Maja Maklakiewicz, violinista egresada de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV) investiga la vida y obra de Armando Lavalle (1924-1994), uno de los compositores mexicanos más prolíficos durante el siglo XX y cuya actividad resultó importante en el periplo histórico de la Orquesta Sinfónica de Xalapa durante la segunda mitad del siglo pasado.
Este proceso es parte de la tesis que Maja presentará para obtener el grado de doctora por el Conservatorio Real de Bruselas, Bélgica, donde reside actualmente. Con maestría obtenida en los conservatorios de Varsovia y Bruselas, en éste último fue alumna del maestro de origen ruso Ígor Oistrakh. Cabe mencionar que Maja es hija de la también violinista Agnieszka Maklakiewicz, integrante del Trío Chopin, ensamble de cámara de la UV.
Al preguntarle por qué precisamente Armando Lavalle, respondió que desde niña tuvo la oportunidad de apreciar las partituras de este creador artístico, de quien lamentablemente se sabe poco, aunque su música se interpreta con cierta frecuencia. “Su obra para violín es fuertemente expresiva, plena en ideas originales. Escuchaba a mi madre interpretarla y me dejaba sorprendida”, comentó la violinista. “Su acervo también es abundante y escribió para muchas formaciones instrumentales, así como música vocal y de cámara”.
Desafortunadamente, conocer más de su vida se complica por la muerte de quien fuera su compañera en la última etapa de existencia de Lavalle: “Alda Segovia mantenía bajo su custodia la biblioteca personal del maestro y la totalidad de los manuscritos, pero se mudó a la Ciudad de México y allá falleció. Perdimos la línea de búsqueda y localizar ese material es una tarea a la que me he abocado porque ni siquiera existen suficientes fotografías de él, salvo una en la que aparece junto a una cabeza olmeca y otra publicada por la revista Pauta, al lado de personalidades como Alicia Urreta, Juan Vicente Melo, Héctor Quintanar, Eduardo Mata, Joaquín Gutiérrez Heras y el artista plástico José Luis Cuevas, entre otros”.
El lugar de nacimiento es otro problema. Maja comentó que en la Ciudad de México se le ubica como veracruzano y así lo publica la página de la Fonoteca Nacional, pero su acta de nacimiento dice que nació en Ocotlán, Jalisco, en 1924. “Por su compañera sabemos que tenía familiares en la zona de Misantla, a la que guardaba un especial aprecio y donde hay una buena cantidad de ciudadanos con ese apellido, pero no sabemos si viajaba con frecuencia a visitarlos”.
Armando Lavalle tiene importancia también para la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la que colaboró en la época en que Eduardo Mata fue su titular. En diversos momentos se relacionó con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y ha sido uno de los pocos creadores que pusieron su atención en la música propia del virreinato. Su “Obertura colonial” fue dedicada a Pablo Casals, con motivo de la visita del violonchelista catalán a Xalapa en 1959.
Maklakiewicz hace un llamado a quienes tengan a la mano material bibliográfico relacionado con Armando Lavalle y deseen compartirlo, con la intención de nutrir una monografía que será importante para un mayor conocimiento de la actividad musical veracruzana.
UV/Jorge Vázquez Pacheco