al gobernador de Puebla, no sólo por su cínica e inexistente pobreza sino por sus precarias condiciones de salud. La justicia es divina.