En los últimos seis años se han encontrado importantes innovaciones en los criterios diagnósticos de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que llevan a observar un incremento en el número de personas que padecen trastorno por atracón (TA), enfermedad patológica con origen psicológico, expuso Rosalía Vázquez Arévalo, profesora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, España, ofreció la primera conferencia del Congreso Internacional de Nutriología “Insatisfacción corporal: de la delgadez al exceso de peso”, organizado por el Consorcio de Investigadores en Nutriología (Coninut), en la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV), los días 7, 8 y 9 de noviembre.
Ante investigadores de Colombia, Argentina y México, así como académicos y alumnos del área de la salud de las 14 instituciones de educación superior que conforman la Coninut, Vázquez Arévalo habló del “Diagnóstico de los trastornos alimentarios DSM-IV al DSM-V”, dando a conocer resultados de las investigaciones que realiza sobre este tema.
Planteó que la quinta versión del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM, por sus siglas en inglés), plantea diversas observaciones sobre los TCA, siendo la más relevante la constitución de una categoría diagnóstica propia para el trastorno por atracón, cuyas repercusiones modifican los TCA y su impacto en las políticas de seguros de salud.
Precisó que la obesidad como tal no representa un trastorno mental, pero sí constituye un problema grave de salud, por lo que de registrarse como un trastorno mental su denominación deberá ser “trastorno por atracción”, y se le caracteriza por el consumo de grandes cantidades de alimentos y una pérdida de control.
“Tenemos una obesidad de origen orgánico que proviene de problemas emocionales, y si en 30 años o más no hemos podido detenerla, quiere decir que no lo estamos haciendo bien, por lo que tenemos que reflexionar sobre cómo estamos viendo el problema”, apuntó la investigadora.
Dijo que, a diferencia de la anorexia y la bulimia, el TA es el más aceptado socialmente debido a que en él participan tanto hombres como mujeres, “si bien todos los que lo padecen son obesos, no todos lo sufren debido a que el origen del exceso de peso es multifactorial, es decir, existen diferentes detonantes”.
Vázquez Arévalo consideró que el TA debe ser abordado por un equipo multidisciplinario, pues se estima que del cinco al 30 por ciento de quienes acuden a tratamiento para reducir su peso, padecen de TA; en cambio, si se trata de obesidad se debe buscar su origen, y si su causa es psicológica el tratamiento debe de ser el adecuado.
También explicó que además del TA existen otros trastornos como el “pica”, que es el deseo irresistible por comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales como cabello, papel, tierra, tiza, yeso, hielo, virutas de la pintura, bicarbonato de sodio, almidón, moho o cenizas de cigarro; de “rumiación”, que consiste en la regurgitación (regresar la comida a través del esófago) para volver a masticar el alimento, y la “evitación alimentaria”, ingerir poca cantidad de alimento o evitar el consumo de algunos alimentos.
Otro problema detectado es la ingesta de pasta dental, problema que se ha identificado principalmente entre la población adolescente temprana (jóvenes de secundaria y bachillerato).
Por último, la investigadora de la UNAM destacó que con los nuevos criterios de investigación se logró visibilizar estas conductas de alimentación y de consumo de cosas no comestibles como plástico, botones “y otros más que uno no se puede imaginar, pero tenemos que detectarlo a tiempo”.
El congreso comprende dos conferencias magistrales y cinco mesas temáticas en las instalaciones de la Iniciativa Municipal para la Cultura y las Artes (IMAC), y 12 talleres que tendrán lugar en la Facultad de Nutrición.
En el evento estuvieron presentes: Vidalma del Rosario Bezares Sarmiento, presidenta del Coninut; Irma Patricia Polanco Medina, directora de la Facultad de Nutrición; Marcos Galván Galicia, vicepresidente del Coninut, y Alejandro Loya Jiménez, de la Subdirección de Salud Pública del Ayuntamiento de Xalapa.
UV/José Luis Couttolenc Soto