La ríspida y desafiante bienvenida que dieron algunos magistrados a la nueva Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez Huerta, sólo fue el corolario de un intenso proceso de negociación que tiró por la borda la posibilidad histórica de que el Poder Judicial se asumiera realmente autónomo.
Luego de que la noche del viernes Edel Álvarez Peña hiciera pública su decisión de no buscar la reelección –algo que hizo del conocimiento de los magistrados presidentes de sala un día antes-, sólo quedaron dos caminos posibles: la imposición por parte del gobierno estatal o la designación de alguien sin militancia partidista pero con larga trayectoria en el Tribunal.
Hasta la mañana de este lunes nada estaba decidido. Al interior del Tribunal habían cabildeado y había un acuerdo previo para impulsar a alguien de casa, en este caso, la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, quien además de su recio carácter ha ganado fama por dar “cálidas bienvenidas” a algunos de sus homólogos en el Poder Judicial.
Y entonces vinieron los ofrecimientos, las presiones y hasta las amenazas. Dos de los votos estratégicos, los de las magistradas Lizbeth Hernández Ribbón y Patricia Montelongo, terminaron a favor de la candidata del Gobernador. En el primer caso, la explicación que circuló en los pasillos judiciales es que habría pactado el regreso de su esposo Javier Hernández –ex representante del PAN en el extinto IEV, Consejero de la Judicatura y magistrado del Tribunal Electoral-. De Patricia Montelongo hay otras historias que contar.
Con la suerte echada, la elección del nuevo Presidente del Tribunal se resolvió apenas por un voto, a pesar de que en números fueron 5 votos para Sofía Martínez Huerta y 3 para Yolanda Cecilia Castañeda. Con que sólo una de las magistradas que aceptaron premios o amenazas hubiera votado diferente, la elección se habría empatado a cuatro, con lo que el magistrado Alejandro Viveros habría tenido que emitir un voto de calidad, algo que lo tenía temblando de miedo.
También salieron a la luz datos importantes en las que se entrelazan vidas públicas con vidas privadas. Por ejemplo, hoy se sabe que el hijo de la magistrada Sofía Martínez Huerta es el actual Presidente de las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje; habría sido él, gracias a su estrecha cercanía con el mandatario estatal, quien habría impulsado a su mamá. Otra vez, como desde el inicio de los tiempos de la 4T, el nepotismo influyente se empodera al más alto nivel.
Antes de la votación, el ambiente estaba sumamente crispado. Al conocer la aspiración de Sofía Martínez y sabedora de por dónde venía el voto oficial, Castañeda Palmeros cuestionó si la hoy Presidenta poseía efectivamente el cargo de Magistrada y la antigüedad, ya que como se recordará apenas cumple escasas semanas en el cargo. Ganar por default también era una opción.
Con la votación consumada, la magistrada Yolanda Cecilia no pudo contener su enojo y frustración, dando la nota del día. Mientras la nueva Presidenta saludaba de mano a los magistrados presidente de sala, la frustrada aspirante literalmente le escupió en la cara: «pudo más el dedazo y no la carrera judicial”. Y ante el asombro de los presentes, no soltó a su presa. “No conozco su trayectoria pero aquí veo (que) pesa más la recomendación sobre la trayectoria jurídica, la honradez y el trabajo. Veracruz siempre estará dominado por el ‘dedazo’ y aquí no importa la capacidad», reprochó Cecilia Castañeda.
Sin salir de la sorpresa, Sofía Martínez apenas alcanzó a balbucear: «Fuimos compañeras. Gracias de todas maneras». La respuesta fue aún más contundente, más desafiante, más descarnada: «Sí, pero yo con ‘Magna Cum Laude’ y usted de panzazo». ¡Y se armó el follón en el Tribunal”.
Así, lo que debió ser el día más importante en la vida profesional de la nueva Presidenta del Tribunal, se convirtió en un duro y amargo episodio donde quedó evidenciada en público, sin tener respuesta alguna. Incluso, durante su primer mensaje, nuevamente fue presa de los nervios. Al término del evento, Yolanda Cecilia dijo temer por su vida por lo que acababa de ocurrir, algo que vino a sumar al escándalo.
Pero una vez más, los operadores de Morena demostraron que no son de fiar. En el caso del ex presidente Álvarez Peña, no terminaba de cerrar la puerta de la que fue su oficina durante tres años cuando empezó a circular una lista no oficial –con nombres escritos a mano- en la que se señalaban los salarios de sus colaboradores más cercanos. Sueldos que no asustan a nadie pero que confirman que harán pública cualquier información que simule transparencia y que rompa con el pasado.
Para el resto de los magistrados la cosa tampoco pinta mejor. Desde el jueves pasado la nueva Presidenta habría estado en el proceso de recepción y tomando algunos acuerdos con sus nuevos colaboradores. En los próximos días podrían empezar a darse los primeros cambios en las presidencias de las salas con el propósito de hacerse del Pleno del Tribunal, y con ello, del control absoluto del Poder Judicial.
Un año después, el morenismo tiene control absoluto de los tres poderes, aunque no sepan qué hacer con ellos.
Las del estribo…
1. Luego de que en los últimos días circularon en redes sociales copias de los oficios de comisión donde las unidades administrativas del gobierno estatal daban órdenes de asistir al evento de AMLO en Zócalo –poniendo a la disposición transporte pagado con recursos públicos- ahora salen con la vacilada de que van a investigar. Ya sabemos en qué acaban esas investigaciones: acaso sancionarán al Piojito que los llevó al MIX.2. En efecto, como dice el Gobernador, las mujeres se están empoderando como nunca antes. El nombramiento de Sofía Martínez Huerta se suma a los que se han hecho en la Fiscalía General del Estado, el Orfis y próximamente en el Tribunal Electoral. Todo sería perfecto si no fuera por los perfiles tan pobres en responsabilidades tan importantes.