Sacudir a las y los pequeños también puede dañar su cuello y columna vertebral
El sujetar bruscamente y sacudir de forma enérgica a un bebé o infante puede ocasionarle lesiones cerebrales y oculares graves, en una acción y consecuencia conocida como el síndrome del niño sacudido.
El cráneo frágil y flexible de los bebés e infantes pequeños no está lo suficientemente fortalecido como para absorber esa fuerza, misma que se transmite al cerebro y luego rebota contra el cráneo, lo que puede provocar contusión cerebral, hinchazón, presión y sangrado, explicaron especialistas del Hospital Los Ángeles.
Sacudir a las y los pequeños también puede dañar su cuello, columna vertebral y particularmente sus ojos, llegando a producir hemorragias en la retina y, en consecuencia, disminución o pérdida de la visión.
Algunos cambios en la conducta de los infantes, como irritabilidad, letargo y ausencia de sonrisa, pueden alertar sobre los daños a causa del síndrome del niño sacudido.
También otras manifestaciones como piel pálida o azulada, vómitos, convulsiones, pérdida del conocimiento, problemas de respiración, falta de apetito y dificultad para levantar o voltear la cabeza, indicó en un comunicado.
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