Magali Hernández Mendoza, estudiante del séptimo semestre de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV), realizó una estancia de movilidad en el Laboratorio de Instrumentación y Óptica Biomédica del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
Del 6 de enero al 15 de febrero la universitaria se sumó a los trabajos que realizan investigadores y alumnos de posgrado en la institución localizada en Puebla.
“La estancia amplió mi visión como investigadora y me permitió colaborar en un trabajo interdisciplinar, así como crear enlaces con investigadores de distintas áreas; me abrió el panorama de mi formación académica y que es posible llegar a institutos más especializados”, destacó la entrevistada.
“La movilidad es una experiencia 100 por ciento recomendable pues ayuda en la formación académica y personal, a tener confianza en tu preparación académica y en los conocimientos que has adquirido porque los puedes ocupar tanto aquí como en otro lugar”, añadió.
El semestre anterior la joven comenzó a visitar el Laboratorio de Óptica Aplicada de su Facultad, con la intención de decidir si dedicarse a la física teórica o la física experimental, esta última le gustó mucho y Héctor Hugo Cerecedo Núñez, responsable del laboratorio, le sugirió la posibilidad de hacer movilidad.
Para su trabajo recepcional, Hernández Mendoza ha diseñado un proyecto de estudio de la velocimetría en fluidos con el tomógrafo óptico coherente; explicó que éste tiene múltiples aplicaciones, una de las principales es en la oftalmología y ahora se quiere enfocar a la detección de velocidades del flujo sanguíneo en las venas, pero sin usar una técnica invasiva.
El propósito principal de la movilidad fue aprender a usar el tomógrafo óptico coherente y entender su funcionamiento midiendo flujos de agua, aceite, agua con leche, entre otros, puntualizó.
“Con toda la formación académica que he llevado aquí y con la preparación del doctor Cerecedo Núñez se ha podido realizar una muy buena movilidad, se han obtenido datos que ahora estoy analizando.”
Compartió que tiene planes de regresar al INAOE para continuar este trabajo y perfilar los resultados para el trabajo recepcional. “Desde que inicié fue en una jornada de ocho horas, como si trabajara ahí, estuve haciendo experimentos e investigando, todo el mes lo dediqué a eso”, comentó.
La estudiante lo consideró como una experiencia muy distinta a su cotidianidad en la UV, “aquí nos enseñan la teoría y hacemos algunos experimentos, pero estar en este laboratorio haciendo completamente investigación fue una gran experiencia y me ayuda en mi preparación como investigadora porque es lo que quiere hacer un físico: tratar de entender más cosas y crear conocimiento”.
Aunque al principio tenía incertidumbre sobre sus capacidades, reconoció que con la movilidad se enamoró de la física aplicada, de lo experimental, porque es hacer lo que realmente le gusta: “Estar en el laboratorio realizando investigación”.
En el equipo de trabajo había también estudiantes de posgrado que eran ingenieros electrónicos y biotecnólogos, hecho que aportó una visión interdisciplinaria a su estancia de movilidad.
Magali Hernández reconoció el apoyo económico que le brindó tanto su propia Facultad como el investigador Jorge Castro Ramos, del INAOE.
Por otra parte, Cerecedo Núñez señaló que la colaboración con el INAOE data de varios años, cuando los académicos de la UV comenzaron a asistir a escuelas de biofotónica como parte de su actualización en el área.
A raíz de tales estancias comenzó con la colaboración de dos investigadores del INAOE, Jorge Castro y Rubén Ramos García, cuya área de especialización es la biofotónica y a la fecha varios estudiantes de la Facultad han ido a realizar su doctorado o maestría.
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